LA EXPERIENCIA DE PARTICIPAR: “cuando los procesos son colectivos, los resultados están más trabajados, y son más inclusivos y duraderos”

30/05/2023 - 12:47

Participación. Ahora, también ha participado en el Plan de Acción del Pozo de la Figuera.

Ángel Martín Somé nació y ha crecido en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, donde todavía reside. Desde bien pequeño, este ingeniero informático y músico que ahora tiene 31 años, ha hecho vida en las calles del barrio y ha estado inmerso en sus movimientos vecinales, ya que su madre y su padre formaban parte del Colectivo del Agujero de la Vergüenza donde él también acabó implicándose al hacerse mayor.

  • ¿Qué te motivó a participar en este órgano?

He vivido desde pequeño el conflicto sobre este espacio. A mi padre y mi madre los pegaba la policía para reivindicar una plaza en lugar de un parking y ahora ya no hay porras, pero la gentrificación y el aumento de precios en comercios y alquileres son lo que nos pone difícil vivir aquí. Procuro estar siempre activo en todas partes porque yo quiero vivir en el barrio donde he crecido, aunque cueste. Por eso, pienso que participar y unirse es la manera de hacernos valer como vecindario.

  • ¿En qué consistía el proceso y de qué manera has participado tú?

Éste es un conflicto histórico en el cual siempre he estado implicado y en esta nueva fase iniciada en el 2019, también quería estar. La idea y la intención creo que fueron buenas y el Ayuntamiento ha puesto muchas ganas, como también la gente que hemos asistido a las sesiones. En cada encuentro había unos temas concretos a debatir repartidos en diferentes mesas y cada uno se apuntaba donde quería y había una dinamización técnica para facilitar el debate. Al final de cada jornada se hacía una puesta en común. Al acabar el proceso se hizo una recopilación con todo lo que se había hablado y se hizo un retorno en la plaza para explicar qué se haría.

  • ¿Se han cumplido tus expectativas?

Valoro muy positivamente la voluntad de procurar un proceso que recogiera las inquietudes y los debates vecinales sobre un conflicto histórico, pero, al mismo tiempo, ha habido muchos impedimentos administrativos y técnicos que han llevado a un resultado final sin demasiados cambios respecto de la plaza que ya teníamos. En algunos casos, yo mismo he cambiado de opinión con los argumentos dados, pero en otros, pienso que se podría haber ido más allá.

  • Parte del proceso se llevó a cabo cuando había restricciones a la presencialidad por la pandemia de la covid-19. ¿Cómo viviste los diferentes formatos participativos?

Se utilizó el portal Decidim.Barcelona para algunas encuestas y pienso que es una herramienta útil, y más en aquel contexto, sin embargo, al mismo tiempo, creo que hay que garantizar la participación de la gente que no tiene acceso a la tecnología ni a internet. Sí que existen otras vías, pero la tendencia es derivar la información a internet. Los encuentros presenciales se hicieron en el Convento de Sant Agustí aunque pienso que si se hubieran hecho en la plaza sobre la cual estábamos debatiendo, el proceso habría sido más visible, accesible y abierto.

  • ¿Crees que estos espacios de participación son efectivos para incluir la diversidad de miradas y voces?

Se procura mucho y hay diversas opiniones, pero todavía faltan muchas. La idea de poder participar es muy buena, pero hay que llegar más allá. Por eso, no sólo pienso que los encuentros tendrían que haber sido en la misma plaza, sino también la difusión: estar precisamente en el lugar sobre el cual estamos debatiendo dónde se encuentra la gente que hace falta que se implique. Hay que hacerse más visible a pie de calle.

  • ¿Qué destacas positivamente? ¿Qué mejorarías?

Destaco muy positivamente la buena voluntad y predisposición de hacer cosas, tanto desde el Ayuntamiento como desde la gente que participó, pero, al mismo tiempo, creo que hay demasiadas trabas para sacarlas adelante. Algunas aparecen durante el proceso, otras son limitaciones técnicas, burocráticas y políticas que son previas, y eso, cuando te das cuenta de ello hace enfadar más todavía, pues no abre la posibilidad de cambiar nada.

  • ¿Qué te ha aportado personalmente participar? ¿Algún aprendizaje?

El hecho de valorar todavía más que antes los procesos colectivos, también con gente que no piensa igual que yo. Es así como los resultados están más trabajados, son más inclusivos, duraderos y reciben más apoyo porque todo el mundo ha formado parte. Hace falta organizarse y activar los cambios desde la calle y los movimientos sociales, y al mismo tiempo, es muy positivo que el Ayuntamiento trabaje conjuntamente y abra estos espacios para participar.

  • ¿Volverías a participar otra vez?

Seguro que sí, pero sería más activo desde el principio; cuando llegas a un espacio donde hay mucha gente que no conoces, hay mucha formalidad y prudencia, tanto con el resto de vecinos y vecinas como con los interlocutores del Ayuntamiento, y es cuando ya han pasado algunas sesiones que ganas confianza y puedes hablar más directamente. Entonces, de la misma manera que ahora valoro la experiencia de haber podido empatizar y debatir más que antes con todas las posturas y puntos de vista de una forma más humana y próxima, también he aprendido que estos órganos existen precisamente para activar el debate y es por eso que procuraría defender mis ideas de una forma más clara y directa.

  • ¿Por qué crees que es importante participar?

Si tengo inquietudes e ideas sobre como me gustaría que fueran las cosas en el lugar donde vivo, me tengo que implicar porque si no, las cosas se moverán igualmente y, quizás, hacia lugares donde no estoy de acuerdo. ¿Después me quejaré? No, yo decido implicarme porque, aunque hay que dedicar tiempo y esfuerzo, las cosas avanzan sólo si nos juntamos desde la calle y la base y al mismo tiempo participamos en estos espacios institucionales, más allá de votar cada cuatro años.