Escuela de Salud de la Barceloneta o como cuidarse en comunidad

17/02/2023 - 16:53 h

En la Barceloneta, el vecindario, las entidades y los servicios públicos organizan, desde hace muchos años, la Escuela de Salud, para aprender y cuidarse en comunidad.

“Ahora sé que no se tienen que tener luces muy potentes en casa para poder dormir mejor cuando los apagas. Mira por dónde, quien me lo tenía que llamar”. La Begoña lo dice al salir de la sesión ‘Como podemos dormir mejor’ de la Escuela de Salud de la Barceloneta. Ella y un grupo de más de 50 mujeres son los alumnos sin embargo, al mismo tiempo las organizadoras de este proyecto de salud comunitaria que lleva ya 14 años de trayectoria al barrio. Este año la Escuela devuelve a la actividad después de un par de años de obligado descanso por la pandemia.

Cuidar la salud no es sólo la atención a la enfermedad y el acceso a la medicación sino que comporta un espectro más amplio de condicionantes que se tienen que tener en cuenta para conseguir el bienestar personal al que podemos aspirar. Así, aparte de los aspectos físicos, también se tienen que abordar los emocionales, psicológicos e incluso sociales. En la Barceloneta, la Escuela de Salud es el proyecto comunitario que, precisamente, trata estos condicionantes, ofreciendo formaciones abiertas al barrio, para poder optimizar la calidad de vida del vecindario.

Una escuela para cuidarse en comunidad

Liderada en un principio de los de la CAP (Centro de Atención Primaria), la Escuela de Salud hoy día es un proyecto totalmente colectivo que el vecindario, o mejor dicho, las vecinas, ya que la mayoría de participantes son mujeres, se han apropiado y hecho suyo. El grupo motor está básicamente conformado por personas que han participado en la Escuela como alumnas y han decidido implicarse como organizadoras (en el ámbito técnico hay 8 equipamientos, servicios y proyectos).

Según nos explica la Cecilia Costa, técnica del Plan Comunitario de la Barceloneta, “la participación vecinal no se detiene en el grupo motor sino que al final de cada curso (en el mes de junio), se organiza una sesión de evaluación grupal donde todas las participantes pueden aportar ideas. Se trata de decir que les ha gustado más, qué menos y sobre todo qué creen que se puede mejorar o innovar para la edición del año siguiente. El grupo motor, por lo tanto, organizará las sesiones próximas con el histórico y los objetivos a alcanzar con las aportaciones de las participantes”.

“Siempre aprendemos cosas nuevas, tanto si nos afectan directamente como si no”

Vínculos y lucha contra la soledad

Begoña y Ana son dos de las que tiran el carro y forman parte del grupo motor. Nos explican que hace muchos años que participan en el proyecto y no se pierden ninguna sesión, si pueden. Ninguna de las dos sufre de insomnio y sin embargo han venido hoy a la sesión sobre este tema, porque, dicen «el encuentro con las amigas y las otras participantes es, en sí, un buen plan», más allá de lo que dicen que las motiva para ir cada semana: “siempre aprendemos cosas nuevas, tanto si nos afectan directamente como si no”. Son conscientes de que para algunas participantes es una actividad que las obliga a salir de casa, y aunque les gustaría que tuvieran más interés en las temáticas, están contentas con que sirva para luchar contra la soledad de estas vecinas.

La Barceloneta: un barrio con mucha vida comunitaria

La Tina Sainz, responsable del Casal Cívico y Comunitario de la Barceloneta, uno de los espacios donde se celebran las sesiones de la Escuela de Salud y que también forma parte del grupo motor, destaca que siempre ha funcionado muy bien y de manera totalmente abierta al vecindario, a título particular o como miembro de una entidad. «Todo el mundo es bienvenido; suelen empezar a venir a las sesiones porque alguien les ha dicho que son interesantes, o porque su médico/a de cabecera se lo ha recomendado, y al cabo de un tiempo entran a formar parte del grupo motor, implicándose mucho más”.

El resto de sesiones se celebrarán en el Centro Cívico Barceloneta, con la voluntad de acercar el equipamiento y sus proyectos al vecindario participante de la escuela y al revés, dar a conocer la escuela a las personas del centro cívico

Rosa e Isabel ahora mismo son sólo participantes y de momento ya les está bien porque, dicen, “formamos parte del grupo de cine de este casal y es una actividad a la cual ya dedicamos muchas horas. Si miras alrededor verás muchos carteles de películas, son los que he hecho nosotros. Sí, sí: hemos hecho guiones, hemos grabado y hemos montado … incluso los carteles los hacemos nosotros”. Son parte de un tejido vecinal muy potente que late en todos los barrios de la ciudad y que hace de la ciudad un lugar menos hostil.

Una escuela de proximidad: ensamblaje con entidades y equipamientos de barrio

¿Porqué ir lejos a buscar profesoras/es cuando el barrio y el distrito también está lleno de expertas y expertos en muchas de las temáticas que se tratan? “Aparte de las sesiones que imparten las médicas o la psicóloga comunitaria del CAP también hay muchas complicidades con otros profesionales o entidades del barrio. En el programa de este año, por ejemplo, el Instituto Narcís Monturiol, será el encargado de las dos sesiones sobre salud y medio ambiente, la entidad Metzineres se hará cargo de la sesión sobre drogas y resiliencia y la Asociación deportiva Ciutat Vella impartirá la sesión sobre ejercicio físico recomendado ”nos comenta  Cecilia. También explica la relación estrecha de la Escuela con la Mesa de Salud de la Barceloneta, una iniciativa de largo recorrido en el barrio y que está formada por personas vecinas del barrio y entidades relacionadas con la salud.

Una escuela con vocación de llegar a todas las generaciones

La Escuela nació como espacio para las personas mayores del barrio, pero desde los diferentes grupos motores se ha querido ampliar a más públicos, intentando ofrecer contenidos para todo el mundo. La prevención, muy relacionada con un largo recorrido de los hábitos (nutrición, ejercicio físico, cuidado de las emociones, etc.), se tiene que hacer desde etapas vitales cuanto más tempranas mejor. Con este horizonte, las temáticas son muy variadas e intentan tocar los intereses más diversos, como pueden ser la alimentación, la sexualidad, los cuidados del hogar y un largo etcétera que hace que los grupos sean un poco más intergeneracionales. A pesar de ello, según Begoña, “nos cuesta mucho que vengan las jóvenes, aunque todo el mundo sabe que la prevención es más importante casi, que el cuidado de la enfermedad”.