Con la nueva ‘Guía de autoevaluación de la mirada comunitaria de los equipamientos’, publicada recientemente por el Ayuntamiento de Barcelona, se quiere facilitar que las personas que trabajan o participan en la gestión de los equipamientos de la ciudad puedan avanzar en la construcción de esta mirada comunitaria.
Y es que un equipamiento, en principio, es un espacio físico donde se ofrecen servicios públicos, pero puede ir más allá incorporando el aspecto comunitario. Esta mirada no es nada más que la voluntad de desarrollar las actividades con un diálogo con el entorno, intentando que sea accesible para todo el mundo, y promoviendo la participación comunitaria de las personas y entidades que lo utilizan. La guía, de hecho, está organizada en torno a estos conceptos.
¿Qué significa un equipamiento dialogante, accesible y participativo?
De entrada, se podría pensar que un equipamiento ofrece actividades a la gente, al tejido vecinal y asociativo de los alrededores, que las consumen o las utilizan. Sin embargo, para relacionarnos de manera comunitaria hay que escuchar a este entorno, hay que conocerlo y reconocerlo como agente activo, que se puede autoorganizar.
Con respecto a la accesibilidad, queda claro que tiene que ser un espacio abierto a todo el mundo y que todo el mundo se tiene que sentir invitado. Y no hablamos solo de la vertiente inclusiva para acoger a los colectivos diversos de la ciudad, sino que se tienen que abrir las puertas a todos los grupos sociales, a las entidades y a otros servicios públicos.
La participación comunitaria es la que hace. No la que solo opina, vota o asiste a una actividad, sino la que construye proyectos con otras personas, la que actúa, se implica y se autogestiona, y utiliza los equipamientos precisamente para esta vida en colectivo.
Te invitamos a descargar y usar esta guía, que amplía todos estos conceptos y que ofrece herramientas de autodiagnosis y autoevaluación.