21M | El racismo tiene memoria

En el marco del Día contra el racismo, el 21 de marzo, unas 70 personas se acercaron al Museo Marítimo de Barcelona para participar en la mesa redonda 'El Racismo tiene memoria'.
 
La institucionalización histórica y progresiva de la jerarquización racial es herencia de la historia colonial. Sin embargo, la narrativa de estos procesos históricos, invisibilizados en los relatos oficiales de nuestras escuelas, instituciones o producciones de conocimiento contribuyen a un relato sesgado de lo que fuimos y la percepción de lo que somos. En este ejercicio de acercamiento y reparación con relación a la memoria histórica, el Espai Avinyó organizó, el pasado 21 de marzo, la mesa redonda ‘El racismo tiene memoria‘. Y es que, para entender el racismo hoy, hay que comprender su construcción histórica.
 
El acto lo presentó la Comisionada de Inmigración, Interculturalidad y Diversidad, Lola López. El acto estuvo conducido por Rosa Lázaro, antropóloga por formación doctoral, con experiencia profesional relacionada con la academia, es docente de la Universitat de Barcelona, y participaron Mostafà Shaimi, profesor en la Universidad de Girona y graduado en filosofía (UdG), máster de Investigación en Ciencias Humanas y Posgrado de Mediación Intercultural (UdG), coordinador del máster Diversidad religiosa: Pensamiento, Realidad, Gestión (UdG) y del curso Visibilizando los racismos (UdG); y Anyely Marín Cisneros, investigadora y docente militante, co-dinamizadora de criticaldias, durante años ha investigado los cruces entre políticas del cuerpo, tecnología y racismo, actualmente trabaja en torno al aprendizaje automático y nuevos espacios de racialización en inteligencia artificial.
 
Destacamos del diálogo:
 
  • Rosa Lázaro inició el diálogo planteando la siguiente idea: “cuando explicamos que el racismo tiene memoria, implica pensar como el racismo estructura nuestra memoria y la forma de entender la historia”. A continuación habló de como la industrialización de Cataluña fue posible gracias al capital extraído del tráfico de personas, y como el dinero heredado de muchas familias catalanas ha sido ganado con la sangre de personas negras.
  • Mostafà Shaimi comenzó el diálogo utilizando la genealogía del racismo para comprender mejor sus dimensiones. “La acción sin la reflexión sirve de poco, la acción política requiere enfangarse en la vida que nos ha tocado vivir”, expuso. “La genealogía del racismo no es hacer historia por historia, sino que queremos entender el contexto”. Y continuó planteando: “¿Por qué la gente tiene una serie de concepciones de racismo? En nuestra sociedad hay gente que piensa que el racismo es una cuestión del pasado”. “También hay gente que piensa que el racismo es una cuestión de la extrema derecha, que hay que ‘corregir’ en un marco democrático. El racismo es una cuestión de clase, es una posición ‘fina’, puesto que asocia el racismo con la pobreza”. Esto hace que todas estas maneras de ver el racismo niegan que el racismo es estructural y un eje vertebrador de nuestra sociedad. Mostafà Shaimi definió qué es el racismo y aseguró que la manera como respondamos a la pregunta tiene consecuencias políticas.
  • Anyely Marín desarrolló la siguiente tesis: lo que está en el corazón del racismo actual es una traducción en lenguaje posmoderno de lo que constituía el racismo en el siglo XVII, cuando se modela un discurso científico sobre la categorización de las personas. “Tenemos que superar la forma de abordar el racismo, puesto que pretender que el racismo se supere trabajando conductas individuales o atacando la rumorología hace que nos quedamos en la superficie”. Continuó con la tesis de que las leyes coloniales, la regulación de la relación entre “razas” y otras prácticas y sanciones del XVII para crear identificación del igual y hacer horroroso la identificación con aquello diferente, son las bases del “control racial” actual.