Músicas “urbanas”

 
Artistas, productores y programadores musicales de salas, festivales y fiestas ponen a tambalear el término “música urbana” en clave local.
 
El martes 14 de junio el Espai Avinyó presenta en colaboración con la Cooperativa L'Afluent,, gestora de la SALA VOL, un diálogo sobre las implicaciones simbólicas y materiales de la categoría “música urbana”, dinamizado por el comunicador musical Daniel Madjody y con la participación de: Dr. Mackandal, librero y director de United Minds, promotor y artista multidisciplinar; Mista.O, músico panafricanista y productor cultural; Isamit Morales, artista visual y encargada del proyecto Sin Sync en la sala VOL; Mani Tapis (Dj. Mixer) del colectivo afro queer Katarsis.25Uncle Yems, del colectivo Voodoo Club y Dj. Owey, dj. afroespañola de Barcelona, estudiante de imagen y sonido.
 
El origen de la “música urbana” en España, apunta Madjody, tenía la “buena intención de aglutinar diferentes géneros que no se identificaban con otra música”, auguraba Cruz Cafuné. Lo problemático, señala Dr. Mackandal más adelante, es que las lógicas de la industria musical han impuesto este tipo de categorías musicales para vender un empaque (packeging) desprovisto del contexto, los referentes, temas y las formas ser y pensar que sustentan los géneros musicales racializados.
 
La sesión comienza con la proyección del video Afro Referents realizado por el equipo del Bloque Televisión, que consiste en una serie de testimonios de artistas afroespañoles que se plantean diversos temas frente al racismo y la invisibilización de su trabajo en la escena musical estatal. En este sentido, se plantea la pregunta: ¿La irrupción de la categoría “música urbana” posibilita o condiciona el rompimiento de las lógicas racistas en la industria musical?
 
Resaltamos algunas perspectivas de un debate que continúa. Además, bien pronto podréis ver, a través de nuestros canales comunicativos, el vídeo resumen de la actividad.
  • “Urbano se refiere a música callejera”, recuerda Dr. Mackandal y añade que no de cualquier calle sino de las llamadas periferias donde surge música como el drill (taladro) para “mostrar lo más tenebroso de la calle”. Así, denuncia el “blanqueamiento” en la industria citando que Guetto Boy no recibe premios, mientras C.Tangana y Rosalía se quedan con los premios de esta categoría.
  • Sobre la resistencia al fenómeno comercial y el racismo en la industria, Uncle Yems afirma que a la hora de trabajar con artistas racializadxs en Voodoo Club les interesa la relación con el espacio, el ambiente, la vibe y el ritmo que maneja cada Dj o artista. Mista O coincide en que “La música son ritmos, son vibes, no son géneros”, y propone reivindicar los orígenes, los ritmos de la diáspora africana en América que tomaron múltiples formas y crearon historias cotidianas propias.
  • A propósito, Dj Owey comparte que su movimiento está basado en la música negra: dancehall, afro, trap, entre otros, donde le interesa poner en circulación referentes femeninos. Por su parte, Isamit Morales siente la música como música y construye hilos entre géneros, pasando del ambient, reggaetón y el dancehall: experimentación que comparte en Sin Sync donde sugiere que “mientras menos dogmáticas nos pongamos, mejor”.
  • Por otro lado, Mani de Katarsis.25 experimenta con polirritmos como el sinqueli de Tanzania, donde si bien hay patrón en común que lo convierte en género, el colectivo prefiere valorar el aporte individual o comunitario de cada proyecto, poner en valor lo local en conexión con las escenas musicales de África y otras diásporas, sin buscar un género en concreto que limite la experiencia.
  • En general aparece un debate sobre la necesidad de crear espacios de colectivización que no respondan a lógicas individuales, de reproducción del racismo desde la escuela, de competencia entre artistas de la escena, para romper con las lógicas que imprime la propia industria musical en la escena musical.
 
Para cerrar, contamos con un DJ Set de Dj. Owey.
 
 

Gif Músiques "urabanes" © Violeta Ospina