Series a debate | ¿Qué se esconde detrás de la ficción?

El martes pasado 30 de marzo, el Espai Avinyó dio inicio al ciclo ‘Series a debate’, un espacio que permitirá comentar y analizar series de mucho éxito y difusión dentro de la cultura popular contemporánea.
 
Se trata de un ciclo en que se abordarán reflexiones sobre como es representada la diversidad cultural, étnica y racial en las series, qué problemas se encuentran a la hora de romper imaginarios estigmatizantes, exotizantes y racistas y como detectarlos, qué implica producir y consumir una serie, entre otros aspectos.
 
Para el debate contamos con la ayuda de New Voices New Futures, colectivo de creadores afro que se ha unido para la producción, distribución y apoyo de los proyectos audiovisuales de cineastas afrodiaspóricos. En esta ocasión, participaron dos de sus integrantes, Damián Sainz, docente, conferenciante y co-fundador de la iniciativa de formación audiovisual Black Seed al lado de Sally Fenaux Barleycorn, y Heidi Ramírez, fotógrafe, editore de vídeo y poeta, cuyo trabajo explora el autorretrato como contra-mecanismo de reivindicación.
 
La reflexión fue guiada por un marco de análisis intercultural desarrollado y propuesto por el colectivo en el cual examinaron diferentes series teniendo en cuenta como éstas representan a las personas que, en rasgos, comportamientos, imaginarios, religiosidades, clase social, capacidades, etc., se encuentran fuera de la norma del hombre o mujer cis blanca heterosexual de clase media con pasaporte del Norte Global.
 
¿Es posible encontrar contenido audiovisual producido y comercializado desde una perspectiva intercultural, en un mundo erigido sobre bases coloniales y eurocéntricas? Con esta pregunta el colectivo quiso remarcar el hecho de que, aunque ciertas tramas de ficción seriada incluyan a personajes diversos, visibilicen o, incluso, traten de resolver problemáticas sociales, muchas veces estas narrativas “buenistas” justifican o legitiman estas mismas estructuras de opresión y violencia hacia estas comunidades. Para eso es importante crear un marco de análisis sobre como funciona realmente esta representación.
 
El primer aspecto a analizar es: (1) ¿Los personajes de la serie son personas diversas? ¿Algunos de ellos tiene el rol protagónico? ¿Los hechos que les suceden a estos personajes perpetúan o intentan cambiar estereotipos? Por ejemplo, la serie Bridgerton incluye personajes diversos, y algunos de ellos son protagonistas, pero perpetúan ciertos estereotipos. La mayoría de personas afrodescendientes que aparecen en la serie son light skin (de tez clara), con rasgos eurocéntricos, y el personaje villano de la serie es interpretado por el actor de piel más oscura.
 
Después se podría considerar: (2) ¿Son la interculturalidad y la diversidad cultural elementos constitutivos o esenciales de la serie? ¿Si lo son, como funcionan estos elementos? Para entender eso se habló del concepto de “race-baiting” o de cebo racial, dónde las diferentes plataformas de tiempo real crean contenido con personajes diversos, pero que funciona como una estrategia de marketing, generando contenidos que no tienen que ver con cuestiones raciales, solamente llamando la atención de estas audiencias preocupadas por estos aspectos.
 
Bridgerton es otro claro ejemplo de eso, ya que no habla especialmente de cómo funciona el mundo, no se problematizan ni complejizan las situaciones, sino que envía el mensaje que el amor puede con todo, ya que en esta serie se resuelve, de alguna forma, el racismo, una vez el rey se casa con una mujer afrodescendiente.
 
Después nos podemos preguntar, (3) ¿Los principales creadores son personas diversas? Utilizando las series de animación como ejemplo, Ramírez nos invita a preguntarnos si los actores realmente concuerdan con el personaje que están interpretando. Un ejemplo de buena praxis sería Steven Universe, donde el personaje de Shep, que es una persona no binaria, interpretado por Indya Moore.
 
Para hablar de este aspecto también es importante comentar el concepto de la “tokenización ”, Sainz comentó, “¿Hasta qué punto este sistema usa a algunas personas que tienen determinados rasgos para que funcionen como pantalla para justificarse?», y a veces se crean escenarios solamente de apariencia diversa e intercultural, aunque aquellas personas que trabajan entre bastidores no reflejan eso.
 
El último aspecto a analizar sería: (4) ¿Cuál es la audiencia principal en la cual está dirigida la serie? ¿Cómo se vende? ¿Mediante qué plataformas? ¿Es de fácil acceso? ¿Cómo se mueve el dinero? Hay ejemplos de plataformas como el canal dirigido a niños denominado Nickelodeon que sigue una estrategia por mostrar esta diversidad, en lo que Ramírez plantea que no sabe si es algo realmente bueno o malo, pero eso permite que más niños tengan acceso a este tipo de contenido. Después está la plataforma HBO donde, dependiendo de dónde vives, te muestran más fácilmente algunas series mientras que otras son de muy difícil acceso, como es el caso de Random Acts of Flyness en España, ya que el algoritmo funciona de manera tal que prioriza ciertos contenidos en detrimento de otros.
 
Finalmente, Sainz nos deja con esta invitación: “Hacemos dos llamamientos, el primero a las plataformas, productoras y todas aquellas personas que están a cargo de construir, generar y comercializar ficciones seriadas a que no pueden contar nuestras historias sin nosotros, sin contar con nosotros y sin que seamos agentes. Después, nosotres como espectadores somos cómplices de la reproducción de violencias cuando pagamos por estos contenidos, necesitamos espectadores emancipados, críticos y que no acepten esto”.
 
No os perdáis la próxima sesión que analizará en profundidad, en clave intercultural la serie Élite. También, si tenéis sugerencias de series para analizar, podéis escribir a espaiavinyo@bcn.cat.