El Espai Avinyó os invita a conocer 'African meninas'

Con la ayuda de Heidi Ramírez, fotógrafe y miembro del colectivo New voices new futures, reflexionamos entorno al liderazgo, la migración y la resistencia.

10/12/2020 - 17:12 h

El libro “African Meninas: liderazgo femenino en el continente africano” de Karo Moret, Rachel Gato, Ana Cebrián y Sara Fratini (Edicions Wanafrica), que cuenta con 30 biografías de mujeres en cargos de liderazgo a nivel político, social, científico, y filosófico, figuras legendarias y contemporáneas de la vasta y diversa geografía africana, te invita a través de la lectura a reflexionar sobre referentes de mujeres africanas y afrodescendientes.

Y el taller virtual del mismo nombre, que fue organizado por el Espai Avinyó el lunes 30 de noviembre, fue inspirado en el libro a la hora de proponer un espacio donde reflexionar estas temáticas de forma activa.

Ramírez empezó usando una referencia audiovisual, de la película Cobra verde (1987), dirigida por Werner Herzog, para poner en contexto el concepto del comercio triangular, que era el método usado durante más de 400 años, para comerciar con personas esclavizadas. Este momento es increíblemente significativo, ya que encapsula una de las muchas devastadoras consecuencias de la trata de personas esclavizadas, como es que se llegara a objetificar a las personas afrodescendientes, o el hecho que en Occidente sabemos más de los productos que vienen de territorios africanos, que de la propia historia del continente. Por lo tanto, nos deberíamos de preguntar, ¿cuáles son sus historias? Pero, en especial, como dijo Ramírez, “¿desde qué perspectiva las miramos y las contamos?”.

Entre muchas historias que no han sido visibilizadas en Occidente, es de las mal llamadas Amazonas de Dahomey, guerreras del antiguo Reino de Dahomey, hoy en día la República de Benín. Fueron llamadas así ya que los europeos pensaban que se parecían a aquellas amazonas del mito griego, aunque realmente se llamaban Ahosi o Mino.

Las guerreras Mino fueron unas figuras claves en implementar políticas militaristas como introducir el aceite de palma en el mercado para ayudar a acabar con la trata de personas. Estas mujeres después inspiraron a los personajes de las Dora Milaje, también mujeres guerreras, de la película “Black Panther” (2018).

Otra historia no muy conocida en Europa sería la Rebelión de las mujeres Mau Mau, que fueron aquellas personas que formaron parte de un movimiento de insurrección para finalizar la colonización del Imperio Británico en Kenia. Este proceso consistía en la devolución de tierras, y entre otras cosas la igualdad de salario, y, de hecho, uno de los grupos étnicos más involucrado era los Kĩkũyũ, y en especial las mujeres. Las mujeres Mau Mau llegaron a crear un cambio en el paradigma en las dinámicas de poder masculinas, pero el precio que tuvieron que pagar para atreverse a pedir su libertad y la de su país fue demasiado alto, recibieron una violencia extrema por parte del Imperio Británico, e incluso intentaron silenciar sus historias. No fue hasta el 2012 que el gobierno británico admitió las atrocidades que cometió en el año 1952.

El continuado proceso de querer silenciar estas historias llevó a un borrado de imaginarios e imposiciones estructurales, por la imposición de una perspectiva eurocéntrica. Estas imposiciones coloniales también universalizaron conceptos como los relacionados al género, e incluso el concepto de “mujer” que ya damos por sentado. Pero, por ejemplo, en la sociedad Yoruba, no se clasifica a la gente en “mujer” y hombre, como explica la autora Oyeronke Oyewumi, en “La invención de la mujer”, estos conceptos son constructos coloniales. Oyewumi explica en su libro que los rangos de una persona en la sociedad Yoruba tienen que ver con la senioridad y no en los órganos reproductivos, que a su vez en Occidente han impuesto que tener ciertos genitales te conduce a ser mujer, y por lo tanto a ser inferior al hombre. De hecho para los Yoruba se cambia constantemente la posición social de la persona, dependiendo de la relación que tenían con la persona que estaban interactuando.

Este borrado ha llevado a que miremos a las personas afrodescendientes desde una perspectiva deshumanizante, desde la objetificación, pero también la animalización y la hipersexualización. Los zoológicos humanos, donde se exponían a personas africanas que eran muy populares en Europa a finales del siglo XIX, son un ejemplo de esto. Y es que en la zona del Tibidabo, en Barcelona, o en el parque de El Retiro, en Madrid, les exponían como animales. Saara Bartman era una de las muchas mujeres africanas que también fue expuesta en vida durante muchos años, pero, lamentablemente, su cuerpo también se expuso en el Museo del Hombre en París. Esto nos hace plantearnos desde dónde miramos a ciertos cuerpos, y un concepto que Ramirez llama el “consumo de miradas”, como la mirada eurocéntrica en sí puede ser totalmente deshumanizadora. Se sigue comerciando con la mirada, al igual que antes se usaba el comercio circular, y esta misma mirada puede significar visibilización, o en este caso la invisibilización.

Y no sólo eso, este consumo de miradas ha llevado a que se tenga una mirada reduccionista y esencialista de referentes de mujeres africanas y afrodescendientes, desde la mirada, por ejemplo, colorista y colonialista, que fue mencionada en la ronda de preguntas. Es por esto que Ramírez aboga que el intento de reconocimiento, por encima del descubrimiento, de referentes, es un ejercicio combativo contra el borrado, de poder descubrir, más bien, las posibilidades del conocimiento, de no pensar que nuestra cosmovisión está o debería estar regida por Europa o Norteamérica. Por esto es importante que nos preguntemos constantemente, ¿qué referentes están siendo invisibilizados y por qué? Si paramos a preguntarnos cuántas mujeres europeas conocemos que sean líderes en ámbitos como la literatura, la ciencia o la política puede que nos cueste enumerar a más de cinco en cada campo, ahora, la tarea de ponerse a pensar a cuántas mujeres africanas conocemos que tengan el mismo nivel de reconocimiento, en esta sociedad, es mucho más compleja.