Centre Cívic Casa Groga

Del cultivo de la tierra al cultivo de las artes
Situado en un barrio con una orografía complicada, que fue de los últimos en ser urbanizados, el Centro Cívico Casa Groga ha heredado la ubicación y el nombre de una antigua explotación agraria. Largamente reivindicado por los vecinos, hoy es el centro de actividades más popular del barrio. Gracias a los programas de este equipamiento, allí donde antes se cultivaba la tierra, hoy crecen vocaciones artísticas.
 
Una finca señorial con porche y mirador
El núcleo de Sant Genís dels Agudells está documentado desde el siglo x y, por lo  tanto, es incluso más antiguo que el hoy desaparecido monasterio de Sant Jeroni de la Vall d’Hebron, del cual pasó a depender en el siglo xiv.
Alrededor de la iglesia parroquial y del cementerio de Sant Genís proliferaron las masías y explotaciones agrícolas, entre las cuales figura la de Can Termes, posteriormente conocida como Can Gresa y, finalmente, como Casa Groga.
La finca está documentada desde el siglo xviii, con el nombre de Can Termes, y se cree que sus propietarios podrían haberla construido con el objetivo de huir de las epidemias que afectaban a Barcelona.
Austero pero señorial, el edificio tenía una galería porticada y una característica torre que cumplía las funciones de mirador, ambas construidas durante la ampliación y renovación de la masía en el año 1830.
 
De Can Gresa a la Casa Groga
Hasta 1930 el edificio fue conocido como Can Gresa, nombre de la familia que allí vivía. La última propietaria fue Rosa Gresa, que murió sin descendencia. Sus herederos donaron la masía al Hospital de Sant Pau.
Dado que las paredes de la finca estaban pintadas de color amarillo, los vecinos la llamaban popularmente la «Casa Groga».
Entre 1973 y 1976, la Associació de Veïns de Sant Genís dels Agudells ya pedía mejoras y servicios en un barrio que cada vez estaba más densamente poblado y que, a causa de su complicada orografía, fue de los últimos en urbanizarse. En concreto, los vecinos pedían que se instalaran en la «Casa Amarilla» una biblioteca y un parque infantil, entre otros equipamientos.
 
Un edificio nuevo y energéticamente eficiente
En 1978, la finca fue expropiada por el Ayuntamiento, que pagó 50 millones de pesetas. A causa del mal estado en que se encontraba, se descartó la posibilidad de conservarla y se optó por el derribo, una opción que los mismos vecinos acabaron aceptando en la década de los ochenta.
El Col·lectiu Agudells, un grupo con finalidades ecologistas y culturales, con el apoyo de otras entidades del barrio impulsaron a principios de 1987 una recogida de firmas pidiendo que se hiciera un Centro Cívico en la Casa Groga. En febrero se instaló un barracón en los terrenos, que cumplía las funciones de espacio de reunión y local social.
El nuevo Centro Cívico Casa Groga, construido según el proyecto del arquitecto Francisco de la Guardia, con un diseño energéticamente eficiente, se inauguró finalmente el 16 de marzo de 1991.
 
El arte, de plaza en plaza
El Centro Cívico Casa Groga tiene una ludoteca para niños y niñas de entre 0 y 12 años y organiza todo tipo de actividades relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la informática y las redes sociales, la salud, la música y el arte en sus más diversas formas.
Entre los programas de mayor recorrido puestos en marcha por el centro, destaca la muestra de arte callejero Desplaça’t, que en 2014 cumplió diez años y que anualmente, en los meses de mayo y junio, llena de manifestaciones artísticas y escénicas distintos espacios al aire libre del barrio. Además, el centro participa activamente en el ciclo Clàssica a Horta-Guinardó albergando algunos de los conciertos incluidos en la programación.