Centre Cívic El Coll – La Bruguera

La casa de Mortadelo y Filemón
El Centro Cívico El Coll – La Bruguera ocupa el espacio de una de las editoriales más populares de los años sesenta y setenta: la Editorial Bruguera. La empresa fue importantísima para la vida del barrio, pero también para el imaginario de toda una generación de niños y niñas. De aquí salían las aventuras de héroes del cómic como Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón, entre muchos otros personajes de mucho éxito. Hoy, el Centro Cívico mantiene viva la memoria de una editorial y de unos profesionales que iluminaron la infancia de toda una generación.
 
Nace El Gato Negro
En 1910, Joan Bruguera i Teixidor fundó en el barrio del Coll una editorial que se especializó en novelas por entregas, libros de chistes y biografías populares. Era El Gato Negro, con sede en la calle de Móra d’Ebre y antecedente directo de la Editorial Bruguera.
Pulgarcito, una revista en la que muchos niños y niñas seguían las aventuras de El repórter Tribulete, Carpanta o Zipi y Zape, fue una de las primeras publicaciones de la editorial y una de las más conocidas.
Cuando Joan Bruguera murió, en 1933, sus hijos Pantaleón y Francesc tomaron las riendas del negocio, que hasta los años cuarenta no adoptó el nombre de Editorial Bruguera.
 
Los años de oro de una multinacional de la edición
Aquella pequeña editorial se expandió por América del Sur y se convirtió en una multinacional de la edición. Entre otros edificios del barrio, en el número 15 de la calle de L’Aldea estaba la sede de las rotativas.
Bruguera fue una empresa importantísima para el barrio del Coll, de donde procedían muchos de sus trabajadores.
Ibáñez, Escobar, Cifré, Peñarroya y muchos otros nombres fundamentales en la historia del cómic en nuestro país trabajaron para la Editorial Bruguera, creando personajes como el Capitán Trueno, Doña Urraca, las Hermanas Gilda, Carioco o los imprescindibles Mortadelo y Filemón.
 
La crisis del petróleo y el fin de un sueño
En el año 1974, la empresa trasladó las rotativas a un polígono de Parets del Vallès. Las nuevas instalaciones contaban con modernas máquinas de impresión y encuadernación. Pero los elevados costes de la inversión realizada coincidieron con un momento delicado para la industria: la crisis del petróleo y el inicio de la recesión en el mercado de las revistas.
Empezaba un período difícil para Bruguera, que terminó en 1982, cuando declaró la suspensión de pagos y acordó el despido incentivado de 600 trabajadores.
Encierros, protestas, movilizaciones laborales... Tras unos años de fuerte inestabilidad, finalmente, en 1986 el Grupo Z compraba la editorial y la convertía en Ediciones B.
 
Recuperando la memoria
En uno de los inmuebles que ocupó la Editorial Bruguera en el barrio del Coll, donde estaba instalada una de las más modernas rotativas de toda España y el centro de cálculo y facturación de la empresa, nació, en septiembre de 1992, el Centro Cívico El Coll – La Bruguera.
Vecinos, antiguos trabajadores y familiares de los propietarios colaboran hoy con el Centro Cívico en el Proyecto Bruguera, dedicado a recuperar la memoria histórica de la editorial, que incluye, entre otras actividades, exposiciones, ciclos de cine, charlas y mesas redondas.
Paralelamente, el centro organiza y ofrece todo tipo de propuestas y servicios para públicos de todas las edades: desde talleres, actuaciones musicales, exposiciones y actos festivos y populares hasta un casal infantil, un casal para jóvenes, un espacio multimedia y otro para personas mayores.