Centre Cívic Parc Sandaru

Fresco, natural, original, para grandes, jóvenes y niñosEl Centre Cívic Parc Sandaru ha querido mantener en su nombre el de la antigua fábrica de bebidas carbónicas que había en el solar que ocupa. Pero, además, recupera el lema del refresco de los años sesenta, para plasmar en palabras su compromiso con los vecinos del barrio: una oferta para públicos de todas las edades y comprometida tanto con el entorno como con las personas. Una botella de... «Untomate»«Untomate», «Unnaranja», «Unlimón», «Unapio», «Unuva»... Así se llamaban los zumos que producía Santiago Daurella en la empresa que fundó en el Born (concretamente en la calle del Rec) en 1940, Jugos y Zumos de Frutos Españoles, SL.En 1945, Daurella se decidió a fabricar y vender bebidas carbónicas, una operación para la que buscó una denominación que parecía salida de una película de espías y que acabó por dar nombre también a la empresa: «Organización D» (con la D de Daurella). El hombre de la Coca-ColaEn 1949, Daurella ya tenía unas nuevas instalaciones donde elaborar sus bebidas carbónicas, pero ya no estaban en el Born, sino en el barrio del Parc, en el número 11 de la calle de Buenaventura Muñoz. Sin embargo, este emplazamiento no sería todavía el definitivo: sólo dos años después, en 1951, construiría su novísima fábrica en el solar del actual Centro Cívico Parc Sandaru.¿Qué pasó en el año 1951 para que Daurella decidiera emprender una inversión tan grande? Pues que había conseguido la concesión... ¡de la Coca-Cola! El popular refresco norteamericano siguió envasándose en el número 11 de Buenaventura Muñoz hasta 1953, cuando la planta embotelladora se trasladó. Un nuevo refresco Mientras tanto, la empresa sacaba una nueva línea de bebidas bajo la marca Sandaru. ¿Un nombre extraño? Leed las primeras letras del nombre y apellidos del propietario: se llamaba Santiago Daurella Rull.Desde 1963 ya se podía pedir un Sandaru en el bar, que era, básicamente, tónica con zumo de frutas. Pero el público no acogió bien el nuevo producto y Organización D tuvo que cerrar la fábrica a principios de los años setenta.Precisamente, en 1976, el Plan General Metropolitano estableció que los terrenos de la fábrica Sandaru cambiarían su calificación de suelo de uso industrial a equipamientos. De casal para personas mayores a Centro Cívico Las entidades del barrio comenzaron a reclamar el uso público de las instalaciones de la Sandaru. Una de las que quería instalarse allí era Flojocant, dedicada a la ayuda a inmigrantes y a la organización de actividades culturales. En el año 1979, Flojocant ya había iniciado conversaciones con los propietarios del terreno para crear en las dependencias de la antigua fábrica una entidad cultural que se llamaría Ateneu Parlament.Pero el plan de Flojocant no llegó a materializarse y, en 1982, el Ayuntamiento de Barcelona negoció la adquisición del local, que finalmente se habilitó para dar cabida a un casal para personas mayores.El Distrito de Sant Martí y las entidades asociativas y culturales del barrio pactaron en el año 2001 reconvertir el casal en un Centro Cívico, que se abriría en un edificio de nueva planta. Para su construcción, se convocó un concurso público al que se presentaron más de ochenta proyectos, y el ganador fue el del colectivo AAAR Arquitectes, formado por Dani Abad i Riera, Jordi Altabàs Càrdenes, Francisco Javier Álvaro Méndez y Sergi Raventós i Mateu. Un equipamiento versátilEl nuevo equipamiento, con sótano, planta baja y tres pisos, se inauguró en 2007 y es un espacio versátil que se adapta fácilmente a las necesidades del barrio. En él, encontraréis desde una sala de exposiciones hasta un casal para personas mayores, una sala polivalente, un espacio de encuentro e intercambio, salas para talleres, locales de ensayo, vestidores, una gran sala escénica con gradas y un escenario desmontable, la actual Sala Sandaru...Buena parte de las actividades que se desarrollan en el Centro Cultural Sandaru están promovidas por una gran variedad de entidades y grupos residentes, desde una sociedad flamenca hasta grupos familiares, pasando por asociaciones relacionadas con la educación ambiental.