Llamamos trabajo de cuidados al conjunto de actividades, recursos y organización social que son necesarios para el sostén de las necesidades humanas y el bienestar de las personas.

Desde el paradigma de la economía feminista, se reivindica la importancia de este trabajo para el sostén de la vida, que es invisibilizado y desplazado a la esfera familiar. Atribuir este trabajo y su sostén a las mujeres genera situaciones de desigualdad y discriminación para ellas.

Es necesario realizar una revisión crítica de los efectos y las consecuencias de este modelo económico y social para potenciar modelos relacionales y económicos más equitativos, justos e igualitarios para las personas, que reconozcan el valor del cuidado como principal elemento social que hace posible el sostén de la vida e impliquen y responsabilicen a los hombres por igual en el trabajo de cuidados y las tareas domésticas.