“El futuro de la humanidad tiene que ir a una economía descentralizada y de mayor participación por la gente. Y eso es la ESS”.

Entrevista a Juan Manuel Martínez Louvier, director general del Instituto Nacional de la Economía Social de México.

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20/09/2021 - 13:50 h - Cooperación Ajuntament de Barcelona

¿Cómo definirías el Foro Global de la Economía Social, el GSEF?

El GSEF se ha caracterizado por ser un evento cada dos años, pero realmente tiene que ser una conjunción de voluntades, como el primer principio de la economía social, la libre asociación, la suma libre de voluntades, para generar otras ideas y otros imaginarios de cómo puede ser la sociedad.

Tras la edición virtual del año pasado, la Ciudad de México vuelve a acoger el GSEF 2021 ¿Qué significa para la Ciudad de México en concreto, y para el conjunto del país de México y de América Latina, el hecho de poder acoger este evento con el programa en el contexto en el que estamos?

Cuando se celebró el GSEF en Bilbao en el 2018, coincidía con un cambio trascendental en este país: la elección del primero de julio. Fue cuando, en México, la gente decidió dar un giro radical y tener una administración volcada en la gente, la administración del Presidente Lopez Obrador. Esa transición de gobierno tanto en la Ciudad de México (con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum) como el Federal coincide con nuestra candidatura al GSEF.

En ese momento reflexionamos sobre la necesidad de mostrar que viene un cambio profundo en las relaciones políticas y el impacto social que tienen México. Pero si ese pacto social no toca la economía, nos vamos a quedar cortos. Por eso es tan importante para nosotros que haya un evento donde hablemos de qué son estas prácticas de la economía social y solidaria (ESS), las que distinguen este modelo de hacer, este tipo de asociaciones económicas que tienen como centro a las personas, a la democracia económica por delante.

En 2020 no se pudo hacer presencial por la pandemia, pero quisimos tener un evento que mantenga el espíritu, la intención, de decir “aquí están todos estos países, y toda esta dinámica que se puede producir en Latino América, está presente en la Ciudad de México”. Por esto hora organizamos este formato presencial y virtual.

El lema y marco de los debates del GSEF es Gobiernos locales y economía social: cocreación de rutas para una economía verde e inclusiva. ¿Por qué esta necesidad de cocreación de rutas y de este binomio de los gobiernos locales-economía social?

El economista y sociólogo Jeremy Rifkin nos dice que no va a haber otro futuro sino el de la descentralización. Es una cuestión material, o cambiamos energéticamente o no habrá vida humana en el planeta. Y ese cambio energético tendrá como consecuencia económica la descentralización.

La concentración y la centralización son el foco de la precariedad. La pandemia de la COVID-19 nos lo vino a subrayar con toda su fuerza: las tecnologías están centralizadas; los países que, por este marco conceptual, están en la periferia, son los que más padecen. Están lejos de donde está concentrado el desarrollo tecnológico para las vacunas, para los cuidados y, desde luego, de la fortaleza económica.

El futuro de la humanidad tiene que ir a una economía descentralizada y de mayor participación por la gente. Y eso es la ESS. El modelo de gobernanza para que esas unidades, descentralizadas y ya distribuidas, puedan tener un correcto manejo, una correcta gestión. Al final, a lo que iremos es a la gestión local de los recursos, de los medios de producción y de la organización de las personas.

Además de este marco conceptual, el GSEF 2021 desarrolla cinco ejes que, además, presiden cada uno de los días del fórum. ¿Qué destacarías de estos cinco ejes?

Los cinco ejes, resultado de la construcción colectiva, son 1) construir y reconstruir una comunidad inclusiva; 2) educación, aprendizaje e investigación para la economía social y solidaria; 3) contribución a la transformación ecológica desde la ESS; 4) promover mecanismos diversos e innovadores en finanzas sociales y solidarias, y 5) desarrollar las alianzas locales e internacionales.

El objetivo es construir a partir de la reconstrucción. Es esta dialéctica muy compleja: cómo quitar las estructuras culturales, de procedimientos, de imaginarios que se han tenido en el pasado con ánimo de transición. Para ello, necesitamos gente que nos ayude a conceptualizarnos, a medirnos, a visibilizarnos. Y debatir sobre la contribución ecológica que se puede dar desde la economía social y solidaria, un sostenimiento inclusivo desde la utilización del capital, pero para bien. A mí me gusta ser provocador y decir que la economía social y solidaria maneja de muchísima mejor manera el capital que el capitalismo. Porque el capitalismo desnaturaliza el capital cuando lo transforma como su objetivo mayor. Y la economía social naturaliza el capital porque lo utiliza tal cual como un instrumento para generar bienestar de la gente. Para todo ello, está este telón de fondo que es el de mantenernos como una red viva, activa en el tiempo, con encuentros cada dos años, pero vivida en la cotidianidad y alimentada por las redes virtuales.

¿Qué destacarías de la edición de 2020 de cara al GSEF 2021?

Una de las cuestiones más impactantes, en lo personal y compartido con el equipo, fue la participación de los jóvenes. Llegamos a tener en una tarde a unos 600 jóvenes conectados en vivo, de 15 países iberoamericanos. Nos ha dado mucha luz ver como los jóvenes en Iberoamérica están encontrando en los mensajes de economía social algo con sentido. Y eso, para mí es sumamente entusiasmante.

Esa experiencia nos ha ayudado a estructurar este programa: dar contenidos que tienen sentido, nos han dicho dónde están sus inquietudes y donde sus senderos de futuro. ¿De qué quieren estar hablando?, ¿de qué se quieren estar ocupando en los próximos años?

¿Podrías explicarnos algo más sobre la realidad de la ESS mexicana y hacia donde irán las políticas públicas del Instituto Nacional de la Economía Social del gobierno de México (INAES)?

Las décadas de liberalismo han desmontado muchísimos instrumentos sociales en México. Con todo, la población mexicana tiene una resistencia muy interesante.

Pese a la transformación profunda, regresiva neoliberal, de la gestión de la tierra en los años 90, el territorio mexicano sigue siendo mayoritariamente de propiedad social: el 53% del territorio se gobierna o por ejidos o por comunidades y el 80% de la biodiversidad del país se concentra en esos territorios. Ahí tenemos una oportunidad importante.

Además, el sector dentro de la economía social más fuerte y organizado es el de ahorro y préstamo. En México tenemos nueve millones de habitantes integrados en cooperativas de ahorro y préstamo, totalmente reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en 150 cooperativas. Otros cinco millones participan en otras tantas cooperativas que todavía no están reguladas. ¡14 millones de personas que acceden a servicios financieros por medio las cooperativas de ahorro y préstamo! Son unos 10 millones de familias que están en territorios típicamente marginalizados y que van a esos servicios porque la banca privada, que tiene ánimo de lucro, pues no va. Así es que, cualitativamente tiene una importancia muchísimo más fuerte.

Paradójicamente, ese 10% cuantitativo de la población solamente integra 1% del sistema financiero mexicano, del cual los entes privados concentran el 95%. Y cuando analizamos la banca privada presente en México, más del 90% es extranjera. Tenemos una fortaleza muy grande cuantitativa y territorialmente de la ESS, expresada en el ahorro y préstamo, pero una participación en el mercado financiero hipermarginalizada. Así que aquí hay algunos senderos: ¿cómo hacer que la economía social pueda globalizarse localmente lo más que se pueda?

¿Qué visión tienes de la realidad de Barcelona y de Cataluña de la ESS?

Resaltaría que en Cataluña hay variables que nos hablan de un cambio cultural, de muchísima mayor interacción comunitaria en la gestión de los medios de producción, de los medios de comercialización, de los medios de ahorro y préstamo. Ejemplos muy potentes que nos hablan de conjunción de ideología e instrumentos que nos lleva ya un cambio cultural para afrontar los retos del futuro. Creo que ahí hay un campo de interacción muy importante entre México y Cataluña.

¿Por qué es importante ese campo de interacción, esa colaboración?

Mientras más comunicadas estemos, y muchísimo más articuladas, podremos mutuamente fortalecernos en esta visión común con instrumentos comunes que harán que tengamos esta cultura de la participación, donde ya la cooperación y la solidaridad no suenen a cuento de hadas, sino que suene más bien a un cuento sumamente pragmático de eficiencia económica y social. Que haga que nuestras comunidades adquieran herramientas de bienestar muchísimo más potentes y muchísimo más sólidas hacia el futuro.

Las inscripciones para ser parte del GSEF2021 están abiertas en: www.gsef2021.org.