“Entre otros, el textil sostenible priorizará el uso y no la compra”

Conversación con Begoña Planas, Barcelona Activa, y Verónica Larrain, Moda Sostenible BCN.

..
14/04/2022 - 17:18 h - Medio ambiente y sostenibilidad Ajuntament de Barcelona

El sector de la moda es uno de los más contaminantes ambientalmente y con un impacto social negativo. Desde Barcelona Activa se trabaja por un cambio de modelo del sector en la ciudad que incluya la sostenibilidad ambiental y social y modelos de organización más democráticos con el programa RevESStim el tèxtil. A las puertas de la nueva jornada anual, entrevistamos a la responsable de InnoBA y Ecosistema ESS en la Dirección de Innovación Socioeconómica, Begoña Planas, y a la vocal de la Junta de Moda Sostenible BCN y directora del proyecto The Trashion Fab, Verónica Larrain.  

Cada vez más se oye hablar de la moda sostenible, del textil sostenible y de la circularidad del mercado textil. ¿Cómo la definiríais vosotras?

Begoña Planas (BP): Cuando se habla de sostenibilidad se tiende a asociarla al impacto ambiental. Para nosotras, la sostenibilidad, tanto en el textil como en otros sectores, siempre la abordamos desde una triple vertiente: la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad social y la sostenibilidad organizativa.

La social tiene que ver con el impacto social que tiene la actividad que desarrollamos, como las condiciones laborales de las personas trabajadoras, los salarios que se pagan, la relación con el entorno o cómo se está conectado en red con otras iniciativas económicas del territorio. La gobernanza organizativa hace referencia a la gobernanza y a la promoción de modelos más participativos y horizontales.

Eso no es incompatible con la sostenibilidad económica, evidentemente. Una cosa tiene que ir vinculada con la otra.

¿Cómo es la situación actual de la industria del textil con respecto a estas tres vertientes?

Verónica Larrain (VL): Creo que todos sabemos que la industria de la moda está todavía muy lejos de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Sin embargo, también es cierto, y especialmente en el contexto catalán, que hay un montón de iniciativas diferentes que buscan caminos para establecer un sistema más sostenible. De hecho, es una de las más contaminantes del planeta.

Existen políticas ambientales que son bastante interesantes, existen proyectos de economía circular, diseño digital o digitalización de todos los procesos de producción, reciclaje, reparación, reutilización, concienciación de los consumidores, etc.

Es verdad que no es un camino fácil ni una solución genial, pero se está abordando desde los diferentes agentes. Todo el mundo está intentando hacer su parte, tanto en el ámbito gubernamental como desde las empresas privadas y públicas y las diferentes organizaciones y entidades sociales.

¿En un contexto de innovación y reflexión, qué papel juega el programa RevESStim el tèxtil?

BP: El programa RevESStim el tèxtil es el programa de Barcelona Activa que trabaja para el fortalecimiento e impulso de proyectos de emprendimiento social y colectivo en el sector textil en la ciudad y para fortalecer las empresas del sector textil sostenible que ya existen en la ciudad.

Lo hace básicamente a través de dos líneas de acción: una, lo que es básicamente el fortalecimiento socioempresarial, como la formación y asesoramiento empresarial de herramientas de gestión, planes de viabilidad, planificaciones estratégicas, muy adaptado al sector del textil. El otro eje es la parte de articulación, porque es un sector que no está lo suficientemente articulado y no es lo bastante visible en la ciudad, aunque sí que hay bastantes iniciativas que están desarrollando proyectos textiles o de la moda desde esta mirada. Intentamos articular el sector para hacerlo cada vez más visible y, así, generar más sinergias y desarrollar proyectos mucho más comunes.

Mencionabais Cataluña. ¿Cómo es la situación aquí y, concretamente, en Barcelona?

VL: Muchas diseñadoras de moda y pequeñas marcas del área de Barcelona han adquirido, desde el momento de su creación, un compromiso social en cuanto a la confección de sus prendas: buscando talleres pequeños con implicación en la economía social y solidaria (ESS), a través de programas de inserción laboral. Cada vez es más frecuente encontrar iniciativas que asumen que la responsabilidad medioambiental va del brazo de un deber social.

En Barcelona, el sector textil está muy segregado. Desde RevESStim el tèxtil, el programa de Barcelona Activa, se trabaja para articular el sector y para dar visibilidad conjunta a todas las partes que están involucradas en la cadena de confección.

¿Cómo se trabaja desde el programa RevESStim el tèxtil la articulación sectorial?

BP: El sector textil en Barcelona tiene muchas organizaciones que trabajan a diferentes niveles y desde diferentes perspectivas. Desde RevESStim el tèxtil hemos creado espacios de trabajo para los diferentes agentes: hay un grupo de emprendedoras, para personas que están emprendiendo el textil sostenible y que pretende desarrollar soluciones conjuntas; hay otro grupo que trabaja desde los talleres sociales que existen en Barcelona e identifica qué proyectos conjuntos pueden desarrollarse. Hay otro grupo que está trabajando desde los centros formativos que están formando en textil de la ciudad. Desde cada grupo se analizan las necesidades y se intenta desarrollar acciones conjuntas. Así, la idea es que todos estos grupos acaben teniendo un espacio de encuentro.

¿Cuál es la relación del sector del textil con la ESS?

VL: La ESS pone en el centro a las personas y el medioambiente, y es importante en el sector económico, representando el 7 % del PIB de la ciudad. Es otra manera de hacer economía que, además, está muy vinculada, y cada vez más, a una nueva forma de hacer moda.

Hablamos de empresas que están generando un impacto social positivo, a la vez que reducen al máximo la huella ambiental y avanzan hacia modelos organizativos más participados, especialmente cuando se dedican al sector textil.

¿Cómo podemos hacer crecer el sector del textil sostenible en la ciudad?

BP: Es necesario hacer una reflexión sobre nuestro consumo, cómo lo reducimos, cómo reutilizamos, cómo reparamos mucho más y, a la hora de comprar, dónde y cómo lo hacemos. Esta reflexión sobre el consumo en todos los ámbitos de la vida es importante, pero en el ámbito de nuestra relación con la ropa y la moda lo es muchísimo más.

De media, utilizamos nuestras prendas siete veces. Eso pone de manifiesto que tiene que haber un cambio importante de los hábitos de consumo que apueste por las empresas que realmente estén trabajando por un textil sostenible y que no pueden competir con las fast fashion por su precio, por debajo de su coste real de producción.

VL: Hay una cosa que yo siempre digo: a la hora de comprar una prenda, piensa si serás capaz de ponértela más de treinta veces. Es una receta que permite cambiar el eje de actuación en el consumo y que funciona muy bien.

¿Por qué el coste de la moda sostenible es más alto que el de la fast fashion?

BP: Si la fast fashion internalizara los costes de los impactos que tiene, como los vertidos que produce, y de las condiciones laborales con que produce, seguramente el precio sería similar. El problema es que la fast fashion no está repercutiendo el coste real en el precio.

¿Cuáles son las tendencias actuales del sector?

BP:  Justamente reflexionamos al respecto en las terceras jornadas del programa. Una de las tendencias que está surgiendo son los modelos de negocio que priorizan el uso y no la compra. Modelos de negocio como el intercambio o alquiler de ropa o la adquisición de ropa de segunda mano no están pensando en la producción, sino en el intercambio o la reutilización, retroalimentando nuevos modelos de consumo.

VL: El sistema de alquiler como modelo de negocio se presenta como un cumplimiento ideal para evitar todo lo que es la acumulación por capricho de una gran cantidad de ropa. Favorece especialmente la transformación hacia un modelo de consumo de ropa efectivo y que contribuye a reducir el impacto medioambiental del sector.

¿Cómo serán las terceras jornadas del RevESStim el tèxtil?

BP: Uno de los momentos clave del programa anual son las jornadas, que este año se celebrarán el 31 de mayo en formato presencial en InnoBA, en la calle Perú, 52. Volverán a ser presenciales, como las primeras, en las que participaron más de 100 personas. Bajo el título «Del textil del futuro a los retos del presente», reflexionaremos sobre qué tenemos que hacer en la actualidad para llegar en ese textil del futuro, el que todas nos imaginamos. Este debate de cocreación tendrá lugar en diferentes espacios.

Una primera parte consiste en dos mesas redondas simultáneas para reflexionar sobre los retos del textil del futuro. La primera versa sobre la digitalización y la transformación que esta genera en el sector.

Muchas veces pensamos en digitalización solo en clave de comercialización, pero también tiene otros impactos, en los modelos productivos, por ejemplo, facilitando la creación de modelos bajo demanda, generando comunidad o facilitando la internacionalización de las marcas.

La segunda mesa redonda tiene más que ver con la gestión del residuo, explorando tendencias sobre la gestión del mismo y la economía circular. En esta mesa se hablará de tendencias como el ecodiseño y el upcycling, entre otras.

El objetivo de estas dos mesas es ofrecer una mirada desde la experticia, compartiendo reflexiones con tres personas de renombre de las temáticas mencionadas. Después tendrán lugar los «rincones para hilar», espacios de intercambio con experiencias concretas para abordar las temáticas tratadas en las mesas desde una vertiente más práctica. El intercambio se realizará en pequeños grupos para facilitar una mirada más vivencial.

Por la tarde, se organizará un espacio de generación de red para proyectos y empresas con el fin de identificar elementos en común y fortalecer los vínculos y colaboraciones entre estas.

¿Cuáles son los retos de la economía circular y la digitalización? ¿Qué podemos esperar de estas tendencias?

VL: En el caso de la moda digital, que puede impactar realmente la moda física, la digitalización de la moda tiene que empezar a pensarse a gran escala global. A título particular, yo no creo que pueda sustituirse la industria de la moda física, que es una industria que produce más de 700 mil millones de euros. Solo en Europa, el sector textil y de confección factura 162.000 millones de euros anuales. Sin embargo, sí que creo que puede influenciar en el consumo y nuestra relación con la ropa.

Por ejemplo, la moda digital ya está ejerciendo influencia en la forma de fabricar y consumir los productos. Un ejemplo de reducción de huella de carbono a través de la producción bajo demanda, con colecciones cápsula que son únicamente digitales, como la de Farfetch. Tras la campaña de marketing inicial, se recogen los pedidos y se producen las prendas físicas solo bajo demanda. De este modo, se ahorran en torno a 2,5 toneladas de huella de carbono, porque la huella de carbono de una prenda digital supone el 3,85 % de la de una camiseta de algodón fabricada de forma tradicional.

Existen otras formas, como los swaps o las plataformas compartidas, que permiten a los usuarios alquilar prendas o publicar su propia ropa para alquilarla o venderla. Este tipo de acciones alargan la vida útil de la prenda, ayudan a que sea más larga.

¿Cómo surgió el programa de acompañamiento al sector del textil?

BP: RevESStim el tèxtil nació como respuesta a una necesidad muy concreta del sector. Cuando empezamos a hacer asesoramiento de proyectos de emprendimiento desde la mirada de la ESS, un porcentaje elevadísimo era de gente que quería emprender dentro del sector textil. Fue entonces cuando decidimos que era necesario un recurso específico para acompañar a esta tipología de proyectos.

Hay un plantel muy importante de proyectos textiles que empiezan que apuestan por incorporar esta mirada.

VL: Hay mucha iniciativa, hay mucha idea. Los tiempos que hemos estado viviendo en estos últimos años, con la COVID-19 y las crisis económicas reiteradas que hemos tenido, nos hacen ser muy creativos y buscar soluciones.

¿Qué necesitamos ahora para hacer crecer ese plantel, para hacer germinar esas semillas?

BP: Es un sector que necesita acceso a financiación y visibilización, y para alcanzar la sostenibilidad económica es necesario dar el salto de escala a través de la intercooperación. Son proyectos que o bien tienen poquita trayectoria o son pequeños, que las personas que los conforman son microempresas. Es necesario un cambio de modelo de consumo para alcanzar esta sostenibilidad económica.

VL: Y un cambio de economía también. Nos basamos en un modelo económico que respira, vive y muere por el PIB, cuando tendríamos que enfocarnos más hacia el decrecimiento como una forma de mejorar la calidad de vida. Se necesita dinero para poder financiar todo eso, pero tiene que estar vinculado a un cambio de modelo económico, a un cambio de los paradigmas de cómo vivimos hoy y cómo pensamos que tienen que ser nuestras vidas. Se tiene que pasar por ser menos materialista, menos consumista, menos individualista… ¡Todos los istas, fuera!

Cada vez más se oye hablar de la moda sostenible, del textil sostenible y de la circularidad del mercado textil. ¿Cómo la definiríais vosotras?

Begoña Planas (BP): Cuando se habla de sostenibilidad se tiende a asociarla al impacto ambiental. Para nosotras, la sostenibilidad, tanto en el textil como en otros sectores, siempre la abordamos desde una triple vertiente: la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad social y la sostenibilidad organizativa.

La social tiene que ver con el impacto social que tiene la actividad que desarrollamos, como las condiciones laborales de las personas trabajadoras, los salarios que se pagan, la relación con el entorno o cómo se está conectado en red con otras iniciativas económicas del territorio. La gobernanza organizativa hace referencia a la gobernanza y a la promoción de modelos más participativos y horizontales.

Eso no es incompatible con la sostenibilidad económica, evidentemente. Una cosa tiene que ir vinculada con la otra.

¿Cómo es la situación actual de la industria del textil con respecto a estas tres vertientes?

Verónica Larrain (VL): Creo que todos sabemos que la industria de la moda está todavía muy lejos de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Sin embargo, también es cierto, y especialmente en el contexto catalán, que hay un montón de iniciativas diferentes que buscan caminos para establecer un sistema más sostenible. De hecho, es una de las más contaminantes del planeta.

Existen políticas ambientales que son bastante interesantes, existen proyectos de economía circular, diseño digital o digitalización de todos los procesos de producción, reciclaje, reparación, reutilización, concienciación de los consumidores, etc.

Es verdad que no es un camino fácil ni una solución genial, pero se está abordando desde los diferentes agentes. Todo el mundo está intentando hacer su parte, tanto en el ámbito gubernamental como desde las empresas privadas y públicas y las diferentes organizaciones y entidades sociales.

¿En un contexto de innovación y reflexión, qué papel juega el programa RevESStim el tèxtil?

BP: El programa RevESStim el tèxtil es el programa de Barcelona Activa que trabaja para el fortalecimiento e impulso de proyectos de emprendimiento social y colectivo en el sector textil en la ciudad y para fortalecer las empresas del sector textil sostenible que ya existen en la ciudad.

Lo hace básicamente a través de dos líneas de acción: una, lo que es básicamente el fortalecimiento socioempresarial, como la formación y asesoramiento empresarial de herramientas de gestión, planes de viabilidad, planificaciones estratégicas, muy adaptado al sector del textil. El otro eje es la parte de articulación, porque es un sector que no está lo suficientemente articulado y no es lo bastante visible en la ciudad, aunque sí que hay bastantes iniciativas que están desarrollando proyectos textiles o de la moda desde esta mirada. Intentamos articular el sector para hacerlo cada vez más visible y, así, generar más sinergias y desarrollar proyectos mucho más comunes.

Mencionabais Cataluña. ¿Cómo es la situación aquí y, concretamente, en Barcelona?

VL: Muchas diseñadoras de moda y pequeñas marcas del área de Barcelona han adquirido, desde el momento de su creación, un compromiso social en cuanto a la confección de sus prendas: buscando talleres pequeños con implicación en la economía social y solidaria (ESS), a través de programas de inserción laboral. Cada vez es más frecuente encontrar iniciativas que asumen que la responsabilidad medioambiental va del brazo de un deber social.

En Barcelona, el sector textil está muy segregado. Desde RevESStim el tèxtil, el programa de Barcelona Activa, se trabaja para articular el sector y para dar visibilidad conjunta a todas las partes que están involucradas en la cadena de confección.

¿Cómo se trabaja desde el programa RevESStim el tèxtil la articulación sectorial?

BP: El sector textil en Barcelona tiene muchas organizaciones que trabajan a diferentes niveles y desde diferentes perspectivas. Desde RevESStim el tèxtil hemos creado espacios de trabajo para los diferentes agentes: hay un grupo de emprendedoras, para personas que están emprendiendo el textil sostenible y que pretende desarrollar soluciones conjuntas; hay otro grupo que trabaja desde los talleres sociales que existen en Barcelona e identifica qué proyectos conjuntos pueden desarrollarse. Hay otro grupo que está trabajando desde los centros formativos que están formando en textil de la ciudad. Desde cada grupo se analizan las necesidades y se intenta desarrollar acciones conjuntas. Así, la idea es que todos estos grupos acaben teniendo un espacio de encuentro.

¿Cuál es la relación del sector del textil con la ESS?

VL: La ESS pone en el centro a las personas y el medioambiente, y es importante en el sector económico, representando el 7 % del PIB de la ciudad. Es otra manera de hacer economía que, además, está muy vinculada, y cada vez más, a una nueva forma de hacer moda.

Hablamos de empresas que están generando un impacto social positivo, a la vez que reducen al máximo la huella ambiental y avanzan hacia modelos organizativos más participados, especialmente cuando se dedican al sector textil.

¿Cómo podemos hacer crecer el sector del textil sostenible en la ciudad?

BP: Es necesario hacer una reflexión sobre nuestro consumo, cómo lo reducimos, cómo reutilizamos, cómo reparamos mucho más y, a la hora de comprar, dónde y cómo lo hacemos. Esta reflexión sobre el consumo en todos los ámbitos de la vida es importante, pero en el ámbito de nuestra relación con la ropa y la moda lo es muchísimo más.

De media, utilizamos nuestras prendas siete veces. Eso pone de manifiesto que tiene que haber un cambio importante de los hábitos de consumo que apueste por las empresas que realmente estén trabajando por un textil sostenible y que no pueden competir con las fast fashion por su precio, por debajo de su coste real de producción.

VL: Hay una cosa que yo siempre digo: a la hora de comprar una prenda, piensa si serás capaz de ponértela más de treinta veces. Es una receta que permite cambiar el eje de actuación en el consumo y que funciona muy bien.

¿Por qué el coste de la moda sostenible es más alto que el de la fast fashion?

BP: Si la fast fashion internalizara los costes de los impactos que tiene, como los vertidos que produce, y de las condiciones laborales con que produce, seguramente el precio sería similar. El problema es que la fast fashion no está repercutiendo el coste real en el precio.

¿Cuáles son las tendencias actuales del sector?

BP:  Justamente reflexionamos al respecto en las terceras jornadas del programa. Una de las tendencias que está surgiendo son los modelos de negocio que priorizan el uso y no la compra. Modelos de negocio como el intercambio o alquiler de ropa o la adquisición de ropa de segunda mano no están pensando en la producción, sino en el intercambio o la reutilización, retroalimentando nuevos modelos de consumo.

VL: El sistema de alquiler como modelo de negocio se presenta como un cumplimiento ideal para evitar todo lo que es la acumulación por capricho de una gran cantidad de ropa. Favorece especialmente la transformación hacia un modelo de consumo de ropa efectivo y que contribuye a reducir el impacto medioambiental del sector.

¿Cómo serán las terceras jornadas del RevESStim el tèxtil?

BP: Uno de los momentos clave del programa anual son las jornadas, que este año se celebrarán el 31 de mayo en formato presencial en InnoBA, en la calle Perú, 52. Volverán a ser presenciales, como las primeras, en las que participaron más de 100 personas. Bajo el título «Del textil del futuro a los retos del presente», reflexionaremos sobre qué tenemos que hacer en la actualidad para llegar en ese textil del futuro, el que todas nos imaginamos. Este debate de cocreación tendrá lugar en diferentes espacios.

Una primera parte consiste en dos mesas redondas simultáneas para reflexionar sobre los retos del textil del futuro. La primera versa sobre la digitalización y la transformación que esta genera en el sector.

Muchas veces pensamos en digitalización solo en clave de comercialización, pero también tiene otros impactos, en los modelos productivos, por ejemplo, facilitando la creación de modelos bajo demanda, generando comunidad o facilitando la internacionalización de las marcas.

La segunda mesa redonda tiene más que ver con la gestión del residuo, explorando tendencias sobre la gestión del mismo y la economía circular. En esta mesa se hablará de tendencias como el ecodiseño y el upcycling, entre otras.

El objetivo de estas dos mesas es ofrecer una mirada desde la experticia, compartiendo reflexiones con tres personas de renombre de las temáticas mencionadas. Después tendrán lugar los «rincones para hilar», espacios de intercambio con experiencias concretas para abordar las temáticas tratadas en las mesas desde una vertiente más práctica. El intercambio se realizará en pequeños grupos para facilitar una mirada más vivencial.

Por la tarde, se organizará un espacio de generación de red para proyectos y empresas con el fin de identificar elementos en común y fortalecer los vínculos y colaboraciones entre estas.

¿Cuáles son los retos de la economía circular y la digitalización? ¿Qué podemos esperar de estas tendencias?

VL: En el caso de la moda digital, que puede impactar realmente la moda física, la digitalización de la moda tiene que empezar a pensarse a gran escala global. A título particular, yo no creo que pueda sustituirse la industria de la moda física, que es una industria que produce más de 700 mil millones de euros. Solo en Europa, el sector textil y de confección factura 162.000 millones de euros anuales. Sin embargo, sí que creo que puede influenciar en el consumo y nuestra relación con la ropa.

Por ejemplo, la moda digital ya está ejerciendo influencia en la forma de fabricar y consumir los productos. Un ejemplo de reducción de huella de carbono a través de la producción bajo demanda, con colecciones cápsula que son únicamente digitales, como la de Farfetch. Tras la campaña de marketing inicial, se recogen los pedidos y se producen las prendas físicas solo bajo demanda. De este modo, se ahorran en torno a 2,5 toneladas de huella de carbono, porque la huella de carbono de una prenda digital supone el 3,85 % de la de una camiseta de algodón fabricada de forma tradicional.

Existen otras formas, como los swaps o las plataformas compartidas, que permiten a los usuarios alquilar prendas o publicar su propia ropa para alquilarla o venderla. Este tipo de acciones alargan la vida útil de la prenda, ayudan a que sea más larga.

¿Cómo surgió el programa de acompañamiento al sector del textil?

BP: RevESStim el tèxtil nació como respuesta a una necesidad muy concreta del sector. Cuando empezamos a hacer asesoramiento de proyectos de emprendimiento desde la mirada de la ESS, un porcentaje elevadísimo era de gente que quería emprender dentro del sector textil. Fue entonces cuando decidimos que era necesario un recurso específico para acompañar a esta tipología de proyectos.

Hay un plantel muy importante de proyectos textiles que empiezan que apuestan por incorporar esta mirada.

VL: Hay mucha iniciativa, hay mucha idea. Los tiempos que hemos estado viviendo en estos últimos años, con la COVID-19 y las crisis económicas reiteradas que hemos tenido, nos hacen ser muy creativos y buscar soluciones.

¿Qué necesitamos ahora para hacer crecer ese plantel, para hacer germinar esas semillas?

BP: Es un sector que necesita acceso a financiación y visibilización, y para alcanzar la sostenibilidad económica es necesario dar el salto de escala a través de la intercooperación. Son proyectos que o bien tienen poquita trayectoria o son pequeños, que las personas que los conforman son microempresas. Es necesario un cambio de modelo de consumo para alcanzar esta sostenibilidad económica.

VL: Y un cambio de economía también. Nos basamos en un modelo económico que respira, vive y muere por el PIB, cuando tendríamos que enfocarnos más hacia el decrecimiento como una forma de mejorar la calidad de vida. Se necesita dinero para poder financiar todo eso, pero tiene que estar vinculado a un cambio de modelo económico, a un cambio de los paradigmas de cómo vivimos hoy y cómo pensamos que tienen que ser nuestras vidas. Se tiene que pasar por ser menos materialista, menos consumista, menos individualista… ¡Todos los istas, fuera!

..