Hoy el Centro LGTBI cierra el ciclo de programación sobre “Invisibilidades”, centrado en hacer aflorar realidades que a menudo quedan escondidas, despreciadas o desapercibidas cuando se habla de las personas LGTBI.
Desde inicios de mayo, cerca de 700 personas han participado en las actividades propuestas, que comprenden exposiciones, mesas redondas, presentaciones de libros, proyección de películas, talleres e incluso una obra de teatro.
A lo largo de estos tres meses hemos profundizado en temas incómodos y complejos, como la gestión de las despedidas y del duelo ante la pérdida de personas amadas o los padecimientos de salud mental que afectan específicamente a personas LGTBIQA+ y que, muchas veces, se derivan de las violencias, invisibilización y discriminación a las cuales hacen frente.
Hemos puesto luz sobre aspectos silenciados o ignorados, como por ejemplo los estereotipos de género en el mundo de los deportes o las vivencias de las personas bisexuales, intersex, asexuales o no binarias, que a veces quedan escondidas dentro del conjunto de siglas.
Hemos tratado de poner palabras a aquello que a veces no sabemos exactamente cómo explicar, como las expresiones del deseo o los afectos poliamorosos que van por fuera de la norma, y hemos reflexionado sobre como se adapta la lengua para acoger las identidades de las personas no binarias.
Hemos salido al teatro para acercarnos a la realidad a menudo silenciada de las personas intersex, con una propuesta salpicada de humor y épica, pero también de testimonios crudos a la par que valientes.
Hemos trasladado los museos y las reflexiones críticas sobre las insituciones culturales entre nuestras paredes, para cuestionarnos todo aquello que tiene que cambiar para poder hablar realmente de queerizar estos espacios.
A través del cine, nos hemos acercado a historias de personas racializadas, explicadas desde herramientas más clásicas como el documental, o más experimentales como la roadmovie porno-lesbo-feminista.
Las vivencias trans se han explicado desde la crítica y la incitación a la rebelión reflexiva, pero también desde la intimidad y el relato en primera persona.
Las maternidades que rompen con los estereotipos de género han estado bien presentes en el espacio expositivo del Centro, al lado de la denuncia de las piedras en el camino que el monosexismo, la heteronorma y la bifobia interponen en el camino de las personas bisexuales.
También hemos reanudado un ejercicio de memoria histórica que pone en diálogo las realidades de activistas LGTBIQA+ de trayectorias y generaciones bien diferentes.
Sin olvidar que también hemos festejado y hemos celebrado juntis con música, arte, performance, colores y una alegría rebelde y reivindicativa, con voluntad de hacer nuestras todas las calles.
Todo ello ha sido posible gracias a las personas que han participado como ponentes o intérpretes, y a las que han moderado y dinamizado actividades o han desarrollado talleres. También se ha hecho realidad gracias al equipo de personas que trabajan en el Centro LGTBI y que han puesto especial cuidado al garantizar una programación de actividades diversa e inclusiva, y al asegurar que todo funcionara correctamente.
Y, por descontado, ha sido posible también gracias a todas las personas que han participado en las actividades, con su implicación, sus reflexiones y su voluntad de escudriñar más allá de aquello que queda visible a primer golpe de vista.
¡Gracias a todas las personas que habéis formado parte de Invisibilidades!
La programación del Centro LGTBI vuelve en octubre con un nuevo ciclo temático trimestral para seguir removiendo conciencias y sensibilidades.