El Centro LGTBI de Barcelona, con la colaboración del colectivo audiovisual Las Pibas REC, estrena hoy el tercer episodio de la serie «Diàlegs intergeneracionals», dedicado a las alianzas y la interseccionalidad dentro de las luchas de las personas LGTBI, analizadas desde los puntos de vista de activistas LGTBIQ que pertenecen a diferentes generaciones.
A lo largo del capítulo, les activistas entrevistades se interrogan alrededor de cuestiones como la necesidad de tener espacios no-mixtos para encontrarse entre iguales, o los ejes de interseccionalidad que se han incorporado a las luchas LGTBI a lo largo de los años, y aquellos que aún quedan pendientes.
En el debate sobre si son necesarios o no los espacios no mixtos, la activista lesbofeminista Bàrbara Ramajo se declara «muy fan» de los espacios no mixtos, dice que le han permitido ser quien ella es y los destaca como «una estrategia de supervivencia y lucha» en el contexto de una sociedad «hetero-etno-cis-patriarcal».
Por su parte, el activista Joaquim Roqueta destaca la experiencia de la entidad que preside, Gais positius, como un espacio seguro y de confidencialidad para hombres gays con VIH.
El activista trans Zoe_grks, por su parte, opina que las personas trans necesitan espacios no mixtos para cuidarse y sentirse libres de violencia transfóbica, y Sofía Bengoetxea, activista por los derechos de travestis y crossdressers, coincide con él y considera que «tu espacio no tiene precio, es absolutamente necesario».
La drag queen y performer La Hipogrifa declara que nunca participa de espacios mixtos donde haya presencia de hombres cis heterosexuales porque le da «mucha pereza», mientras que la activista feminista y miembro de Ca La Dona Dolo Pulido cree que los espacios no mixtos son «la fuente de alimentación para después poder tener fuerzas para ir a trabajar a espacios mixtos».
Anna Sardà, antropóloga e integrante del grupo musical Roba Estesa, advierte de que también en los espacios no mixtos se evidencian relaciones de poder, jerarquías y privilegios que se deben revisar. La activista trans y comunicadora cultural Dana Domènech añade que, para evitar estas dinámicas de poder en los espacios entre iguales, se debe intentar que sean lo más horizontales posible.
Con respecto a la incorporación de ejes de interseccionalidad dentro de las luchas LGTBI, Alfre_marven, activista y miembro de la organización Futch Club, opina que «todas las luchas deberían ser interseccionales», pero que aún queda mucho por hacer para visibilizar las demandas de las personas racializadas y migradas.
«Desde las mismas siglas que dicen LGTBIQ, me parecen lo menos interseccional, porque lo que se remarca y expone es la G de gay, mientras que las personas trans, las bi, la gente disidente se queda súper atrás», añade.
Por su parte, La Hipogrifa menciona las luchas de las compañeras «discas» y contra el capacitismo como ejemplo de un eje de interseccionalidad que aún no está incorporado dentro de los movimientos LGTBI.
La serie «Diálogos intergeneracionales» es una serie documental en cápsulas de vídeo que quiere servir como herramienta para reflexionar sobre la memoria histórica LGTBI y mirar hacia los retos de futuro.
El proyecto se enmarca dentro del ciclo de programación «Memoria. Ausencias y presencias» del Centre LGTBI de Barcelona y propone un recorrido sobre las trayectorias de los activismos LGTBI, tanto a nivel histórico como en la actualidad, citando a dos personas de edades y generaciones diferentes para intercambiar diversos puntos de vista, contextos y luchas.
Todas las cápsulas han sido grabadas, editadas y posproducidas por el colectivo Las Pibas REC, productora audiovisual de mujeres, lesbianas, trans, travestis y personas no binarias basada en Barcelona.
Las próximas cápsulas se estrenarán cada martes de enero con el siguiente calendario:
- 25 de enero: «Recorridos: diferencias y contextos»
- 1 de febrero: «Retos para el futuro»