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charango, ch’ullus
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Chile en Barcelona: un recorrido por las colecciones del Museu de la Música

El pasado 31 de marzo tuve el honor de realizar la ponencia inaugural de la III Cátedra Hispanoamericana Oreste Plath 2022, organizada por la Sociedad de Folclor Chileno y la Dirección de Extensión Cultural Artística de la Universidad de Talca, en Chile. Fui invitada por el presidente de la Sociedad, Yvaín Eltit, y una de sus más insignes colaboradoras, Karen Plath Müller Turina, hija de Oreste Plath, a los que agradezco enormemente la invitación y la acogida brindada. La ponencia, realizada en directo por el canal de YouTube de la Universidad y disponible en línea, fue una oportunidad para descubrir relaciones desconocidas entre las piezas de nuestro museo y el país transandino, y difundir nuestra actividad patrimonial entre el público chileno. 

La relación de la Sociedad de Folclor Chileno (antigua Asociación Chilena de Folklore) con nuestra ciudad no es nueva: uno de sus fundadores, Carlos Lavín, vivió en Barcelona sus últimos años y su tumba está en el cementerio barcelonés de Montjuïc. Asimismo, varios miembros de dicha asociación, creada en 1943, tuvieron contacto con músicos catalanes como Miquel Llobet en las primeras décadas del siglo XX. Uno de ellos fue el escritor, editor y folclorista Oreste Plath, pseudónimo de César Octavio Müller Leiva, que junto con Carlos Lavín, María Luisa Sepúlveda, Pepita Turina, Remigio Acevedo y otros muchos, trabajaron por el estudio y recuperación de las manifestaciones tradicionales y populares chilenas. 

Nuestras colecciones contienen algunas piezas muy representativas de la relación con Chile en general y con la Asociación Chilena de Folklore en particular. En el ámbito de los instrumentos, el Museu de la Música custodia tres instrumentos: un idiófono con el nombre vernáculo de ch’ullus, construido en 1980 con tela y uñas de llama y donado al museo, y dos charangos (cordófonos con puente y mástil) de la segunda mitad del siglo XX y prestados por el cantautor catalán Quico Pi de la Serra, que pueden ver en la imagen de cabecera de este artículo.

En la colección de objetos y obras de arte hay una pieza muy especial: una medalla conmemorativa de la colocación de la primera piedra de la Biblioteca Nacional en Santiago, en 1913. La medalla, de pequeño tamaño, está grabada en el anverso con una imagen reveladora: una mujer vestida al estilo clásico, sentada al lado de un muro y una columna, leyendo un libro. Vemos también volúmenes en el suelo, a sus pies, junto con un globo terráqueo, y una inscripción en latín: “VITA SINE LITTERIS MORS EST”, es decir, la vida sin letras es muerte. En el reverso leemos: “BIBLIOTECA NACIONAL / COLOCACION DE LA / PRIMERA PIEDRA / PRESIDENTE DE LA REPUBLICA / EXMO.SR. DN. / RAMON BARROS LUCO / MINISTRO DE INSTRUCCION PUBLICA / SR. DN. FANOR PAREDES / SANTIAGO DE CHILE / 1913”.

Medalla

El origen de la medalla es confuso, ya que procede de una donación de cuatro medallas realizada en 1976 por Rosina Moya Albéniz, nieta del compositor español Isaac Albéniz Pascual (1866-1909). Posteriormente, Rosina Moya realizó varias e importantes donaciones de objetos de arte, partituras, documentación y del piano de su abuelo, uno de los más importantes compositores españoles de los siglos XIX y XX. En cualquier caso, la medalla es posterior al fallecimiento de Albéniz, que murió en 1909, así que se trata de un legado familiar no relacionado, a priori, con la actividad musical del compositor gerundense. 

El ámbito más prolífico en relaciones entre Chile y Barcelona es el Archivo Histórico del museo. Comprende más de 20000 documentos en fondos privados, tanto de particulares (músicos, directores, compositores, intérpretes) como de entidades vinculadas a la vida musical de Barcelona en particular y de Cataluña en general durante los siglos XIX y XX. Uno de los fondos más importantes es el de Miquel Llobet i Solés (1878-1938), guitarrista, alumno de Francisco Tárrega y gran impulsor de la guitarra como instrumento de concierto. El fondo personal de Miquel Llobet contiene más de 2500 documentos, con partituras, programas de concierto, correspondencia, fotografías, recortes de prensa y documentación administrativa de todo tipo. Es aquí donde la presencia chilena es más evidente y numerosa, debido a las exitosas giras que Llobet realizó en Chile en 1912, 1918 y 1922, de las cuales quedó un abundante rastro de 57 documentos.

El más importante, y gracias al cual empezó la relación entre el Museu de la Música y la Sociedad de Folclor Chileno, es esta partitura impresa:

Portada de la recopilació de compositors xilens

Se trata de una recopilación de obras musicales, con el título Músicos chilenos, editada en Santiago en mayo de 1917 por ‘Ediciones de Los Diez’ con el número 9. Está numerada también como primer volumen de la subcolección Biblioteca Musical, y se vendía a un precio de 3 dólares. Reúne ocho composiciones de autoría chilena, de las cuales dos son reducciones para piano de obras orquestales y el resto son originales para piano. Aquí encontramos a la flor y nata del mundo cultural chileno de principios del siglo XX, como María Luisa Sepúlveda, Carlos Lavín o Humberto Allende, el cual dedicó este ejemplar a Miquel Llobet, que llevó dicha publicación a través del Atlántico hasta Barcelona: “Al primer guitarrista del mundo y grande artista, don M. Llobet. Su afectísimo amigo”. La dedicatoria tiene fecha del 4 de marzo de 1918 en Santiago, es decir, en el marco de la gira de conciertos que Llobet realizó en Chile durante esta época. 

Gracias a las postales que Llobet enviaba durante sus viajes, como también a carteles y programas de conciertos, podemos trazar fácilmente los itinerarios que realizaba. Así, tenemos trazas documentales de su paso por Santiago, Concepción o Valparaíso, y de sus actuaciones en importantes teatros como Unión Central, Colón, la Bomba o Concepción. La prensa se hizo eco de las actuaciones del guitarrista, al cual se refieren artículos y críticas en medios como El Chileno, El Diario ilustrado, La Música, La Unión, La Razón, El día de Valparaíso, Mercurio, La Mañana o la considerada primera revista miscelánea e inicio del periodismo moderno en Chile, la revista Zigzag.

Postal escrita per Miquel Llobet des de Xile

Cartell d'un concert de Miquel Llobet

Caricatura de Miquel Llobet

La huella chilena está presente también en el fondo sonoro del Museu de la Música, con una grabación de los temas Recuerdos chilenos / Guitarra mía a cargo de Imperio Argentina para la casa Parlophon, editada en 1932. Respecto a la biblioteca especializada del Museu, contiene libros y artículos sobre instrumentos chilenos como nolkin o pilfica, sobre la cueca como manifestación musical y sobre el Instituto de Extensión Musical y su labor para la valorización del patrimonio musical chileno.

Desde el Museu de la Música queremos agradecer la amabilísima acogida brindada por la Sociedad de Folclor Chileno, su presidente Yvaín Eltit, Karen Müller Turina y todos los que participaron en la apertura de la III Cátedra Hispanoamericana Oreste Plath. Esperamos que sea solamente el principio de muchas otras colaboraciones.