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El serpentón, apuntes de terminología
A raíz del extraordinario concierto que Pablo Dopazo dio en el Museu de la Música con este instrumento (21 de enero de 2018), y dado que tenemos seis en nuestro fondo, nos han llegado algunas preguntas sobre el nombre que le adjudicamos: el serpentón. Y como la cuestión tiene interés desde el punto de vista de la terminología musical y, a nuestro entender, ha sido muy mal tratado con respecto a la lengua catalana, me he animado a escribir el porqué de la decisión y los datos que la fundamentan. Vamos allá.
Todas las investigaciones sitúan el invento del instrumento en Auxerre, en Borgoña, en 1592 por obra de Edmé Guillaume. Más allá de su uso como refuerzo de los bajos en el canto religioso, no entraremos a tratar ningún detalle de uso ni de morfología. Solo retendremos la denominación francesa serpent que designa directamente la forma de serpiente del instrumento (el animal también denominado serpent). En francés tuvo prácticamente esta única denominación durante los dos siglos y medio que formó parte de la música de iglesia o de banda militar. En inglés, se tomó el nombre francés con la pronunciación adaptada y cambio de sílaba del acento, serpent, y no tuvo nada que ver con el nombre del animal, snake, y lo mismo se hizo en alemán, neerlandés y ruso.
En las otras lenguas latinas, en cambio, la denominación favoreció la gran dimensión del reptil imaginado buscando su denominación aumentativa: esto debía pasar primero en occitano, donde se utiliza el aumentativo serpent frente a sèrp para el animal; en italiano toma el nombre de serpentone, aumentativo de dimensión del nombre del animal, serpente. Y fue siguiendo la forma italiana –probablemente muy potente en el mundo de los músicos– que el castellano lo denominó serpentón (tamaño grande de serpiente) y el portugués serpentão (en relación a serpente).
Del catalán, ¿qué sabemos? Pues que las partituras y las descripciones de los siglos XVII, XVIII y XIX con frecuencia mezclan denominación catalana y castellana, como ocurría en toda la escritura de estos siglos: encontramos algunos ejemplos escritos de serpent y otros de serpenton. Es reveladora la forma serpan (que entendemos con el acento en la segunda sílaba a pesar de aparecer en una obra en lengua castellana) escrita por Pere Rabassa en Guia Para los Principiantes que dessean Perfeycionarse en la Compossicion de la Musica (1726): parece inspirada por la palabra francesa, pero muy cercana al catalán serpent y alejada de la lengua castellana en que está redactado el tratado, donde sería serpentón.
En los documentos, sin embargo, no encontramos ningún caso de serpentó. ¿Por qué? Porque en las derivaciones de la lengua catalana el final en -ó siempre suele designar un objeto o ser más pequeño: carreró, botifarró, mamelló o guitarró (y de ahí la paradoja con el castellano guitarrón, que designa al instrumento más grande). Con una simple ojeada al Diccionari Català-Valencià-Balear de Alcover i Moll, enseguida veremos que el aumentativo de serp en todas las variantes de la lengua catalana es el masculino serpent (exactamente como hemos visto en occitano) junto a serpassa o serpota. Serpent es definido como «Dragón, animal imaginario que el vulgo considera como evolución de una serpiente ordinaria que ha crecido mucho». Y enseguida añade otra acepción, la que nos interesa: «Instrumento que es una variante de la trompa, pero de forma muy ondulada a modo de serpiente; cast. serpentón». No ofrece ninguna entrada ni a serpenton ni a serpentó... Serpentó sería, si acaso, un diminutivo: una serpiente muy pequeña.
Entonces, ¿de dónde vendría en catalán el uso de la denominación serpentó atribuido al voluminoso instrumento? No es más que un calco, una catalanización apresurada y torpe del italiano serpentone y/o del castellano serpentón que debían oír algunos músicos en intercambios internacionales. A partir de este uso apareció en algunas obras de ambición normativa, como la Gran Enciclopèdia de la Música, que debía de ser la referencia para introducir acríticamente la palabra tanto en el Diccionari descriptiu de la llengua catalana (que registra para el instrumento tanto la posibilidad serpent como serpentó) como en el Diccionari de la llengua catalana de l’IEC, 2, donde ya solo aparece serpentó («Instrumento aerófono de madera, con boquilla, con nueve agujeros y curvado en forma de S»). En Instruments musicals (vocabulario ilustrado) del Termcat, en un primer momento se incluyó serpentó ahora enmendado en serpent.
En el Museu de la Música de Barcelona nos ha costado meses de dudas escoger un camino, pero una vez analizados y remirados todos los datos, hemos creído que hay que optar decididamente por la solución serpent, sobre todo atendiendo a la afectación mínima de profesionales que tocan este instrumento en nuestro país (menos de media docena y ninguno de ellos de forma exclusiva) y que nuestra labor de museo también incluye normalizar la terminología musical, especialmente la de los instrumentos. Por ello en esta primera ocasión de incluir este instrumento como solista de nuestra programación (hecho inédito seguramente en los últimos doscientos años), hemos utilizado la denominación serpent. El instrumentista, siguiendo la misma lógica, deberá tener la denominación de serpentista (serpentist en inglés, serpentiste en francés –en tratados de los siglos XVIII y XIX y serpentonista en castellano e italiano también desde el siglo XVIII).
Idioma / Animal / Instrumento
Francés / serpent / serpent
Inglés / snake (serpent) / serpent
Alemán / schlangen / serpent (schlangenrohr)
Neerlandés / slangen / serpent
Ruso / Зме́и / Серпент (serpent)
Occitano / sèrp / serpent
Catalán / serp / serpent (‘serpentó’)
Italiano / serpente / serpentone
Castellano / serpiente / serpentón
Portugués / serpente / serpentão