El barrio de la Prosperitat, de una superficie de 59 hectáreas, está limitado por la Vía Júlia, la avenida Meridiana, el paseo de Valldaura y la Vía Favència. El territorio estuvo ocupado hasta el primer tercio del siglo XX por campos de cultivo, algunas masías y torres de la burguesía y menestralía de Sant Andreu. Debido a las olas migratorias de los años veinte y cuarenta, se inició un poblamiento chabolista y anárquico. 

Con la formulación de un plan parcial de ordenación urbana en 1957, se desarrolló un proceso importante de crecimiento de este sector, con la edificación de casas de pisos y bloques, que no estuvo acompañada, sin embargo, de la dotación de los equipamientos urbanos previstos en este plan. En poco más de quince años, el barrio sufrió una transformación profunda con la llegada de los inmigrantes provenientes del resto del Estado, que provocó la construcción especulativa sin equipamientos ni servicios suficientes. En 1973 todavía perduraban los barracones de madera que Renfe levantó junto a la masía de Can Dragó, donde vivían sus ferroviarios en unas condiciones pésimas.

Hasta 1976 no se urbanizó la primera plaza, la de la Prosperitat, en terrenos de la Hispano Villiers. En la época democrática, fruto de la reivindicación vecinal, se fueron abriendo nuevos espacios urbanos, como la plaza de Ángel Pestaña, que se ha convertido en un punto central del barrio, o la calle de Pablo Iglesias, que aglutina una importante vida vecinal y comercial.