Mientras duren estos episodios es recomendable permanecer el mínimo tiempo posible en el exterior. Intenta refugiarte en algún edificio, como en casa o en el lugar de trabajo, por ejemplo. Evita las salidas innecesarias, y si tienes que desplazarte utiliza preferentemente el transporte público. En la calle, ten en cuenta que se pueden producir resbalones y caídas a causa de la nieve o el hielo. El peligro más extremo se produce cuando hay ventoleras, ya que la combinación del aire frío, las nevadas y los fuertes vientos reduce la visibilidad al mínimo.
Es muy importante abrigarse bien, sobre todo el rostro y la cabeza, para evitar que el aire extremadamente frío entre en los pulmones. También es recomendable llevar varias capas de ropa ligera y cálida, en lugar de una sola pieza gruesa, y evitar la ropa ajustada.
En casa
- Ten siempre el móvil y linternas cargados, así como alimentos y un botiquín.
- Ventila el hogar de vez en cuando para evitar problemas de asfixia.
- Comprueba que el tejado esté en buenas condiciones.
- Ten especial cuidado con los niños y las personas mayores, que no han de salir a la calle.
En el coche
- Evita desplazamientos que no sean necesarios y, si tienes que viajar, procura no hacerlo solo. Tampoco es recomendable viajar de noche porque los peligros son más difíciles de detectar.
- Busca refugio y, si no lo encuentras, quédate dentro del vehículo con la calefacción encendida y una ventana ligeramente abierta.
- No te duermas con el motor en marcha.
- Limpia la nieve del vehículo y del tubo de escape.
- Pon las cadenas en las ruedas en caso de hielo o nieve dura.
Y, como siempre, ante cualquier emergencia, llama al 112.