Este 2023 que estamos a punto de dejar atrás, el Centre Cívic Torre Llobeta hace 40 años. Para celebrarlo, el equipamiento ha ido programando diferentes eventos. Ahora, ya en la recta final, todavía quedan dos. Por una parte, la gran fiesta de aniversario que tendrá lugar el sábado 16 de diciembre, a las 19 horas; y por la otra, la exposición que se puede visitar hasta el 29 de diciembre en el mismo centro cívico, y que aúna recuerdos en forma de imágenes de estas primeras cuatro décadas.
Centre Cívic Torre Llobeta
El Centre Cívic Torre Llobeta nació el 18 de diciembre de 1983. Inaugurado por el entonces alcalde Pasqual Maragall, y después de años de reivindicaciones vecinales, empezaba así el camino de un equipamiento que a lo largo de todo este tiempo se ha convertido en referente cultural del barrio. Efectivamente, desde entonces el objetivo fundamental del Centre Cívic Torre Llobeta ha sido acercar y promover la cultura a través de exposiciones, charlas, artes escénicas, música y talleres de diferentes disciplinas. Es, además, referente en la literatura y la creación literaria. Da fe de ello su concurso literario, que está a punto de convocar la 36ª edición.
Historia de un palacete
El Centre Cívic Torre Llobeta se ubica en un palacete de verano de finales del siglo XV, propiedad de una familia de mercaderes originarios de Solsona encabezados por Joan Llobera, que también formaba parte del Consell de Cent. La familia quería tener una casa señorial y se instalaba a lo largo de todo el verano.
Posteriormente se convirtió en masía, con una extensión de casi once hectáreas de cultivos, especialmente viñedos. También vivió una época en la que se instaló una pequeña industria de ladrillos y tejas, como consecuencia de la tierra arcilosa de la que estaba rodeada.
El inmueble superó guerras – dice la leyenda que Napoleón llegó a dormir en la casa –, y ya en pleno siglo XIX se convirtió en zona de estancia temporal en el camino que unía Horta con Barcelona. A finales de este mismo siglo, la casa pasó a manos de Josep Maria Comas d’Argemir y vivió años de esplendor, ya que la familia recibía políticos y miembros de la alta burguesía y también artistas, como el poeta Joan Maragall.
No fue hasta 1964 que la casa pasó a formar parte del patrimonio histórico-artístico de la ciudad, lo que fue clave para mantenerla de pie. En 1975, la asociación de vecinos presentó el primer proyecto para que el inmueble se convirtiera en un espacio de referencia cultural. La rehabilitación de la casa vendría posteriormente hasta convertirse, en 1983, en el actual centro cívico.