Cuando a veces pensamos que vivimos en una época de relaciones impersonales, de prisas y automatismos, debemos recordar que hacer las cosas con un cierto tiempo y dedicación a los otros genera una sensación imbatible de cálida comunidad. Por ello, desde el Plan de Barrios de la Zona Norte pensaron que podía ser buena idea poner en contacto niñas y niños de las escuelas del barrio con personas mayores que a veces se sienten solas.
Dicho y hecho: desde el proyecto Menjallibres, que promociona el gusto por la lectura y la escritura entre alumnos de Primaria y Secundaria, pidieron a algunas niñas y niños que cogieran lápices de colores y se pusieran a escribir a algunas personas de la tercera edad del barrio. Y, por otra parte, desde el proyecto de Soledad no Deseada, que desarrolla actividades de carácter deportivo y cultural para fomentar las relaciones comunitarias, se pidió a las personas participantes que estuvieran atentas a la llegada de esas cartas infantiles para contestarlas.
El resultado es el inicio de una nueva aventura, diferente y emocionante para pequeños y mayores. Es el principio de una relación en formato epistolar que, por la vía de cartas y dibujos, lleva a los más jovencitos a explicar y preguntar cosas del barrio y de su vida a los mayores, con respuestas sabias y amigables -algunas con fotos y todo- llenas de humor y ternura, por parte de éstos. Son cartas de ida y vuelta, de pequeños a mayores y de mayores a pequeños, con un hilo conductor común: el gusto para las historias reales o imaginarias, y la pasión por el barrio.
Generaciones distintas, mismo barrio
Hablan de comidas favoritas, de las actividades que más les gustan, de los rincones de Ciutat Meridiana más queridos, y de algunas historias del pasado, del presente y del futuro. En su carta a sus jóvenes amigos, Margarita explica que ellos ahora tienen mucha suerte porque antes no había piscina en el barrio y tenía que llevar a sus hijos bien lejos para poder nadar, que le encanta ir a la Biblioteca Zona Nord – Mària Sánchez, leer poesía, libros de historia “y también hacer mandalas con sus amigas”. Nuria les escribe contando que siempre le ha gustado mucho bailar, coser, jugar con sus seis nietos y bromear con todo el mundo, y les anima “a estudiar mucho para ser buenas personas, respetar a los mayores y tener buenos trabajos”.
Otras personas mayores han recibido dibujos de los más pequeños. Por ejemplo, Sabina se pinta sonriente, con ojos grandes y gafas azules, pelo largo, clip y camiseta con un sol de colores. Y en otro intercambio epistolar, una niña se presenta diciendo: “mi nombre es Bárbara. Me gusta mucho leer, dibujar, pintar y disfrutar del mar. ¡Soy una Menjallibres más!” , y se hace un retrato precioso, en lápiz, con pelo largo y ojos que todo lo cuestionan.