Según un informe de CCOO, hay más de 91.000 trabajadoras del hogar en Cataluña. Este año las circunstancias excepcionales de la pandemia de la COVID-19 han evidenciado la importancia vital de los cuidados y la red imprescindible que las hace posibles: la de las personas que cuidan a otras personas.
El servicio doméstico constituye un campo marcadamente feminizado y etnizado y, por lo tanto, más vulnerable. Las trabajadoras del hogar se ocupan día a día de los cuidados, una tarea imprescindible para sostener la vida e históricamente asociada a las mujeres. Su labor es imprescindible para el funcionamiento de un sistema económico, laboral y social que las invisibiliza y precariza.
Durante estos meses, desde el Espacio Barcelona Cuida se han desplegado acciones específicas para acompañar a las trabajadoras del hogar y los cuidados. Se ha convertido en un punto de encuentro y relación de todas las personas protagonistas de los cuidados, así como un centro que recoge toda la información vinculada al mundo de los cuidados en la ciudad.
Feminización de los cuidados en Barcelona
En Barcelona dos de cada cinco personas cuidan a otra persona de su red familiar, y hay más de 55.000 personas dadas de alta en el régimen “trabajo del hogar” en la Seguridad Social. Este mercado de los cuidados nos lleva a hablar de las condiciones de empleo de las mujeres que sostienen este sector, marcadas por los bajos salarios, la precariedad y un alto índice de informalidad.
En Cataluña el trabajo del hogar presenta un 23,8 % de las mujeres ocupadas extranjeras, y más del 70 % de los hogares que contratan servicio doméstico en Cataluña son hogares de Barcelona. No obstante, a partir de la segunda fase de la pandemia, este porcentaje ha disminuido, tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña.
Se estima que en torno a un tercio de estas trabajadoras se encuentra en situación irregular. Existe una gran presencia de trabajadoras migrantes, muchas de ellas sin permiso de trabajo o de residencia. La situación de este colectivo durante el estado de alarma se ha visto gravemente agravada a causa de la crisis sanitaria de la COVID-19. El hecho de no disponer de un contrato de trabajo les hace más difícil negociar las condiciones laborales, y a menudo tienen que afrontar situaciones de abuso.
Barcelona, ciudad cuidadora
El Espacio Barcelona Cuida trabaja para acompañar a las trabajadoras del hogar y de los cuidados y atender las necesidades de las personas cuidadoras y receptoras de los cuidados y de los profesionales del sector. El centro cuenta con siete profesionales que trabajan en red con las personas y las entidades y que ofrecen asistencia presencial, telefónica y telemática.
Ubicado en la calle de Viladomat, 27, es un espacio para informar y asesorar a los familiares de personas cuidadas y a la ciudadanía en general sobre los recursos existentes entorno al cuidado, como trámites concretos, apoyo emocional y otras necesidades específicas de esta realidad como, por ejemplo, contrataciones, el reconocimiento del grado de dependencia, la formación de las personas cuidadoras o el derecho laboral vinculado al sector de los cuidados.
“La idea de este servicio que ofrecemos desde Barcelona Cuida es dar formación, asesoramiento y acompañar en la gestión de trámites para construir relaciones más justas entre las familias y las trabajadoras”, explica Pedro Moreno, coordinador del servicio jurídico.