Ciutat Meridiana cuenta con un nuevo planeamiento urbanístico que permitirá la mejora de dos equipamientos deportivos de la zona, la construcción de un nuevo equipamiento social y la mayor conectividad con el parc del Aqüeducte y con el acceso al Parc de Collserola.
Así lo determina la aprobación provisional de la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM), que quiere ayudar a revertir la histórica escasez de grandes equipamientos o de zonas verdes en este barrio.
La MPGM afecta a un total de 33.642 metros cuadrados y se centra en el Centre Esportiu Municipal (CEM) Can Cuiàs, el campo de fútbol Ciutat Meridiana y el parque del Aqüeducte, así como en los espacios libres que hay en la relación entre estos equipamientos y el Parc de Collserola.
“Con este cambio urbanístico resolvemos el paso previo para poder continuar con la ampliación de la red de equipamientos del barrio”, ha asegurado el concejal del distrito de Nou Barris, Xavier Marcé. “Ahora ya podemos proyectar el nuevo CEM Can Cuiàs y los nuevos equipamientos sociales que tanto necesita Ciutat Meridiana. También se podrá plantear una reforma del campo de fútbol en unas condiciones que hasta ahora no se podían contemplar dadas su condición anterior de provisional”, ha añadido.
En el caso del CEM Can Cuiàs, el nuevo planeamiento urbanístico abre la puerta a la renovación integral del centro. Respecto al campo de fútbol Ciutat Meridiana, el nuevo PGM blinda su existencia sobre terrenos que en un primer momento se consideraron temporales y abre la puerta a mejorar las instalaciones y a una hipotética ampliación. Finalmente, en el entorno del Parc del Aqüeducte los cambios permiten hacer la reserva de espacio para un futuro equipamiento social que pueda alojar instalaciones necesarias para el barrio, como por ejemplo un casal de niños, jóvenes y personas mayores y, a la vez, blindar la construcción de un nuevo espacio de encuentro que mejore la relación de este espacio con el Parc de Collserola.
Una vez aprobada provisionalmente, la MPGM ya cuenta con el último visto bueno municipal y se eleva a la Subcomisión de Urbanismo de Barcelona, órgano dependiente de la Generalitat de Catalunya, para su aprobación definitiva.