“La literatura no desaparecerá nunca, aunque ahora parezca que va encaminada hacia una minoría. Es inherente al ser humano”. Son palabras de Alfonso Sergio Barragán (fotografía), un gaditano que participó en el Concurs Literari de Nou Barris con un relato fantástico. Él conoció el certamen por Internet, igual que lo hizo Adrià Riera, un joven que vive en Hamburgo (Alemania), autor de un cuento, y que utilizó la web www.escriptors.cat, un espacio en la red que recoge todos los concursos literarios en catalán que se van convocando. Las redes sociales son también puerta de entrada al concurso. Así es como lo conoció Beatriz Álvarez (fotografía), una participante que optó por el relato corto de ficción. Júlia Moore (fotografía, de pie), en cambio, vio un cartel y se decidió a escribir un micro-relato. Fue la ganadora, la primera desde que se instauró el año pasado.
“Una gesta casi heroica”
Hemos hablado con todos ellos del certamen, de la literatura y del oficio de escribir. Respecto a este último punto, hay consenso. A todos les gustaría dedicarse a ello, pero no terminan de verlo factible. Júlia dice que lo vive más “como una afición”; para Beatriz, sería “un sueño hecho realidad”; Adrià va más allá, y dice que vivir solo de la literatura sería “una gesta casi heroica”; y Alfonso Sergio, que es autor de más de una obra, pone énfasis en el negocio y dice que “sin contactos poco se puede hacer con el intrusismo de aquellos que mueven los hilos de la literatura, donde prima que seas conocido ante los verdaderos valores literarios”.
¿La literatura, en peligro?
¿Tienen futuro la literatura y la lectura en un mundo tan digital y en el que todo es tan fugaz? También en este punto hay consenso. Dicen que, futuro, hay. Para Adrià, “ha cambiado la forma lectora, es más inmediata. Supongo que esto comportará una adaptación a formas más cortas de expresión como el poema, el micro-relato o textos en los que el lector podrá escoger qué profundidad de historia termina leyendo”. “Y eso – continúa – se combinará con la literatura de pausa, con los libros de cocción lenta: este público sigue existiendo”. Beatriz, por su lado, pide “fomentar la lectura entre los más jóvenes y hacerles descubrir las maravillas de soñar con un buen libro. Internet también es una herramienta esencial hoy día”. Júlia apunta en la misma dirección cuando afirma que “los tiempos han cambiado, y la literatura y la lectura se han tenido que adaptar para no quedar obsoletas. En el futuro, seguirán adquiriendo nuevas formas que nos sorprenderán para bien o para mal”. Finalmente, Alfonso Sergio pone, nunca mejor dicho, literatura: “Leer es vivir en otros mundos. Un paréntesis en el desbordamiento de lo que es cotidiano. Sí, hay que masticar las palabras. Es verdad que las papillas tecnológicas son más fáciles de tragar… al principio.”
35 ediciones del Concurso Literario de Torre Llobeta
Quizás por ello, todos creen que es posible atraer al mundo de la literatura a alguien que no tenga interés. Júlia asegura que “hay un rincón para todo el mundo. Es cuestión de buscar, remover, arriesgarse un poco”. Adrià es de la misma opinión: “Que busquen un tema que les apasione, que vayan a una librería y que pidan una recomendación”. Y Beatriz pide “dejarse llevar, descubrir tus géneros favoritos, lo que te distrae, te hace pensar, te hace reflexionar o te hace reír”.
Finalmente, respecto al Concurso Literario de Torre Llobeta, todos coinciden en poner en valor el mérito de llegar a la 35ª edición. Así lo expresa Alfonso Sergio: “Un concurso longevo es un éxito para todos los que de alguna manera forman parte, aunque sea como simples concursantes. Ganamos todos y se siguen generando oportunidades”.