La segunda edición del festival de flamenco Desvarío ha conseguido cumplir con su gran objetivo: trasladar a un público numeroso la riqueza del flamenco como manifestación cultural que va más allá del canto y del baile. Las cifras así lo demuestran: todo vendido las noches del viernes y sábado, y un lleno superior al 80% la noche del domingo.
El festival, organizado conjuntamente por el Distrito de Nou Barris y la Asociación El Dorado y que este año ha tenido lugar en el marco del Grec, ha programado una serie de actuaciones de algunos de los grandes artistas del flamenco, al mismo tiempo que ha ofrecido todo un abanico de actividades gratuitas a través de las cuales se ha mostrado al público una visión poliédrica de las prácticas flamencas.
Las noches del festival
La noche del estreno, el viernes 22 de julio, Arcángel volvió al escenario que lo había visto debutar como cantaor de primera fila 22 años antes, con pleno absoluto y el público en pie, ovacionando al artista de Huelva y a sus acompañantes sobre el escenario, el guitarrista Miguel Ángel Cortés y Los Mellis, a los coros y palmas.
También estuvo lleno el día siguiente para ver el espectáculo ‘Certidumbres’, en el que la bailaora Vanesa Aibar y la guitarrista y cantaora María Marín demostraron que hay mucho futuro en el género, y que este futuro es femenino. La presencia de Pepe Habichuela era uno de los grandes reclamos del concierto posterior, ‘Vida. De cerca’, con el guitarrista Josemi Carmona, el contrabajista Javier Colina y el percusionista Bandolero, y se hizo evidente cuando el veterano guitarrista apareció en escena. También el trío Carmona-Colina-Bandolero y su propuesta que conjuga flamenco y jazz fue despedido con entusiasmo, en una velada redonda.
Los recitales de clausura vinieron con la cantaora catalana Alba Carmona y el bailaor Andrés Marín. Abrió fuego la catalana, acompañada al escenario por el guitarrista gaditano Jesús Guerrero. Juntos recorrieron las sonoridades más clásicas del flamenco, pero también las hicieron convivir con los sonidos populares latinoamericanos, que Carmona conoce muy bien porque es una estudiosa de la música de raíz. La personalidad de la voz de la catalana y el virtuosismo del gaditano fueron el vehículo perfecto para emocionar a la audiencia.
Andrés Marín cerró el festival con ‘Jardín impuro’, un espectáculo exigente para los intérpretes, el bailaor, el cantaor José Valencia, los guitarristas Salvador Gutiérrez y Raúl Cantizano, y el percusionista Dani Suárez, ya que pedía un virtuosismo y una energía más que notables.
En el capítulo de anécdotas, la presencia de los hijos de Alba Carmona y Jesús Guerrero (además de pareja artística, son pareja sentimental), el mayor de los cuales terminó subiendo al escenario, demostrando que ha heredado la pasión por el flamenco y la simpatía de sus padres.
Conferencias, improvisaciones y clases
El festival arrancó con la conferencia de José Manuel Gamboa ‘De la era Pulpón a aceptamos pulpo como animal flamenco’, en la que el escritor, periodista, guitarrista y experto en el género hizo un recorrido sobre la evolución de este arte. El sábado por la mañana fue el momento de las ‘Cronexiones’, improvisaciones cronometradas en que, durante 30 minutos, dos artistas que nunca habían trabajado juntos juntaban su talento, contando con la participación del público. La bailaora Aina Núnez y el guitarrista Jero Férec hicieron el primer dúo. A continuación, la rapsoda Josep Pedrals hizo tándem con el bailaor Martí Corbera.
Si en las ‘Cronexiones’ la poesía y la historia se habían aliado con el flamenco para demostrar la condición de arte global que reivindica Desvarío, en la performance que hubo a continuación, ‘La hora del ritual’, fue la cocina la encargada de evidenciar que el flamenco filtra por todas partes.
Por la tarde, la bailaora Karen Lugo, acompañada de la cantaora Anna Colom, el guitarrista Marc López, el percusionista Pablo Gómez, el actor Manu Almonacid y Sebastián López como ayudante de dirección, trascendió otras fronteras: llenó el patio de la Sede del Distrito de público familiar, de niños que descubrían el flamenco a través de su espectáculo de baile teatralizado ‘La lotería’, que nos acercaba también las tradiciones y el imaginario de su México natal.
Las actividades paralelas terminaron el domingo por la mañana con dos masterclass impartidas por la bailaora Ana Morales y el guitarrista Rycardo Moreno.
En la red social flickr de Nou Barris encontraréis imágenes de los espectáculos.
(Fotografías de Ana Palma y Dani Sampere)