Visitas guiadas
Pabellones Güell
Av. Pedralbes, 7. Tel.: 933 177 652
Antoni Gaudí consagró toda su vida a trabajar desde su original visión de la arquitectura, y el poderoso empresario Eusebi Güell fue el mecenas que le dio los primeros medios para empezar a hacer realidad este tipo de obras tan costosas.
En 1883, Güell quiso ampliar la inmensa finca que su padre había comprado algunos años atrás en la zona de Pedralbes. Se encargó a Gaudí una parte de las obras de reforma (1884-1887) que fueron dirigidas por Joan Martorell. Gaudí proyectó el jardín y los pabellones de entrada en la finca por el camino que venía de la carretera de Sarrià (hoy el paseo Manuel Girona). A finales del siglo XIX, en la finca había la casa de veraneo de los Güell y tierras de labranza que los Güell explotaban.
Por esta obra, Gaudí se inspiró en el Jardín de las Hespérides, tal como lo describía el poeta nacional Jacint Verdaguer lo describía en su gran poema La Atlántida. Verdaguer había dedicado La Atlántida al suegro de Güell, el marqués de Comillas, y curiosamente lo había acabado de redactar en esta misma finca.
La entrada destaca especialmente por la denominada Porta del Dragón, una gran escultura en hierro forjado que simboliza el dragón mitológico de Verdaguer, con alas de murciélago, cuerpo con escamas, boca abierta y lengua sinuosa, pero que no tenía por adversario a san Jorge, sino a Hércules.
Por otra parte, La Atlántida era un poema en el que las referencias se habían mediterranizado, el árbol del Jardín de las Hespérides de Verdaguer, por ejemplo, no es un manzano como en el mito clásico, sino el naranjo mediterráneo: sobre la jamba derecha de la Puorta del Dragón, Gaudí colocó una pequeña escultura de un naranjo con naranjas doradas.
Después de la muerte de Eusebi Güell, en 1918, sus descendientes cedieron la casa y parte de los terrenos para la construcción del Palacio Real de Pedralbes. Las antiguas caballerizas, el picadero y lo que era la casa del conserje forman parte del patrimonio de la Universidad de Barcelona.