Enciclopedia Pulga. El saber no ocupa lugar
La Enciclopedia Pulga surgió en una época de cambios profundos en España. Tras la devastación de la Guerra Civil, el país buscaba su recuperación, no sólo económica sino también cultural.
De 1953 a 1959, Ediciones GP lanzó una colección de libros de bolsillo que pronto se convertiría en un fenómeno. De pequeño formato (similar a un paquete de tabaco) y precios económicos (desde 1,5 pesetas los volúmenes sencillos hasta 5 pesetas los volúmenes extraordinarios que podían tener más de 200 páginas), la Pulga llenó los bolsillos y las mentes de los lectores con conocimientos variados y accesibles, democratizando el acceso a la lectura, abriendo las puertas del mundo de la literatura y la ciencia a un amplio abanico de lectores.l'accés a la lectura, obrint les portes del món de la literatura i la ciència a un ampli ventall de lectors. A través de esta colección, las personas podían viajar a países lejanos, explorar los misterios del universo y conocer a las grandes figuras de la historia, la literatura, la ciencia y el arte. Su filosofía editorial se centraba en proporcionar contenidos de calidad pero accesibles y adecuados para un público con diversas preferencias y niveles de educación.
Los títulos no sólo incluían obras de autores reconocidos como Balzac, Wilde, Cervantes o Tolstoi, sino que también abordaban temas de divulgación científica relacionados con la botánica, la zoología o la geología,[1] atrayendo a un amplio público ávido de aprender y entretenerse y convirtiéndose en uno de los hitos editoriales mundiales, imitada después por otros como la Enciclopedia popular ilustrada, la colección Marabú zas, o la Biblioteca píldora.
Los criterios de selección los expuso su creador, Germán Plaza (1903-1977) en una conferencia en 1955:
No vamos a darle a este público, hasta hoy yermo de buena semilla, una literatura sofisticada o de proporciones grandiosas. Sería lo mismo que ofrecer un banquete pantagruélico a quien ha sufrido un ayuno prolongado. En vez de ello, hay que proporcionarle lo que, dentro de un tono de cierta elevación y ambición cultural, guarde proporción con la limitada preparación de que hasta el momento ha adolecido. Éste es otro de los secretos a voces de la Enciclopedia Pulga. No asusta al lector con volúmenes de gran extensión o de contenido abstracto, sino que le ofrece temas sencillos, de interés permanente, expuestos en un lenguaje llano e inteligible.[2]
La selección, realizada por Mario Lacruz (1929-2000) presenta una importante presencia de autores españoles como César González Ruano, Miguel Delibes, Camilo José Cela, autores que cobraron relevancia en la literatura española.
Según explica Plaza en la misma conferencia, lo que más se vendía, y en ese orden, eran los encargos realizados por el editor a autores no muy conocidos sobre temas importantes (¿Jesucristo se Dios?, La religión, ¿para qué?… ), autores clásicos, temas de divulgación científica o de humanidades (La energía atómica, Beethoven) y por último relatos y narraciones de autores contemporáneos. Es notable también la presencia de versiones de obras traídas con éxito a la gran pantalla (Mogambo, El prisionero de Zenda, o Ben-Hur). Ilustrada por Coll (Alexandre Coll y Blanch, 1898-1975), habitualmente a cargo de las cubiertas a color, y por Chaco (Joaquín Chacopino Fabre, 1926-2014), quien se ocupó de la mayoría de las ilustraciones interiores, la Pulga publicó 500 títulos.
Una de las características más destacadas de la Enciclopedia Pulga era su publicidad agresiva que con su lema "El saber no ocupa lugar", cautivó la atención del público y reforzó la idea de que adquirir estos libros era una inversión en conocimiento y cultura, instando a los lectores a evitar los libros prestados debido al riesgo de enfermedades transmitidas por el papel. En su lugar, se promocionaba la adquisición de los volúmenes de la colección, asegurando una alternativa segura y económica para satisfacer la sed de conocimiento de los lectores. La verdadera razón era la necesidad de despejar el stock ya que de algunos títulos se podían llegar a tiradas de más de 100.000 volúmenes. ¡No era cuestión de perder ventas!
«La muerte acecha… Piense por un momento los males que puede acarrearle la lectura de novelas que hayan pasado por varias manos. No olvide que el papel es uno de los vehículos portador de las más terribles enfermedades. ¡HUYA DE ELLOS COMO DEL MISMO DEMONIO! ...».[3]
Aunque la Enciclopedia Pulga dejó de publicarse en 1959, su legado perdura en la memoria de quienes vivieron la época dorada de la lectura de bolsillo en España.
[1] Fernando Barroso-Barcenilla1,2, Julia Audije-Gil1,3 & Yael Díaz-Acha. “La “Enciclopedia Pulga” (1953-1958): Su contribución al conocimito de las Ciencias Naturales” Dins: Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Tomo 113 (2019), p. 177-187
[2] Germán Plaza, “Los problemas del libro popular en España”, conferencia pronunciada en la Biblioteca Central de la Diputación de Barcelona con motivo de la Exposición de la Fiesta del Libro de 1955 y publicada como anexo al Catálogo de la producción editorial barcelonesa comprendida entre el 23 de abril de 1954 y el de 1955, Barcelona, Diputación de Barcelona, 1956
[3] Francesc Reus i Boyd-Swan. Enciclopedia Pulga. En: VI Pasiones Bibliográficas. València: Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés, 2022, p. 159-189 https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8782486