Barxiluna برشلونة | Cementerios

Un diálogo sobre el derecho a morir según las propias convicciones y los retos de la gestión municipal de los cementerios de la ciudad entre las comunidades musulmanas y las instituciones.

El 2 de diciembre de 2023 el Espai Avinyó y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) presenta una nueva actividad enmarcada en la línea de actividades: “Barxiluna برشلونة: (Des)memoria del pasado y presente islámico”.

En esta ocasión trabajamos en colaboración con Cementerios de Barcelona para visitar el recinto islámico del cementerio de Collserola y realizar un coloquio sobre la gestión de los enterramientos musulmanes en Cataluña y el Estado español, de esta manera situar el derecho a morir según las propias convicciones y escuchar las actuales demandas de la comunidad.

El coloquio ha sido dinamizado por Fatima Ahmed, cofundadora de la Asociación Intercultural Diàlegs de Dona, donde han participado: Mayson Douas, líder de la Asociación Enterramiento Digno de Madrid; Mohammed Halhoul Debboun, miembro del Consell Islàmic Cultural de CatalunyaJordi Moreras, profesor y autor de la “Guía para la gestión de la diversidad religiosa en cementerios y servicios funerarios - Pluralismo y convivencia”, y Fátima Radimy, miembro de la Asociación Manos de Fátima.

La visita fue precedida por una bienvenida a cargo de la comisionada de Relaciones Ciudadanas y Diversidad Cultural y Religiosa del Ayuntamiento de Barcelona, Sara Belbeida y por el director de Cementerios de Barcelona, Miquel Trepat. La visita estuvo a cargo de Joan Manuel Aparicio, director de servicios de los Cementerios de Barcelona.

El recinto islámico de 1997 es una parcela orientada hacia la quibla de acuerdo a los preceptos que marca su tradición. Fue, nos cuenta Aparicio, “un requerimiento de la comunidad, gestionado por cuatro familias y liderado por el imán Nayim al Hassan de la mezquita de La Meridiana” y destaca cómo la parcela fue concedida a través de la venta y, por lo tanto, la gestión y el mantenimiento depende únicamente de la comunidad y no del municipio. 

En la línea “municipalista” pública del Ayuntamiento se produce una construcción y ampliación de otro recinto en 2017, gestionada por el cementerio. De las lecciones aprendidas se menciona el hecho de haber propuesto, en sus inicios, la construcción de nichos verticales en dicho recinto islámico, algo que iba en contra del principio básico de la tradición musulmana en lo que respecta al entierro: hacerlo directamente en la tierra. A partir de esta lección, se ha decidido no volver a construir nichos en este espacio.

Algunos retos surgidos durante la visita fueron: 1. Los condicionamientos que impone la normativa vigente a la implementación de algunas prácticas de entierro islámico. 2. Las normativas de riesgos laborales y los aspectos medioambientales. 3. El espacio físico y las posibilidades de ampliación del recinto ante el posible aumento de demandas del servicio. 4. El acceso a la información del servicio por parte de las comunidades. 4. El acceso a las tarifas públicas por parte de personas con escasos recursos. 5. La conciliación de diversas sensibilidades y necesidades personales, familiares y de algunas comunidades con respecto a como quieren ser enterradas y qué modelo de entierro ha de adoptar la gestión del cementerio para intentar lograr un equilibrio.

Por último, se plantea la necesidad de impulsar un proceso de escucha, investigación y debate sobre un modelo de gestión de recintos islámicos promovido por las instituciones responsables con la participación de las comunidades. 

Destacamos algunas reflexiones del coloquio:

  • “La dignificación del fallecido es su enterramiento. Como diáspora, tenemos la obligatoriedad de acompañarlo hasta su tumba y por eso atravesamos los retos burocráticos que supone”, explica Mohammed Halhoul Debboun.
  • Fátima Radimy puntualiza: “Estamos siempre recaudando dinero para realizar los servicios funerarios. Pedimos un entierro digno por una muerte digna. Sabemos que no podemos traer toda la tradición aquí, pero quisiéramos que fuera más personalizado”.
  • "Me parece importante que el sentido de los servicios públicos sea el de servir a sus ciudadanos sin discriminar. La excusa para poner menos lugares de entierro es la repatriación", comenta Mayson Douas.
  • “En Cataluña y desde 1992, cuando aparece el mandato de conceder recintos para el entierro islámico, la administración se ha sentido menos presionada por la solución de la comunidad de repatriar los cuerpos, algo que fue imposible durante la pandemia”, comenta Jordi Moreras.
  • “Sobre los retos de futuro en la gestión de los enterramientos islámicos, tendríamos que tener en cuenta la necesidad de crear equipos multidisciplinarios que reflejen la pluralidad de la ciudad”, comenta también Fatima Ahmed.

En la actividad se aprovechó para recomendar la guía "La dignidad en las atenciones funerarias en Cataluña" elaborada por el Consejo Asesor para la Diversidad Religiosa de la Generalitat de Cataluña.

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