Un taller de cocina colectiva dominicana que, desde una mirada singular e intercultural, activa las memorias de resistencia de Mamá Tingó y la defensa del territorio campesino.

El Espai Avinyó, en colaboración con Revive Project y el Centre Cívic El Sortidor, presentó el 8 de noviembre de 2025 el taller Mangú, dinamizado por la artista Lizette Nin. Fue una experiencia culinaria en el marco del Mangú Dominican Art Festival, un evento anual que busca visibilizar y poner en valor la cultura y el arte contemporáneo dominicano en Barcelona y que, en esta edición, conmemoró el 50 aniversario de Mamá Tingó.

Lizette Nin habló sobre el plato de mangú (preparado con plátano macho), la bebida morir soñando (preparada con leche y zumo de naranja) y la acción de cocinar (hecha de afectos, relaciones y herencias), entrelazando su experiencia personal, su sueño migratorio y su exilio político. La conversación transitó desde experiencias individuales hasta la fuerza simbólica del mangú, arraigada en herencias cimarronas y campesinas de origen bantú presentes en la República Dominicana.

Para cocinar juntas, nos invitó a concebir la cocina como un espacio para preservar saberes, protegerlos y transmitirlos: un puente entre la memoria individual y la colectiva, donde la comensalidad se percibe de manera encarnada, fijándose en los gestos, las formas de hacer y las voces de las mujeres. En este sentido, nos hizo reflexionar sobre a quién honramos, estableciendo conexiones claras y profundas con los territorios del Caribe y del Sur, la crisis climática, el abuso del suelo y otros vínculos invisibles que forman parte de nuestra vida cotidiana.

Para terminar, algunas citas destacadas del diálogo:

• “Cuando pensamos en poner la vida en el centro, no pensamos que parte de la vida es comer. Pues hoy vamos a hacer algo así como estéticas relacionales (risas), pero vamos a hacerlas de verdad porque lo haremos en comunidad y lo haremos todas juntas.”
• “El mangú no es solo un puré: es una técnica de supervivencia, una manera de hacer mucho con poco. Cuando machacamos el plátano estamos repitiendo un gesto que viene de generaciones atrás, un gesto que sobrevivió a la esclavitud y al desplazamiento.”
• “La receta cambia según la casa, pero lo que nunca cambia es que el mangú siempre convoca a alguien más. Cuando hacemos mangú estamos recordando sin decirlo; la memoria se hace en las manos antes que en las palabras. Es un plato que ajusta el cuerpo: te sostiene, te despierta, te prepara para el trabajo y para la vida.”
• “La resistencia campesina en la República Dominicana no es un capítulo cerrado: es una lucha que atraviesa el territorio, los cuerpos y la comida. Las mujeres campesinas han sostenido la tierra cuando nadie miraba, y han sostenido también la memoria de cómo trabajarla. Mamá Tingó no luchó sola: detrás de ella había comunidades enteras que sabían que la tierra es más que propiedad; es dignidad, futuro y pertenencia.”