Masculinidades racializadas

Diálogo sobre cómo opera el racismo en la construcción y formas de expresión de las masculinidades racializadas, y su vinculación con dinámicas de criminalización y exclusión social.

El jueves 5 de diciembre, en el teatro del Centre Cívic Sant Andreu, el Espai Avinyó y el Servei d’interculturalitat del Districte de Sant Andreu organizaron una jornada de reflexión sobre cómo se han construido histórica y socialmente los imaginarios en torno a las masculinidades racializadas, con la colaboración de Periferia Cimarronas, No es país para negras y SOS Racisme.   

A partir de extractos de las obras Black Man Solo, de Malcolm McCarthy, una pieza personal e íntima que indaga la construcción de la masculinidad del hombre negro en diversos contextos, y Pareu de Parar-me de la compañía No es país para negras en colaboración con SOS Racisme, se abrió un espacio para el análisis crítico y la conversación colectiva. La charla posterior contó con la participación de Fabián Villegas Pozos (escritor y periodista), Kaire Ba (socióloga y trabajadora, de SOS Racisme Catalunya) y Ainhoa Nadia Douhaibi (investigadora independiente). Durante la sesión, se analizó cómo el racismo moldea las masculinidades racializadas, afectando material y simbólicamente sus vidas.  

Fabián Villegas propuso un enfoque crítico sobre las formas de entender las masculinidades y las formas de intervención en los cuerpos racializados, mientras que Kaire Ba denunció las violencias institucionales que se ejercen contra hombres y jóvenes racializados en Cataluña, cuestionando la normalización de la violencia ejercida por los cuerpos de seguridad y la explotación inherente al sistema de vigilancia. Por su parte, Ainhoa Nadia Douhaibi explicó cómo se entrecruzan las tecnologías de vigilancia con la explotación capitalista y la criminalización de los cuerpos racializados, perpetuando así estructuras de violencia y desigualdad que condicionan la realidad material de estas masculinidades.

Os compartimos algunas reflexiones relevantes:

  • “Necesitamos un marco analítico más práctico, situado y relacional para entender las masculinidades. Los cuerpos racializados no encajan en el patrón hegemónico de masculinidad debido a condiciones interseccionales, lo que genera formas de violencia diferencial, similar a lo que ocurre con los patrones de feminidad en un universalismo abstracto”. – Fabián Villegas.
  • “¿En qué momento hemos normalizado que el sistema de seguridad esté basado en un grupo de hombres uniformados, armados, que patrullan la ciudad para garantizar la seguridad? Este sistema no responde a las necesidades de todas, especialmente cuando la sobrevigilancia, las detenciones y las identificaciones afectan desproporcionadamente a las comunidades racializadas, respondiendo a demandas sociales e institucionales”. – Kaire Ba.
  • “Los cuerpos racializados son explotados por el sistema capitalista porque se perciben como cuerpos más ‘baratos’. Esos cuerpos generan más beneficio económico, porque pueden trabajar más y ser explotados en condiciones extremas. Esta explotación no es solo una cuestión filosófica, sino una realidad material. Como Malcolm X planteó en su momento, las categorías raciales han evolucionado y, hoy, la categoría de la migración es la que produce más márgenes de beneficio”. – Ainhoa Nadia Douhaibi.
  • “Las fantasías coloniales codifican una práctica performativa de lo masculino. Los imaginarios sobre los que se construye, por ejemplo, lo masculino indígena o migrante, están profundamente capitalizados y racializados en función de narrativas históricas de exclusión y exotización. No es casual que muchas metodologías de intervención en masculinidades racializadas funcionen como dispositivos opresivos de imposición de un modelo civilizatorio”. – Fabián Villegas.
  • “La falta de discusión sobre el eje racial cuando se habla de las masculinidades desracializa la conversación, oculta los valores de la masculinidad hegemónica, desplazando al hombre blanco como sujeto de poder y, como advertía Fabián, esta operación es peligrosa porque consolida ese poder invisible y nos hace mirar hacia las masculinidades racializadas en lugar de cuestionar el poder del hombre blanco”. – Ainhoa Nadia Douhaibi.

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