Los derechos culturales son tan necesarios para el desarrollo social y para la igualdad que la UNESCO afirma que “son parte esencial de la dignidad humana” y que, por este motivo, “forman parte integrante de los derechos humanos” (Declaración de Friburgo, 2007). A pesar de eso, las mujeres todavía tienen que enfrentarse a grandes obstáculos para poder participar en la vida cultural. Quedan por resolver retos como los “techos de cristal” que dificultan o impiden el acceso a posiciones de liderazgo y de toma de decisiones, o los “suelos pegajosos” que limitan su capacidad laboral y creativa.

Hay que seguir apostando por políticas transformadoras para hacer frente a la segregación vertical y horizontal que todavía existe en algunas instituciones culturales, así como trabajar por la visualización y el reconocimiento de las mujeres creadoras y trabajadoras de la cultura, e impulsar una programación paritaria y con perspectiva de género en todas las actividades culturales de la ciudad.

Todas las imágenes de la sesión de trabajo de Cultura

 

¿Qué ideas salieron?

Entre otras necesidades, las participantes en el grupo de trabajo destacaron:

• Dificultades de conciliación tanto por parte del público/audiencia como por parte de las artistas y creadoras;
• Preocupación por los discursos antifeministas entre algunos jóvenes y por el androcentrismo en el sector y los relatos culturales, con una importante carencia de diversidad;
• Desigualdad de género entre los artistas profesionales y falta de paridad en los lugares de toma de decisiones;
• Necesidad de acercar la cultura de ciudad a los barrios;
• Importancia de fomentar el vínculo entre educación reglada y cultura.