Pedagoga, política y activista, impulsó la Biblioteca Popular de la Mujer y el Instituto de Cultura, espacios pioneros que hicieron posible el acceso a la formación de las mujeres trabajadoras. La educación y la capacitación de las mujeres era clave para alcanzar la autonomía y la emancipación, fundamentales en el camino hacia la igualdad. La biblioteca fue una iniciativa de la Junta de Damas Cooperadoras y se inauguró en 1909. Este espacio supuso la primera biblioteca para mujeres en el contexto europeo. Unos años más tarde se transformó en el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer (conocido como La Cultura), donde se ofrecían clases de feminismo, cálculo mercantil y taquigrafía, enseñanzas vinculadas a la esfera pública y profesional que contribuían a empoderar a las mujeres con empleos cualificados. El Instituto de Cultura, actual Espacio Francesca Bonnemaison, se encuentra desde el comienzo de los años veinte cerca de la parada de metro Urquinaona.
Pedagoga, política y activista, impulsó la Biblioteca Popular de la Mujer y el Instituto de Cultura, que dieron a las mujeres trabajadoras acceso a la formación.