La Sandra Saura Mas es investigadora del CREAF y profesora titular de la UAB a la unidad de ecología. Su pasión por la naturaleza se le despertó a los 15 años, al hacer un campo de trabajo en los humedales del Empordà, y desde entonces que la naturaleza le apasiona. Es la representante de igualdad de la facultad de biociencias y ha escrito y creado diversos recursos para promover docencia con perspectiva de género.
¿Crees que la perspectiva de género juega un papel clave en cómo entendemos el mundo? ¿Por qué?
Sí, porque es mirar el mundo teniendo en cuenta que hay diferentes maneras de verlo, diferentes perspectivas, desde los diferentes géneros. Es muy necesaria para entender lo que está pasando y el porqué existen desigualdades de género.
Es una perspectiva, una herramienta de análisis, de diagnosis, para así poder evidenciar y transformar estas desigualdades y romper con los estereotipos.
Hemos sido, la ciencia también, muy reduccionistas. Hemos simplificado para entender, pero cuando simplificas, estereotipas y cuando estereotipas, hay personas que sufren desigualdades. La vida es diversa y compleja.
La perspectiva de género se puede entender en 4 dimensiones: la dimensión del sexo, la identidad de género, la expresión del género y la orientación afectiva-sexual. Hay que saber en qué dimensión estamos cuando hablamos, porque a menudo se mezclan y se generan conflictos.
Sabemos que desde hace mucho tiempo las mujeres hemos pasado desapercibidas dentro del mundo científico. ¿Hoy en día, sigue existiendo desigualdad de género en la ciencia?
Si, sigue habiendo desigualdades.
Uno de los problemas de estas desigualdades es el androcentrismo. Todo el sistema científico está pensado desde una óptica masculina, y como mujer no encajas, por eso muchas no acaban la carrera científica. Es un sistema de rol masculino, de competitividad, productividad y el rol femenino asociado a los cuidados, a la vida en el centro a menudo no está y está infravalorado.
Yo he decidido no masculinizarme y poder estar en este mundo masculinizado siendo como soy, pero otra estrategia por la que optan muchas mujeres es masculinizarse para poder seguir adelante, y también es muy respetable.
¿Se está trabajando para cambiarlo?
Se está trabajando desde hace unos años para que haya menos desigualdades, pero el cambio es muy lento.
Sobre todo está la preocupación, en muchos centros de investigación, por alcanzar al 50% de mujeres y hombres para rebatir el efecto tijera o cañería agujerea, el leaky pipeline. Pero no se pone tanto esfuerzo en buscar las causas de los agujeros de la cañería, no miran porque muchas mujeres no acaban la carrera científica.
No hay un cambio sistémico basado en una reflexión profunda del porqué está pasando y qué podemos cambiar de base para que no pase, eso sería ir a la raíz del problema y sería mucho más transformador.
¿Cómo se puede mejorar?
Hay mucho miedo al cambio, mucha resistencia, cuando la ciencia se tendría que definir por el cambio constante.
Muchas teorías desarrolladas por mujeres todavía no se explican porque son muy revolucionarias y cambian muchas cosas, no sólo científicas, sino también culturales y sociales.
No hay bastante toma de conciencia de esta desigualdad. Todavía ahora hay ceguera a la desigualdad por género. La educación y la formación son claves para que esto se ponga en evidencia, a través de la educación también se va a la raíz del problema. Es importante empoderarse a través de formaciones en perspectiva de género, y por suerte actualmente tenemos personas muy potentes haciendo estos tipos de formaciones en Cataluña.
Los estudios hacen visibles los datos de desigualdad, los gráficos de tijera, las diagnosis, y dan herramientas para demostrar. Y esto en el mundo de la ciencia es muy importante.
El día que en los órganos de poder haya más del 50% de mujeres, allí estará el cambio. Y cuando estemos en este 50% ya estaremos lo bastante cómodas como para poder ser nosotras mismas desde el empoderamiento personal.
¿Qué aportamos o hemos aportado las mujeres a la ciencia y al medio ambiente?
Hemos aportado mucho pero se nos ha invisibilizado mucho, y entonces está la creencia que hemos aportado poco.
Podríamos haber aportado un punto de vista no tan antropocéntrico y más de empatía con las otras especias y de poner la vida en el centro, los cuidados, la visión cooperativa, el trabajo conjunto, la empatía…
Para poner un ejemplo, Ellen Swallow Richards, hizo una propuesta de la definición de la palabra ecología. Decía que la ecología es la ciencia de las condiciones de salud y bienestar de la vida humana diaria. Para ella la salud de los ecosistemas y la salud humana iban del brazo.
Y yo me pregunto, ¿qué hubiera pasado si en el siglo XIX nos hubiéramos quedado con la definición del Ellen Swallow en ningún sitio de la de Ernst Haeckel?
¿Crees que hay una visión femenina para responder a las problemáticas ambientales?
Sí, a la visión femenina, tradicionalmente, se le ha atribuido el rol de los cuidados, poner la vida en el centro… y ha sido también más vinculada a la cooperación, y esta visión puede aportar mucho a las problemáticas ambientales.
La mayor parte de las problemáticas ambientales son producto del androcentrismo, del sistema patriarcal capitalista, que oprime a las personas, en concreto a las mujeres y al medio ambiente. Si pusiéramos la vida en el centro, en lugar de la producción máxima o del beneficio económico, resolveríamos la mayoría de los problemas ambientales actuales.
¡La clave radica en el equilibrio de la visión femenina y la masculina, las dos son muy importantes para la transformación social pero ahora hay un desequilibrio total! Y la mirada femenina está muy invisibilizada. Tiene que haber más empoderamiento de la mirada femenina y desempoderamiento de la masculina para llegar a este equilibrio. Conozco a muchas mujeres que estamos trabajando por el empoderamiento y para empoderarnos, ¿pero hombres por desempoderarse de la mirada masculina?
¿Sabemos más resolución de conflictos?
La mirada femenina puede aportar mucho a la resolución de conflictos, porque sentir empatía, cuidar del otro en la resolución de conflictos es clave para resolverlo. No querer anular el otro, no querer siempre competir, sino intentar trabajar para encontrar puntos de encuentro, cooperar… y cuando sientes empatía puedes saber cómo se siente el otro… encuentras más grises y matices para poder resolver el conflicto.
¿Cuáles son los retos actuales para incluir la perspectiva de género en la ciencia?
La ciencia dentro del patriarcado y el capitalismo es una ciencia reduccionista, productivista, mecanicista… que intenta simplificar la complejidad de la vida y uno de los retos es que la ciencia cambie. Que pueda aceptar la complejidad, que ponga la vida en el centro y que sea transformadora hacia la justicia global. Por lo tanto, es muy importante que los indicadores que evalúan la carrera científica valoren positivamente estos factores.
La ciencia no tiene que estar al servicio del patriarcado ni del capitalismo, sino que lo tiene que presionar para transformarlo, y en parte ya lo está haciendo en los últimos años ante la emergencia climática, cada vez vemos más científicos y científicas posicionándose a favor de acciones contra el cambio climático.
Más retos, romper con la idea del género binario y caminar hacia la perspectiva queer. Conseguir igualdad pero desde la aceptación de la diversidad y la complejidad. Eso es un reto de cambio de mentalidad, un cambio actitudinal y hace falta formación.
Llegar a este 50% de lugares, de 50% hombre-mujer, también es un reto y cuando se llegue, muchas cosas cambiarán, sobre todo en los órganos de toma de decisiones.
Otro reto, promover el empoderamiento y la autoafirmación de los géneros que están en desigualdad. Se tiene que dar herramientas dentro del mundo científico para generar este empoderamiento y autoafirmación de las mujeres y de todos los géneros que están en desigualdad.
¿Algún otro?
El uso de un lenguaje no sexista y acciones radicales contra el acoso sexual, porque todavía existe, también en el ámbito académico.
Promover la visibilització de las mujeres y todo lo que hacen en ciencia.
Hace falta creatividad para generar actividades educativas con perspectiva de género y crear espacios y métodos de participación y creación de investigación equitativos. Hay muchos materiales creados para aplicar docencia e investigación con perspectiva de género, pero el reto ahora es aplicarlos, empezar la fase “maker” de la perspectiva de género en la ciencia (aquí podéis encontrar algunos recursos sobre investigación y docencia en biología con perspectiva de género)
Para ti, ¿cuáles mujeres científicas son imprescindibles de conocer?
Vandana Shiva. Una mujer científica interdisciplinaria que aporta el conocimiento científico y académico al activismo y a la transformación social. Doctora en física, y autora de decenas de libros y artículos también la encontrarás arriba del escenario leyendo un manifiesto antiglobalización. Ejemplariza la mirada ecofeminista interseccional desde una mirada no occidental. Ha trabajado mucho por los derechos de las mujeres, para poner a las mujeres en el centro en la agricultura de la India y a favor de una agricultura respetuosa y pro soberanía alimentaria. Ha participado en muchos proyectos de recolección de semillas porque la semilla en agricultura es el poder, para mantener la diversidad y por el empoderament de las mujeres.
Lynn Margulis. Ella hizo la teoría endosimbiòtica pero fue mucho más allá. Evidencia que no todo es competitividad y selección natural y que la cooperación también tiene un papel muy importante en la evolución. Se puede cooperar para evolucionar y si eso te lo llevas a nivel social es revolucionario y muy transformador. Pero se ha invisibilizado mucho, como también su trabajo con James Lovelock, sobre la hipótesis de Gaia. Fue una persona que no tuvo miedo y publicó sus teorías, aunque se las rechazaron muchas veces.
Jane Goodall. Primatóloga, conocida sobre todo por su trabajo de difusión y de conservación de primates, pero también pionera en el estudio de los chimpancés y su comportamiento, dando una nueva perspectiva de género en los estudios hechos hasta el momento. Ha llevado el ámbito académico también a la divulgación y ha hecho importantes acciones para la conservación de la naturaleza y en concreto de los primates.
Rachel Carson. Fue anterior a todas ellas. Es una persona imprescindible de conocer. Con su libro “la primavera silenciosa”, evidenció que el DDT, un insecticida, afectaba a la pérdida de biodiversidad, sobre todo de invertebrados, y también que estaba relacionado con el cáncer de los humanos. Había muchos lobbys que no querían que se publicara el libro, pero se publicó y para mí es un ejemplo de como a través del conocimiento científico puedes mejorar el medio ambiente y hacer transformación social hacia la justicia ambiental.
El conocimiento científico tiene que salir, hay que transferirlo desde las revistas indexadas hacia la sociedad, y de hecho a Rachel Carson se le atribuye el nacimiento del movimiento ecologista de los años 70.
Barcelona, octubre 2021
Las opiniones expresadas en esta entrevista son a título particular y no necesariamente reflejan el posicionamiento institucional del Ayuntamiento de Barcelona.
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