El ciclo “Figuras femeninas de las tradiciones religiosas”, organizado por el Monasterio de Pedralbes y la Oficina de Asuntos Religiosos, ha tenido lugar en cuatro martes de julio. Han sido tres sesiones telemáticas sobre figuras femeninas del hinduismo, el islam y el budismo, así como unas visitas guiadas presenciales al Monasterio de Pedralbes: “Pedralbes, un escenario femenino de poder” (cristianismo católico).
Tanto en los encuentros que se desarrollaron en el verano pasado como en la mesa redonda-diálogo que tuvo lugar en noviembre (ambas actividades conducidas por la periodista Txell Bonet) se puso de manifiesto que el papel de la mujer espiritual ha quedado muchas veces difuminado, poco reconocido o ha desaparecido. Destacan algunas frases de las protagonistas: “Parece que las mujeres estamos en los márgenes”, “hay que salir de la invisibilidad, empoderarnos”, “las mujeres son imprescindibles en todas las comunidades de todas las tradiciones religiosas”, “todas tenemos las mismas paredes en frente”, “durante siglos se ha infravalorado lo femenino, tenemos que recuperarlo”.
Este ciclo surgió de la reivindicación constante de la importancia de la figura femenina y la gran aportación de las mujeres en todas las tradiciones religiosas y espirituales, que muchas veces el imaginario social ha invisibilizado o silenciado. La voluntad del ciclo ha sido dar a esta gran fuente de sabiduría femenina el valor que se merece. Algunas de las participantes de los encuentros anteriores han explicado el papel de algunas figuras femeninas, históricas y actuales, en su tradición religiosa. Les han otorgado la voz, el valor y el lugar que les corresponde en el hinduismo, el islam, el budismo y el cristianismo católico.
La primera sesión, “Figuras femeninas del hinduismo”, estuvo a cargo de Chinmayi Mi, presidenta de la Asociación Shiva-Shakti-Om, practicante iniciada en el ritual tradicional hindú-diksha y con veinte años de estudios y práctica espiritual. Nos habló de muchas mujeres presentes desde la India antigua, como las rishikas, mujeres sabías que llegaron a la experiencia meditativa profunda, pasando por los siglos XV-XVI con Mirabai, devota de Krishna, cantante y compositora de cantos devocionales, hasta el siglo XX con Anandamayi Mi, maestra espiritual reconocida por todas las escuelas y ramas hindúes, mujer de una gran profundidad espiritual y reconocida como la manifestación de la Madre del Universo.
Wafae Moussaoui, musulmana nacida en Barcelona, psicóloga y firme defensora de los derechos humanos y la equidad entre las mujeres y los hombres desde una perspectiva islámica, en la segunda sesión, “Figuras femeninas del islam”, situó en el mapa a varias mujeres musulmanas: desde Jadiya, mujer del profeta que conducía caravanas de mercancías hace ahora más de 1.400 años, o Fatima Al-Fihri, que dedicó toda su vida a la construcción y el sostén de la primera universidad más antigua del mundo (en el año 859), Al-Karaouine, en la ciudad de Fez (Marruecos), hasta mujeres actuales, como Qariya Sharifa, reconocida recitadora del Corán, o Iqbal Mahmoud Al Assad, la médica más joven del mundo.
En la tercera sesión, “Figuras femeninas del budismo”, Montse Castellà i Olivé, cofundadora y actual vicepresidenta de la Coordinadora Catalana de Entidades Budistas, presidenta de Sakyadhita Spain, asociación internacional de mujeres budistas, y traductora y editora de textos budistas, fue la voz de la última charla telemática. Habló de Mahaprajapati, la tía y madre adoptiva de Siddharta Gautama (Buda) quien, gracias a su perseverancia, consiguió que Buda aceptara que las mujeres también podían seguir la vía espiritual que él inició (reuniendo en protesta pacífica a unas quinientas mujeres); Tenzin Palmo, la primera mujer occidental en un monasterio budista en la India (el libro ‘Una cueva en la nieve’ recoge su experiencia), y Sakyadhita, una asociación internacional de mujeres budistas, referente de figuras femeninas en colectividad. En Sakyadhita Spain cabe destacar a la lama Guelongma Tsondru, la primera lama mujer autorizada y cofundadora del primer centro budista al Estado español, así como a Berta Meneses, religiosa del Oratorio y al mismo tiempo maestra zen.
Finalmente, en las visitas presenciales al Monasterio de Pedralbes del último martes del ciclo, se pusieron de relieve figuras católicas constructoras del monasterio y de su magnificencia a lo largo de la historia. “Pedralbes, un escenario femenino de poder” dibuja una historia del monasterio con nombres propios como la reina Elisenda de Montcada y Francesca ça Portella en el siglo XIV, María de Aragón y Teresa de Cardona en el siglo XVI, así como sor Eulàlia Anzizu y Maria de la Concepció Baldric en el siglo XIX. Durante casi setecientos años el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes acogió entre sus muros a damas de la alta nobleza e hijas de ciudadanos honrados. Esas mujeres ejercieron su poder más allá de la clausura y marcaron claramente la trayectoria de la comunidad. El monasterio es obra de todas esas mujeres.
Estas cuatro sesiones del ciclo han sido unas pequeñas pinceladas de mujeres, de feminismos y de feminidad enmarcada en la historia y en la actualidad. Han sido y son figuras impactantes, sorprendentes y modelos que hay que reconocer. Tanto desde el Monasterio de Pedralbes como desde la OAR existe la voluntad de continuar con otras ediciones del ciclo (quedan todavía muchas figuras de otras tradiciones religiosas que hay que poner de relieve) y otras actividades en torno a la figura de la mujer.