Se trata de Anna Canalias, Antònia Adroher, Clémence Jacquinet, Pepita Uriz, Maria Pi, Mercè Climent y Virgínia Amposta, cuyos nombres se encuentran ahora en espacios ajardinados del barrio del Besòs i el Maresme. La iniciativa de esta propuesta de feminización del Nomenclátor del Besòs i el Maresme tiene su origen en el movimiento asociativo del distrito y, en concreto, en la Comisión Memoria y Género de Sant Martí.
El distrito de Sant Martí se ha volcado de lleno en la reparación del agravio histórico que sufre el nomenclátor barcelonés femenino, al destapar un conjunto de siete placas con los nombres de siete mujeres pedagógicas y luchadoras en siete jardines del distrito, situados todos ellos en el barrio del Besòs i el Maresme. Ha sido un sentido homenaje a estas figuras y un acto de reconocimiento y de memoria histórica y democrática, que han presidido conjuntamente el concejal de Memoria Democrática, Jordi Rabassa, y el concejal del Distrito de Sant Martí, David Escudé.
Siete jardines, siete mujeres
Así pues, desde ahora, el espacio ajardinado situado en la calle de Bernat Desclot entre Alfons el Magnànim y Cascassona se llama jardines de Anna Canalias Mestres (Magallón, 1886-Molins de Rei, 1934). Los jardines situados entre Alfons el Magnànim, Messina y Jaume Huguet llevan el nombre de Antònia Adroher Pascual (Gerona, 1913-Banyuls de la Marenda, 2007). La pedagoga francesa Clémence Jacquinet (Francia, 1865-siglo XX) da su nombre al espacio ajardinado situado entre las calles de Palerm, Perpinyà, Germans Serra y Jaume Huguet. Josepa Pepita Uriz i Pi (Badostain, 1883-Berlín, 1958) es el nuevo nombre del espacio ajardinado entre Alfons el Magnànim, Messina y Pere Moragues. Los jardines entre las calles de Felip de Malla, Otranto y Ferrer Bassa se llaman ahora jardines de Maria Pi Ferrer (Roses, 1884-Barcelona, 1960), pedagoga, activista política, conferenciante y escritora catalana. Mercè Climent i Pascual (siglo XIX-siglo XX) da nombre al espacio ajardinado entre las calles de Lluís Borrassà y Alfons el Magnànim. Y, finalmente, el nombre de la maestra y sindicalista Virginia Amposta Amposta (Pinell de Brai, 1903-Barcelona, 1939) será para el espacio situado entre las calles de Jaume Fabré y Sant Ramon de Penyafort.
Movimiento asociativo para feminizar el nomenclátor
La iniciativa de esta propuesta de feminización del nomenclátor del Besòs i el Maresme tiene su origen en el movimiento asociativo de Sant Martí y, en concreto, en la Comisión Memoria y Género de Sant Martí, liderada por cuatro entidades de mujeres: la Asociación Àmbar Prim (de los barrios del Besòs i el Maresme, la Verneda i la Pau y Sant Martí de Provençals), el Grupo L’Amistat (del barrio del Clot), el Grupo de Mujeres del Foment Martinenc (del Camp de l’Arpa del Clot) y la Asociación de Televisión del Clot. Esta comisión llevó a cabo desde el 2016 toda una labor de investigación, cuyo resultado se presentó en la sesión de marzo del 2019 del Consejo de Distrito de Sant Martí, que la aprobó, y posteriormente fue debatida tanto por el Consejo de las Mujeres como por el Consejo de Memoria Democrática de Sant Martí. Se trata de un protocolo de voluntad participativa imprescindible para el informe favorable definitivo de la Ponencia de Nomenclátor que tuvo lugar en su sesión de junio del 2021.
A estas siete nuevas denominaciones hay que sumar una más, que ya se llevó a cabo en el jardín del mismo barrio situado entre las calles de Perpinyà y Palerm, y entre Cristóbal de Moura y Pere Moragues, al que le pusieron el nombre de la también pedagoga Dolors Canals i Farriols. En este caso se rindió homenaje a una científica singular barcelonesa (1913-2010), pionera en la puesta en marcha de proyectos educativos para niños y niñas de los 0 a los 3 años. Médico, bióloga y pedagoga de formación, sus principales estudios científicos se centran en la importancia del trato recibido en la primera infancia en el desarrollo de las personas.
Biografías de las siete pedagogas y maestras homenajeadas
Anna Canalias Mestres.
En 1905, acabada la carrera de magisterio, se instaló en Barcelona e impartió clases nocturnas en un ateneo obrero hasta 1910. Desde aquella aula a la que acudían las trabajadoras fabriles del barrio, empezó a entender la cuestión social. Estos años de inicio profesional coincidirían con sus primeras incursiones en el mundo de la literatura, cuando publicó poesías y varios artículos en la prensa local de su pueblo y de los lugares donde ejercía su profesión. Entre sus aportaciones destaca su defensa de la necesidad de la intervención femenina en la elaboración de las leyes y del sufragio femenino. En 1931 enseguida se identificó con la República y los valores republicanos y se dedicó a la formación de las mujeres como nuevas electoras. No obstante, una enfermedad del corazón la obligó a detener su actividad en 1934, año de su defunción.
Antònia Adroher i Pascual.
Fue una de las fundadoras del POUM y, durante la guerra civil española, fue la primera mujer que fue concejala de Cultura y Propaganda en el Ayuntamiento de Gerona entre 1936 y 1937. Desde su cargo puso en práctica una escuela pública y gratuita para todo el mundo, la enseñanza en catalán, el cuidado de los niños y niñas y los principios higienistas y de salud y la igualdad de oportunidades para los niños y niñas a través de la coeducación. En 1939 marchó al exilio y en 1977 volvió a Cataluña. En 1970 recibió un reconocimiento en Cataluña por su trayectoria como profesora y en Gerona le pusieron su nombre a una calle. En el 2000 obtuvo el Premio Mestres 68 por su labor en la renovación de la pedagogía catalana. En el 2006 recibió la Cruz de Sant Jordi. En el 2008 se inauguró la Biblioteca Pública Antònia Adroher en Gerona para homenajear su figura.
Clémence Jacquinet.
Nacida en Francia y educada como pedagoga, Clémence Jacquinet entró en contacto con Ferrer i Guàrdia (1859-1909) en París, donde él trabajó de profesor de español de 1895 a 1898. Clémence Jacquinet tenía un currículum brillante como educadora moderna, y Ferrer le propuso dirigir su Escuela Moderna, proyecto de enseñanza racionalista, laico y coeducador. Desde su fundación en 1901 hasta su cierre en 1906, la Escuela Moderna de la calle de Bailén de Barcelona abrió en toda España, principalmente en Cataluña, más de 35 nuevas escuelas laicas y coeducadoras que, además, disponían de un plantel de maestros de ambos sexos formados en las ideas de Ferrer y Jacquinet. Entre estas ideas, las principales fueron las actividades al aire libre, la visita a museos y fábricas, la ausencia de premios y castigos, la solidaridad entre los niños y niñas, el interclasismo en la escuela, la divulgación de conceptos antimilitaristas y la difusión del racionalismo científico y de la literatura social. Clémence Jacquinet desarrolló una amplia labor de divulgación de las ideas modernas en educación y colaboró en la redacción de numerosas obras relacionadas con la educación. También colaboró con la prensa obrera y anarquista-cultural de su época durante los años que vivió en Barcelona. Pero Clémence Jacquinet chocó con las ideas de Ferrer, ya que ella defendía una concepción de la enseñanza más academicista, y eso la llevó a la invisibilidad, que también tuvieron las demás profesoras de la escuela. Todas ellas sufrieron la represión, la prisión y el exilio en torno a 1909.
Maria Pi Ferrer.
Maria Pi fue pedagoga, activista política, conferenciante y escritora catalana. Sus conocimientos y experiencia en pedagogía los puso al servicio de la defensa de la escuela pública para todo el mundo, utilizando los argumentos de los que estaban en contra y reformulándolos para justificar la propuesta. Excelente conferenciante, tanto en ámbitos intelectuales —por ejemplo, el Ateneo Barcelonés— como en los más populares, Maria Pi aprovechó la plataforma que le brindaba el Lyceum Club (una entidad cultural dirigida a las mujeres) para dar varias conferencias de orientación política, a partir de las cuales reunió la obra Una visió femenina del moment present (1932). Interesada en la cuestión femenina, escribió en 1935 una decena de artículos en la revista Justícia Social, que se pueden considerar como pequeños ensayos de economía y política y pueden ser considerados como un hito inicial de la economía política de las mujeres. La autora pronto descubrió que “el derecho de la mujer a su total emancipación es, no únicamente, pero sí antes que nada, un problema de salarios”.
Mercè Climent i Pascual.
La trayectoria de Mercè Climent está estrechamente vinculada a la Escuela Municipal Montessori de Barcelona, ubicada en la calle de la Tapineria, y que posteriormente se trasladó a la calle de Ataülf, donde después se convirtió en el Parvulario Baixeras. En 1922, con la puesta en marcha del Patronato Escolar del Ayuntamiento de Barcelona, este dotó de material a la escuela montessoriana y amplió sus plazas. Durante una veintena años, entre 1915 y 1936, Mercè Climent fue la directora. Hay constancia de que, en marzo de 1934, la asociación de exalumnos de la Escuela Municipal Montessori ofreció a Mercè Climent un vino de honor y le regalaron una pluma como reconocimiento a su labor de directora. Y que la escuela todavía funcionaba en 1936.
Se sabe también que Maria Aurèlia Capmany se inició académicamente en la escuela de Mercè Climent de la calle de la Tapineria: “Si entro en el Museo Marès no me cuesta nada ver mi escuela, donde llegaba cuando todavía no había cumplido los tres años. Ya no queda nada de la escuela de doña Mercè Climent, ni los olores, ni las paredes, ni la forma del patio, pero yo sé que allí empezó mi aprendizaje (…), allí empezó mi vida pública”. Capmany explica en Mala Memòria que la escuela “tenía ese aire casero que han tenido en nuestra ciudad muchas escuelas privadas, porque doña Mercè vivía en la misma escuela, con su marido, que era pintor, y un hijo que probablemente era un chico joven, pero que a mí me parecía tan mayor como el padre”.
Josepa Pepita Uriz i Pi.
Pepita Uriz fue profesora de pedagogía de la Escuela Normal de Lérida. Próxima a la Institución Libre de Enseñanza, tenía una vocación de maestra muy definida. Estudió en Francia y Alemania, donde aprendió los nuevos métodos para reformar el sistema educativo y científico del país. Defensora de los derechos de las mujeres, de la enseñanza laica, activa y científica, fue expedientada por iniciativa de la Iglesia por proponer a su alumnado la lectura del libro de Margarita Nelken La condició social de la dona a Espanya, y sancionada, en 1925, con la separación del servicio durante un año. Con la llegada de la Segunda República la nombraron directora de la Escuela de Magisterio de Lérida, y ejerció el cargo hasta 1934. A Uriz se la conoce por su faceta sindical y su implicación política con la Segunda República; pertenecía a un grupo de pedagogos y pedagogas próximos a la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Difundía también los métodos de Maria Montessori, relacionaba educación y vida, por lo que en sus clases la abstracción dio paso a la experiencia del alumnado. Estuvo desde el primer momento de su profesión de maestra en contra de los métodos tradicionales, hecho que le comportó varias denuncias. Durante la República, Pepita, como secretaria general de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) de Lérida, participó en la primera misión pedagógica realizada por algunos maestros de izquierdas en la Vall d’Aran para instruir a la población analfabeta catalana. En 1934 la nombraron vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT en Barcelona. Militante del PSUC, en 1934 fundó, junto con otras mujeres, la Organización Española de Mujeres Antifascistas, en respuesta al ascenso al poder de Hitler y el fascismo en Europa. Al acabar la Guerra Civil se exilió en Francia, primero, y en Alemania, después, donde murió en fecha desconocida.
Virgínia Amposta Amposta.
La maestra Virgínia Amposta fue una destacada activista, dirigente política y sindical. La educación constituyó uno de los grandes compromisos sociales de la democracia de la Segunda República, y las maestras como Virgínia Amposta se entregaron por completo a este cometido. El objetivo era configurar el estado docente, que llevaría la cultura y la enseñanza a los rincones más remotos del país para construir una sociedad más justa, libre, equitativa y solidaria. El 25 de enero de 1939 las tropas franquistas entraron en la villa donde residía. Allí fue detenida por la falange de Sant Vicenç y la trasladaron, primero, a Molins de Rei y, después, a la prisión de L’Hospitalet de Llobregat. En el mes de marzo se le hizo, con veinte encausados más, un juicio sumarísimo donde fue condenada a muerte. En la acusación dijeron: “Fue luego maestra de párvulos, lo que aprovechó para hacer entre ellos propaganda disolvente”. Trasladada a la prisión de mujeres de Les Corts, finalmente fue fusilada, en el parapeto del Camp de la Bota, el 8 de agosto de 1939. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio del Fossar de la Pedrera de Montjuïc. Un memorial construido allí, después del franquismo, recuerda su nombre y el de muchas otras personas, enterradas en ese lugar víctimas de la represión franquista.
Continúa la apuesta por la feminización de la ciudad
A pesar de estas nuevas denominaciones, la presencia de mujeres en el nomenclátor de Barcelona sigue siendo ínfima y las representadas lo son mayoritariamente en calidad de propietarias de tierras, santas, nobles y relacionadas con la monarquía, hecho que explica claramente que son los hombres privilegiados los que han hegemonizado el relato de construcción de la ciudad.
Por este motivo, el Gobierno municipal está llevando a cabo una firme apuesta por dar prioridad a los nombres femeninos. La Concejalía de Memoria Democrática y, en este caso, el Distrito de Sant Martí, han mostrado su claro compromiso para intentar revertir el desequilibrio y la poca presencia de nombres de mujer y nombres populares.