Cuando Jaha Dukureh llegó a Nueva York con quince años para casarse con un hombre que ni siquiera conocía, se dio cuenta de que le habían practicado la mutilación genital. Hoy es la embajadora de África de ONU Mujeres y lucha por erradicar la mutilación genital femenina (MGF) y el matrimonio infantil.
Como Jaha, se calcula que unos 200 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido la MGF. En el Día Internacional de la tolerancia cero con la mutilación genital femenina, hablamos de esta práctica: qué problemas puede causar a las mujeres, por qué se practica o cuál es la situación actual en Catalunya.
La ablación o MGF incluye todos aquellos procedimientos que consisten en la resección parcial o total de los genitales externos del sexo femenino, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. Además, es internacionalmente reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad.
¿Por qué se practica la mutilación genital femenina?
La ablación se justifica, desde las comunidades que la practican, con diferentes argumentos, tal como explica la Fundación Wassu de la UAB:
1. “Lo dice la tradición”: con la finalidad de garantizar que las niñas se preparen para la vida adulta y para el matrimonio sin ser excluidas de la comunidad, algunas familias siguen ejerciendo ésta práctica como una tradición.
2. “Lo dice la religión”: la ablación se practica en ciertas comunidades musulmanas, cristianas coptas y judías falasha. Dentro de estas tradiciones hay mucha diversidad en la interpretación doctrinal de la mutilación genital femenina. La OMS explica que, aunque algunos líderes religiosos la fomenten, otros la consideran irrelevante y algunos contribuyen a su eliminación.
3. “Es más limpio”: algunas comunidades practicantes de la MGF perciben los genitales externos de las mujeres como partes del cuerpo “sucias” antes de circuncidarlas.
4. “Es más bello”: ciertos grupos consideran que los genitales externos femeninos son partes “antiestéticas”.
5. “Preserva la virginidad, el honor de la familia y previene la promiscuidad”: en algunas sociedades, la virginidad femenina es un requisito previo e indispensable para contraer matrimonio del cual depende el honor de la familia, y relacionan la MGF con el mantenimiento de la virginidad.
> Para aprender más sobre las razones que llevan a ciertas comunidades a practicar la mutilación genital femenina, consulta la web de la Fundación Wassu.
¿Qué implica la ablación?
Tal como describen desde la Organización Mundial de la Salud, la ablación no tiene ningún beneficio para la salud, y genera perjuicios a mujeres y niñas de múltiples formas.
Implica la escisión y la lesión de tejido genital femenino sano y normal, e interfiere en las funciones naturales del cuerpo. Las complicaciones inmediatas pueden ser: dolor intenso, hemorragia, inflamación de los tejidos genitales, fiebre, infecciones como el tétanos, problemas urinarios, estado de choque, o incluso la muerte.
A medio o largo plazo, las complicaciones también pueden ser diversas y en diferentes grados: problemas vaginales, infecciones urinarias, dificultades a la hora de tener relaciones sexuales, problemas menstruales, mayor riesgo de complicaciones en el parto y de mortalidad neonatal, necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas, trastornos psicológicos, entre otros.
Prevención de la mutilación genital en Catalunya
Desde el 2007 existe en Catalunya el “Protocolo de actuaciones para prevenir la mutilación genital femenina” con el objetivo de promover la información, la formación y el respeto por los derechos humanos en la prevención de la ejecución de la ablación. La intervención judicial es el último peldaño del proceso y sólo se utiliza en aquellos casos en los que las intervenciones previas que contempla el protocolo no hayan conseguido las garantías necesarias.
La ley 5/2008, de 24 de abril, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, incluye la problemática de la mutilación genital femenina, que la clasifica como un tipo de violencia machista en el ámbito social o comunitario.
Así pues, se realizan formaciones a personal sanitario de Catalunya para aplicar el protocolo establecido. También se ofrece formación a personas catalanas con orígenes en países en los que se practica la ablación (o directamente a personas locales de los países en cuestión) para que contribuyan a la tarea de sensibilización sobre los peligros de la mutilación genital femenina, entre otras medidas para evitar la realización de la práctica.