Cuando hablamos de bullying a todos nos viene a la cabeza que es, como mínimo, una situación injusta para quien la recibe, nos vienen imágenes de una víctima y uno o una agresor/a. También sabemos que puede haber un grupo que puede presenciar estos momentos desagradables... Pero, ¿cómo lo viven emocionalmente cada una de las partes? Todos podemos ser partícipes (desde el momento que hay indiferencia, que se silencia, o bien se esconde) y todos tenemos mucho que decir. En general, hay una falta de conciencia emocional de las partes involucradas.
Este de hecho es uno de los puntos clave sobre el que nos hizo reflexionar el formador y pedagogo Carles Porrini (Associació SEER), durante los dos talleres para familias que se llevaron a cabo en el Centro. Tanto desde el Centre per a Famílies amb Adolescents como desde la Associació SEER creemos imprescindible trabajar en la prevención en primer lugar, por la detección eficiente y por una adecuada intervención. De aquí surge la necesidad de sensibilizarnos tomando más conciencia en actividades de prevención como la que hemos llevado a cabo con padres y madres.
¡La percepción general de los participantes sobre el taller ha sido muy buena! Los padres y madres comentaban la posibilidad de ampliar el número de sesiones del taller. Lo que las familias expresaron cuando les preguntamos qué se llevaban fue: “más claridad”, “más fortaleza”, “pedir ayuda de profesionales”, “cada cual que se quede con la mochila que le corresponde”, “más tranquilidad”. Uno de los participantes expresó: “Doy las gracias porque me ha ayudado a cambiar cosas de mí mismo que no tenía presentes”. Sólo por pequeños cambios como éste, ya merecen la pena este tipo de acciones preventivas.”