Hoy en día en nuestra sociedad y también en nuestras vidas estamos experimentando cambios constantes, esto requiere de estrategias y habilidades para afrontarlos. Si damos a nuestros hijos herramientas eficientes para hacer una buena gestión de sus emociones les estaremos dotando de capacidad para afrontar los obstáculos y para convertirse en adultos emocionalmente sanos.
Por este motivo nos hemos planteado ofrecer talleres donde trabajar y practicar con herramientas para la gestión de emociones. Durante el taller hemos hablado brevemente de las cinco emociones básicas: Alegría, Miedo, Enfado (rabia, ira, etc), Tristeza, Asco. Cada una de las emociones nos están dando una señal de qué situación de las que vivimos nos gustaría mantener o modificar: disfrutar, alargar y que no se terminaran; evitar (con el fin de protegerse); cambiar (para alcanzar una estado interno diferente). Por lo tanto ¡las emociones no son ni buenas ni malas! Cumplen una función importante: la de INFORMARNOS de estados internos de los que quizá no tenemos suficiente conciencia o a los que no hemos prestado atención.
A través del barro pudimos experimentar cómo darles espacio y observarlas, qué nos están "diciendo", y cómo soltarlas. De esta manera trabajaremos con una de las herramientas que resulta muy útil para observar los diferentes estados internos y tratar de establecer un puente hacia nuestros estados internos, creando un diálogo interno. Para ampliar la mirada sobre lo que nos irrita, molesta, crea tristeza...
Los y las participantes comentaron que habían encontrado un espacio donde relajarse, experimentar paz, más autocontrol, descanso, tranquilidad, tiempo y consenso. Les gustaría ampliar las herramientas para su gestión emocional. También hicieron la propuesta para hacer este taller con adolescentes, piensan que podría ser una experiencia enriquecedora y positiva!