Este año teníamos la idea de llevar a cabo actividades para familias y jóvenes; nos surgieron dudas de si funcionarían o tendrían una buena acogida. Dábamos por supuesto que con las madres y padres sí, pero y con los y las adolescentes? Como lo recibirían? Estarían dispuestos/as?
Hacía meses que teníamos la idea, y entre nuestra motivación y la demanda explícita de alguna madre, nos hemos lanzado a la piscina! Llegado el verano, hemos visto la oportunidad de hacer una propuesta novedosa para el Centre per a Famílies amb Adolescents. Así que lo concretamos en un ciclo de cuatro talleres, donde os lo pudiérais pasar bien, tanto padres como adolescentes (no hacía falta venir la familia entera, era opcional, pero queríamos dar cabida a todas y todos, juntos o separados). Es decir, se inscribieron algunos padres y madres solos, algunas familias, incluso algunas jóvenes que al final se desapuntaron. Esto nos hizo ver que sí que quizás es un formato arriesgado pero suficientemente sugerente para ofrecer desde el centro. De hecho la respuesta de los participantes (tanto de los jóvenes como algunos padres y madres) una vez finalizados los talleres, fue que les hubiera gustado que hubieran durado más tiempo cada una de las sesiones.
Cuatro días para probar diferentes disciplinas, para distraernos, pasándolo bien y compartir juntos, aprendiendo sobre como centramos nuestra atención y también nuestra percepción individual y espacial. Ofrecimos un taller de relajación, y conciencia corporal, donde aprendimos a mirar hacia nuestro interior; otro de risoterapia, para reír sin pensar demasiado en otras cosas, sólo risa para compartir un estado de ánimo placentero y gozoso; el tercer día hicimos ludoformación, una disciplina que trabaja a través del juego y que permite reflexionar sobre la motivación interna a la hora de hacer cosas o de afrontar retos, y el último día uno de percusión corporal, donde nos dimos cuenta de la facilidad o dificultad para escucharnos los unos a los otros para unificar un mismo ritmo. De la mano de Mónica Lapeyra y Lu Arroyo, nos acercaron con vocación y entusiasmo lo que mejor se les da y lo compartieron con ilusión con todos nosotros.
A pesar de ser una prueba de un nuevo formato de actividades, el balance que hacemos, es positivo y con ganas de repetir de nuevo, con nuevas propuestas para más adelante. Podemos decir que hemos alcanzado el objetivo que nos propusimos. Muchas gracias a las familias que vinisteis, a las madres que tuvisteis el coraje para venir sin los hijos/as y las jóvenes a pesar de no llegar a apuntarse sin los padres. También a las profesionales que lo hicisteis posible.