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Isabel II de España

Isabel II de España

Este es el sello de la primera emisión realizada en España en 1850. Descubre los orígenes del sello postal en el siguiente artículo.

Isabel II de España. Colección Ramon Marull

La colección de Ramón Marull guarda un sello histórico: el de Isabel II de 6 cuartos de real, litografiado en tinta de color negro.

Bajo el reinado de Isabel II, España se sumó a los países que desde hacía una década habían ido realizando la reforma de su sistema postal.

El gran cambio que significó en la historia postal la introducción del sello se inició en Gran Bretaña e Irlanda de la mano de Rowland Hill, quien propuso una reforma del sistema para hacerlo más eficiente, popular y rentable, en un momento en que esto era necesario para continuar con el crecimiento económico del país.

Antes de la introducción del sello postal, el receptor pagaba la carta. El precio, que dependía de la distancia –el coste del transporte– y del peso de la carta, era, generalmente, elevado y poco asequible para una parte de la población, de modo que la mayoría de la correspondencia no era aceptada por el receptor, causando un grave perjuicio económico a la Administración y afectando la capacidad de comunicación –comercial, social, etc. – del país

Hill proyectó la introducción de un sistema de franqueo prepago con valores estandarizados y el uso del sello adhesivo, tal como lo conocemos hoy en día. Así, estipula que, para una carta sencilla de un peso estándar, el precio era de un penny. Para demostrar que la carta ya estaba pagada se adhería una especie de etiqueta: el sello.

Segell del Brasil, 1843. Col·lecció Ramon Marull

Sello de Brasil, 1843. Colección Ramón Marull

Segell de Maurici, 1848-1858. Col·lecció Ramon Marull.

Sello de Mauricio, 1848-1858. Colección Ramón Marull.

Esta propuesta tardó tres años en ser aceptada por la administración de la Gran Bretaña (1840), ya que suponía una mayor complejidad en la recaudación y la distribución contables. Pero pronto, nadie dudó de sus beneficios y eficacia. La mejor prueba es que, progresivamente, se fue implantando en todos los países. Entre los primeros, los cantones suizos de Zúrich y Ginebra, y Brasil (1843), el cantón de Basilea (1845), Estados Unidos de América y Mauricio –entonces parte del Imperio británico­– (1847), Francia y Bélgica (1849).

El 1 de enero de 1850 se hizo la primera emisión de sellos. Y, como buena parte de los países antes citados, el motivo elegido para figurar fue la efigie de la máxima representación del Estado, la reina Isabel II coronada y de perfil.

El autor de este sello fue Bartolomé Coromina Subirà (Barcelona, 1808 – Madrid, 1867) que era profesor de la Academia de San Fernando de Madrid y, desde 1864, director de la Fábrica Nacional del Sello, y, como tal, empleado de la hacienda Pública estatal.

La emisión de la primera serie de sellos constó de cinco valores, cada uno de ellos diferenciados por un color: el de 6 cuartos en negro, el de 12 cuartos en lila, el de 5 reales en rojo, el de 6 reales en azul y el de 10 reales en verde

En un inicio, este tipo de franqueo prepago con sello adhesivo sólo era válido para el correo interior, es decir, la Península y las Islas Baleares. No incluía ni las Islas Canarias, ni Puerto Rico, ni Cuba, ni las Filipinas, las tres últimas aún entonces colonias españolas.