Hoy nos adentramos en la región histórica de Manchuria, situada en el extremo nordeste de China, entre Rusia y la península de Corea, para conocer al duodécimo y último emperador de China: Puyi ( 溥儀). Un carismático personaje descendente de...
Finalizada la Revolución republicana china o Revolución Xinhai (1911-1912), un periodo convulso y de agitación social y política de China, se instauró un sistema político republicano que propició el punto final a los 268 años de gobierno imperial de la dinastía Qing. El jovencísimo emperador Puyi, de sólo siete años, se vio obligado a abdicar. Sin embargo, mantuvo el título simbólicamente, sin gobernanza, hasta el año 1924.
Paralelamente, mientras todo esto sucedía, China observaba con gran preocupación la amenaza de una nueva potencia regional, Japón. El imperio japonés había iniciado una exitosa política de expansión por Asia, que le había permitido la ocupación militar y posterior anexión de territorios y países como Corea o la isla de Formosa (Taiwán). Muy pronto, Manchuria se convirtió en el siguiente objetivo de los nipones, la proximidad geográfica, la abundancia de recursos materiales y la buena situación estratégica lo convirtieron en un nuevo blanco.
La invasión japonesa de Manchuria, en 1931, fue rápida y muy efectiva. La situación de caos político de la recientemente instaurada república china debilitó tanto las posibilidades de defensa que no fue necesario articular una declaración formal de guerra entre China y Japón.
Mientras tanto, Puyi, el emperador depuesto, todavía no sabía que su figura sería clave en este nuevo contexto. Después de abandonar la Ciudad Prohibida, el palacio imperial de Pekín, se estableció en Tianjin, una ciudad china bajo dominio japonés. La importancia simbólica del personaje y el reconocimiento social que disfrutaba, propició que el gobierno japonés adoptara un creativo sistema de control sobre Manchuria. En lugar de administrar la región como una colonia, como había hecho con Corea, Puyi dirigiría el nuevo estado con el objetivo de legitimar la nueva realidad política, al menos aparentemente, porque el control administrativo real continuaría ejerciéndose desde Tokio.
Japón declaró la independencia de Manchukuo (Gran Estado Manchú de China) el 18 de febrero de 1932. Quince días más tarde, Puyi fue nombrado gobernante con el nombre de Datong, y en 1934, coronado emperador de Manchukuo con el nombre de Kangde. El estado de Manchukuo fue creado para abastecer Japón pero también fue un organismo creciente en su propio derecho. Los japoneses experimentaron con nuevas realidades económicas, estilos arquitectónicos, modelos de ingeniería ferroviaria, e incluso con las formas jurídicas. El éxito o fracaso de la experimentación suponía la exportación o no al resto del imperio.
El nuevo emperador no tuvo un papel fácil en este proceso de asimilación. A pesar de que en público se mostrara sumiso con los ordenamientos nipones, existían continuas confrontaciones ante la negativa de nombrarlo emperador de China. Un ejemplo gráfico lo encontramos durante la ceremonia de coronación, los japoneses querían que se pusiera el uniforme de Manchukuo mientras él insistía en llevar la vestimenta tradicional de los emperadores Qing. La solución salomónica fue llevar el uniforme durante la coronación y cambiarlo por el vestido tradicional en el momento de la anunciación al Altar del Cielo.
La injerencia japonesa en la política de Manchukuo era una evidencia diaria, se ejercía un control directo sobre los miembros del Consejo de Gobierno que decidían las leyes y reglamentaciones, según los intereses de Tokio. Entre otros medidas, el japonés fue declarado idioma oficial y de enseñanza en las escuelas, o la imposición del sintoísmo como religión oficial.
En cuanto al correo postal, el estado de Manchukuo emitió sellos que reflejaban esta nueva realidad política. Su finalidad respondía sobre todo a intereses propagandísticos. Se muestra la efigie de Puyi, la relación con elementos y símbolos de amistad con Japón o los nuevos símbolos nacionales.
La pervivencia de este nuevo estado fue bastante corta. El 8 de agosto de 1945, día del lanzamiento de la primera bomba atómica en Hiroshima, la Unión Soviética declaró la guerra al Imperio Japonés. Una semana más tarde, Japón capituló ante sus enemigos, y el día 19 de agosto la noticia fue confirmada a las escasas tropas niponas que todavía resistían en Manchukuo, rindiéndose por completo el día 20. El Emperador Puyi, fue arrestado y las instituciones gubernamentales fueron desmanteladas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la República de China recuperó la soberanía sobre Manchuria, donde las fuerzas del Partido Comunista de China se habían establecido en puntos fuertes del territorio, después de la retirada del Ejército Rojo en 1947.
El breve periplo de este estado del periodo de entreguerras dirimió capítulos importantes de la historia de China, Japón y de un régimen imperial milenario. La importancia histórica de este hecho dio el salto a la gran pantalla con la película de Bernardo Bertolucci, estrenada en 1987, y ganadora de 9 oscars. El último emperador (The Last Emperor, título original en inglés) donde refleja de manera fidedigna la vida de Puyi, último emperador de China y de Manchukuo.