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Victoria I de Inglaterra

Victoria I de Inglaterra

A primera vista se puede pensar que este ejemplar es uno de tantos sellos con la representación de un monarca. Y de hecho sería así, si no fuera por el hecho de que se trata del primer sello de correos...

Victoria I de Inglaterra, Inglaterra, 1840. Colección Ramon Marull

A primera vista se puede pensar que este ejemplar es uno de tantos sellos con la representación de un monarca. Y de hecho sería así, si no fuera por el hecho de que se trata del primer sello de correos de la historia postal. Tal honor conlleva ciertos privilegios, y en su caso es que filatélicamente sea conocido como Penny Black (penique negro) o más popularmente como Cabeza de la Reina.

Victoria subió al trono a la edad de dieciocho años, después de la muerte de su tío Guillermo IV. Será la última reina de la dinastía germana de los Hannover, luego dará paso a Sajonia-Coburgo-Gotha.

La historia recuerda a la reina Victoria como una monarca dotada de excelentes habilidades políticas y estratégicas de gobierno. Así pues, su etapa de reinado se conoce como uno de los momentos más esplendorosos de la historia británica, conocido por los historiadores como época victoriana. La expansión del imperio colonial, la adopción del librecambismo o la regulación del correo postal, entre otros, son algunas de las empresas adoptadas dentro de su largo mandato. Ejerció sus funciones durante sesenta y cinco años, y entre los títulos que ostentaría figuran el de reina de Gran Bretaña y de Irlanda (1837-1901) y emperatriz de la India (1876-1901). Las alianzas matrimoniales y su longevidad le harían ganar el apodo de la Abuela de Europa.

El año de su ascenso al trono, en 1837, el que hoy día es considerado el inventor del sello postal, Rowland Hill, publicaba su libro Post Office Reform: Its Importance and Practicability. En él, se exponía la necesidad urgente de emprender una reforma que regulara el servicio postal del país, reduciendo el excesivo coste del correo y estableciendo un sistema de prepago. En esta situación, no es de extrañar que los ciudadanos de las clases bajas y medias temieran la presencia de los carteros, ya que el franqueo, cobrado a los destinatarios, podía superar el salario de un día entero de trabajo.

Las problemáticas en torno al correo favorecieron que la reina organizara un comité para aplicar las medidas propugnadas por el mismo Hill. Pondría en marcha un sistema público postal que revolucionaría las entregas de cartas. A partir del día 10 de enero de 1840 cualquier persona podía enviar una carta a cualquier lugar del país por sólo un centavo. Este hecho toma una importancia capital, en un contexto de auge de la revolución industrial, en el que la agilidad en las comunicaciones es un factor decisivo en la mejora de la producción. Además, para muchas familias con algunos miembros desplazados por cuestiones laborales en las ciudades, la carta se convertiría en la única vía de comunicación

El diseño del primer sello de franqueo muestra el perfil de una chica joven de quince años de edad con el pelo recogido con una tiara, de aspecto neoclásico. El hecho de escoger un rostro en lugar de cualquier otro emblema, fue porque consideraron que resultaría más sencillo para el ojo humano reconocer una falsificación.

El dibujo a partir del cual se grabaron los sellos se encargó tres años antes de que aparecieran, y conmemoraba la primera visita a Londres de la reina Victoria después de la coronación. La matriz original para la producción de los sellos de 1840 se encuentra en el fondo del British Postal Museum de Londres.

En un momento de pleno auge expansionista, el franqueo con el rostro del soberano (como si se tratara de un camafeo) satisface el efecto de propaganda política y es un símbolo de poder dirigido al control de los extensos territorios conquistados. Los sellos coloniales con el rostro de la reina Victoria I podemos encontrarlos en colonias británicas de Nueva Zelanda, India, África o Australia, entre otros. ¿Posiblemente se trate de una acción subliminal para dirigir la lealtad hacia el imperio británico? Seguramente, la colección Ramon Marull nos permite disfrutar de ejemplares tan interesantes como los que a continuación os mostramos.

Victoria I de Inglaterra, Mauricio, 1859. Fuente: colección Ramon Marull

Victoria I de Inglaterra, Mauricio, 1859. Fuente: colección Ramon Marull

Victoria I de Inglaterra, Hong Kong, 1862/82. Fuente: colección Ramon Marull

Victoria I de Inglaterra, Hong Kong, 1862/82. Fuente: colección Ramon Marull

Victoria I de Inglaterra, Gambia, 1898. Fuente: colección Ramon Marull

Victoria I de Inglaterra, Gambia, 1898. Fuente: colección Ramon Marull