Claudia Costa regenta la galería de arte La Plataforma, en pleno barrio del Poblenou. Se instaló en un local que había sido una imprenta y que hacía siete años que estaba abandonado, pero era un lugar ideal para su proyecto.

Como ella, muchos artistas de múltiples disciplinas han elegido este barrio para desarrollar sus creaciones. Y es que el Poblenou, en el distrito de San Martín, es un ejemplo de convivencia entre pasado y presente: "Era un espacio vacío con lugares con características muy especiales: espacios amplios, techos altos ... ideales para desarrollar cualquier profesión creativa", explica la Claudia.

Pero más allá de la pura transformación de espacios, el distrito se encuentran ejemplos de integración de nuevos usos en antiguos recintos y edificios, símbolo del pasado industrial y fabril de la ciudad.

Es el caso de la Farinera del Clot, ahora convertida en centro cultural, que fue una de las harineras más importantes de Cataluña. O de Ca l'Aranyó, antigua fábrica textil, que ahora es sede de un campus audiovisual.

San Andreu

El distrito de Sant Andreu también es una zona donde la memoria está muy viva y donde los creadores han encontrado un espacio. Así lo explica Alain Baumann, de la compañía Konik Thtr, dedicada a la tecnología interactiva aplicada a proyectos artísticos, y que se encuentra en residencia en la Fábrica de la Creación Fabra i Coats.

Comenta que es "un espacio muy bueno por su amplitud, porque las salas son aisladas" y porque les permite trabajar con sus equipos, que "en otros lugares habría que montar y desmontar cada día. Además, el edificio es inspirador ".

La Nau Ivanow también se ha convertido en Fábrica de la Creación, después de haber sido una fábrica de pinturas. Ahora, es un espacio abierto a la ciudadanía y dedicado a la creación, la producción y la difusión de la cultura.

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