25/11/2024 - 13:35
Un espacio histórico de Sants-Montjuïc que se está renovando en beneficio de la ciudadanía
Las obras de urbanización de esta primera fase, que finalizan ahora, han creado una gran área renovada (entre la Gran Via de les Corts Catalanes, y las calles Constitució, Mossèn Amadeu Oller y Parcerisa) que se extiende en 29.098 m² de superficie. En conjunto, una ‘puerta abierta’ al barrio de La Bordeta y, por extensión, en la ciudad, añadiéndose a los espacios ya recuperados hace un tiempo por iniciativa ciudadana y que valora el pasado histórico de este recinto.
Después de tres años exactos de trabajos de mejora, esta semana se han dado por acabadas las obras de urbanización de la zona verde que envuelve el antiguo recinto industrial de Can Batlló, en el barrio de La Bordeta del distrito de Sants-Montjuïc.
Un ámbito renovado que incluye zonas para el recreo, ocio y actividades deportivas, y que está ubicado entre la Gran Via de les Corts Catalanes y las calles Constitució, Mossèn Amadeu Oller y Parcerisa; todo ello, mejorando el espacio urbano en unos 29.000 m² de superficie.
Unas obras que también han arreglado la parte final del interior del recinto, para que este pueda mejorar las comunicaciones dentro del barrio (La Bordeta) y, por extensión, hacia el sector de la Gran Via, y reforzando a la vez el sistema de espacios verdes de la ciudad.
Un recinto, que estaba semiabierto a la ciudadanía -desde 2011-, pero sin acabar de urbanizar.
Creando tejido urbano para el confort del ciudadano
Los 29.098 m² de nueva creación han quedado distribuidos en Jardinería, Superfícies complementarias y arbolado; además de las Áreas de Juego, de perros, de pícnic y huertos urbanos: Verde (hierba, arbusto, vivaz, trepadora y arbolado); Blando (sablón, arena, gravas, SUD, acolchado y caucho); Utilización (pavimento duro y espacios polideportivos). Así como también en Áreas de uso (Áreas de juegos infantiles; áreas para perros huertos urbanos).
Un ámbito renovado del interior de Can Batlló, con caminos principales y secundarios que tienen una anchura de entre 3,5 y 5 metros.
Estos son algunos de los espacios de nueva creación a destacar:
En cuanto a los elementos de mobiliario urbano, a lo largo del ámbito general, encontramos más de un centenar de nuevos bancos (sumado banco doble, banco sencillo, o banco tipo silla). Las papeleras, como en la gran mayoría de otras áreas que se urbanizan en la ciudad, son del tipo ‘simple’, de acero, de 70 L de volumen.
Todo el espacio también incorpora aparcamiento (36 unidades) para bicicletas.
Fuentes de agua potable: hay cuatro (del tipo ‘Atlàntida’ en lugares de uso público general, y una (del tipo Terrier, en el área de perros).
Jardinería, riego y alumbrado
Arbolado: encontramos de nueva plantación; áreas de plantación de arbustivas vivaces, trepadoras y pradera con hierba natural. La instalación de riego consta de acometida de agua que procede del freático. Además, un sistema de riego con anillos de degoteo de arbolado; áreas de riego por goteo superficial; y áreas de riego por aspersores o difusores.
El nuevo alumbrado público cuenta con columnas Plus de 5 metros de altura (con luces LED) para los caminos principales y secundarios; columnas Prim de 11 metros de altura (con luces LED) para los grandes espacios abiertos. Y, en las fachadas, sistemas de anclaje a 4 metros de altura (también del tipo LED).
De Can Mangala a Can Batlló; ciento cincuenta años de progreso hermanado con la industria y el comercio
Desde su nacimiento, en 1878, en los terrenos de Can Mangala, anexos a la antigua “Carretera del Llobregat”, el recinto de Can Batlló y el barrio de la Bordeta han evolucionado en paralelo al crecimiento y transformación de la ciudad de Barcelona. Un Can Batlló que, por cierto, aprovechaba los cauces de comunicación que tenía alrededor para relacionarse con el resto de la península ibérica. Además del puerto, que también teniéndolo relativamente cerca, servía de punto de entrada/salida de materias primas.
Será en 1880 cuando empieza a funcionar –bajo la razón social de ‘Sobrinos de Juan Batlló- como fábrica téxtil.
Así, después de una larga evolución, que incluye desde la construcción de los sucesivos bloques con el auge de la actividad industrial (donde básicamente se hicieron todos los procesos del ramo del textil: alambradas, estampados, sintéticos…), que duró hasta muy entrados los años setenta del siglo XX y hasta la reciente autogestión de parte del recinto, la voluntad de abrir Can Batlló a la Gran Via y en el barrio que lo rodea, ha sido una realidad urgente y prioritaria.
El 11 de junio de 2011 es la fecha de la entrada popular por parte de vecinos y entidades al recinto; y a partir de aquel momento, se trabaja codo con codo con una comisión de vecinos que llevan la gestión de los primeros locales del Bloc 11. A la vez se presenta -por parte de la plataforma de Can Batlló- un abanico de anteproyectos de propuestas de utilización de las varias naves de la zona.
Las primeras actividades que empiezan a funcionar de manera autogestionada son, una biblioteca, un auditorio para conciertos y un espacio-punto de encuentro, mientras se han ido adecuando otros locales, para posibilitar otros usos a proyectos que se van consensuando.
La plataforma de Can Batlló aglutina casi a 200 personas y de manera asamblearia deciden las actuaciones a hacer y a plantear en el Ayuntamiento. A modo de ejemplo, uno de los proyectos importantes que se ha desarrollado es el ‘Proyecto Espacio por Iniciativas de Economía social’ con el asesoramiento de Barcelona Activa (el llamado Espacio Coopolis).
Al mismo tiempo, durante el año 2013 se hacen los primeros escombros y se van impulsando –por parte del antiguo Patronato Municipal de la Vivienda- la construcción de la primera tanda de pisos de protección oficial (UP4 y UP8) los cuales ya han finalizado su construcción. En total, suman una cincuentena de viviendas de protección oficial. Mientras que la UP6, con 33 viviendas, la construyó Sogeur (actual ‘Soluciones’); y la UP7 la salió adelante la cooperativa La Borda. Todos estos edificios también estan finalizados y en uso.
Para tener una idea global de todo este ámbito, Can Batlló se ha dividido en 3 sectores: el sector 1 (el que se ha podido desarrollar más con proyectos autogestionados por el tejido asociativo); el sector 2 –donde el bloque 8 (nave central) es la ‘joya de la Corona’ -urbanísticamente hablando-, puesto que en un futuro podría ir destinado el edificio del Archivo Municipal de Barcelona; y el sector de Magòria, donde ha previsto desarrollar toda la zona deportiva proyectada.
En la actualidad, el bloque 11 del complejo de Can Batlló es ya una realidad y a la vez una muestra de que con la voluntad de entidades y asociaciones con capacidad de elaborar, presentar y gestionar proyectos en beneficio de la comunidad, conjuntamente con un fuerte compromiso de una Administración local decidida a hacer realidad aquello que hace años era un simple sueño; conseguir la tan deseada reforma urbanística (PERI de Can Batlló) con un modelo de gestión consensuado y trabajado coordinadamente con el tejido asociativo de los barrios.
Las obras de urbanización del interior del recinto de Can Batlló empezaron en octubre de 2021, y a lo largo de los dos primeros años de trabajos, hubo dos episodios que hicieron retardar estas obras: por un lado, el estudio y tratamiento detallado de tierras, las cuales presentaban diferentes niveles de contaminación producidos por las diferentes actividades industriales que se habían desarrollado en este ámbito ; y de la otra, los importantes hallazgos arqueológicos aparecidos junto al bloque 9 de este mismo recinto, hecho que llevó que las obras de urbanización se adaptaran al ritmo de los arqueólogos y permitir el estudio exhaustivo y posterior catalogación de los restos arqueológicos encontrados.
El conjunto de ambas circunstancias, obligó al Ayuntamiento a adaptar el ritmo de las obras en ejecución y permitir buscar la mejor solución urbanizadora hacia la urbanización de este importante parque de la ciudad.
La actuación urbanística en Can Batlló ha tenido un coste total de 23,8 M€; de los cuales 11.531.750 euros corresponden al coste de la urbanización de la superfície. Este importe total también incluye el coste de las demoliciones totales o parciales de diversas naves del complejo (1.200.408 €), en los bloques 12 y 9 ahora hay los juegos infantiles y el espacio deportivo del nuevo parque. A causa del pasado con uso industrial del espacio, también se ha tenido que afrontar la descontaminación del suelo que ha tenido un coste de 8.592.485 €. En el transcurso de los trabajos se encontraron importantes restos arqueológicos que han permitido documentar que era un espacio agrícola y de entierro y culto en época romana; estos trabajos han tenido un coste de 1.269.019 €. Finalmente, el parque dispone de un gran depósito de agua de la red freática de la ciudad que ha supuesto una inversión de1.268.699 €.