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Enric Giné i Jaume Ayats revisant resultats sonors
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Discos de 78 rpm y rollos de pianola, digitalizados

El Museu de la Música de Barcelona tiene tres grandes secciones importantes para trabajar: la colección de instrumentos musicales y objetos, el archivo histórico y las grabaciones sonoras. Cuando Jaume Ayats llegó al museo, en el año 2012, quiso impulsar la tercera, quizás la menos trabajada.

 

Se habían hecho inventarios diversos de los rollos de pianola, de los cilindros de cera, los discos de cartón, los discos metálicos, los discos de 78 rpm, o de las cintas magnéticas o de bobina abierta del Fondo Daniélou, pero estos inventarios no contemplaban todos los datos necesarios y, de estas grabaciones sonoras, que en su momento eran aproximadamente 7.000 (actualmente son ya más de 13.000), sólo se habían digitalizado las cintas del Fondo Daniélou, a cargo de Pere Casulleras y Joan Pellisa, y algún disco de 78 rpm a cargo de Romà Escalas.

Era importante hacer llegar las grabaciones a los catálogos en línea y, también, hacer llegar al público el sonido: aquello que es más directo a los sentidos que un instrumento o una partitura. Para llegar a tal objetivo ha sido necesaria la planificación: evaluación de los diversos fondos, comprobación del estado general de conservación y, también, decidir las posibilidades técnicas de digitalización según cada una de las características, partiendo de que, al ser todo patrimonial, el objeto en sí mismo tiene prioridad de conservación.

Nos había llamado la atención el Fondo Manén que, como hemos explicado en otras ocasiones, nos llevó a una investigación que duró cuatro años. Dentro de este conjunto de discos había otro curioso -que formaba parte, n realidad, de otro fondo-, Els Segadors, y que resultó ser la primera grabación conocida en disco, en el año 1900.

Etiqueta del disc del Fons Joan Manén

 

Para digitalizar los discos de 78 rpm, era necesario acotar un primer conjunto -entonces teníamos cerca de 3.000 discos, actualmente pasamos de los 6.000-, decidiendo que los primeros para trabajar serían los discos catalanes. El encargo lo hicimos a Enric Giné, sonólogo de Tasso Laboratori de So y colaborador habitual del Museo y, gracias a él, tenemos unos resultados óptimos en todos los niveles. El proceso por parte suya ha consistido en la limpieza, digitalización y datación de más de 400 discos (590 caras). Ahora bien, sólo podemos publicar 226 libres de derechos, los podéis escuchar aquí.

 

Por otra parte, la investigación para una tesis de Jordi Roquer nos empujó a colaborar con el Centre de Computació de la UAB y el Centre Robert Gerhard, que nos llevó a probar una tecnología digital que nos permitía no sólo extraer el sonido de los rollos de pianola sin “tocarlos”, sino también digitalizar el objeto en sí, este proceso lo podéis leer aquí. El escaneo de los rollos lo llevaron a cabo Martina Vayreda y Ginebra Codina y, la samplerización, a cargo de Jordi Clapés. Al iniciar este proyecto teníamos poco más de 1.700 rollos y, la digitalización que hemos logrado de los primeros 1.300, suponía una tercera parte. Pero ahora ya tenemos casi 4.000 (la segunda colección más importante de la Península Ibérica), y la máquina que habíamos utilizado sólo era un prototipo  actualmente obsoleto y, por lo tanto, habrá que optar per técnicas alternativas. Pero eso sí, por fin, los más de 600 rollos libres de derechos, se pueden escuchar aquí.

Ginebra codina, Jordi Roquer i Martina Vayreda

 

Entre estos dos procesos que se han alargado en más de seis años de trabajo, se nos planteó el interés de un pequeño fondo de 14 discos postal, también con Enric Giné como técnico, y que nos condujo a una investigación curiosa. Y, también, surgió la gran oportunidad que nos ofreció la empresa de Madrid Accenture que, sin ningún ánimo de lucro, nos retornó, a partir de fotografías, el sonido de un centenar de discos perforados de cartón.

Procés de digitalització dels discos perforats de cartró

 

Mientras avanzaban los diferentes procesos de digitalización a ritmos muy diferentes, el museo ha catalogado todas estas grabaciones a través de Koha (catálogo de la biblioteca y del fondo sonoro): en el caso de los objetos físicos, como son discos postal, discos de cartón y rollos de pianola, hemos podido realizar los fondos enteros. De los rollos de pianola quedan pendientes dos donaciones llegadas justo antes de la pandemia. En cuanto a los discos, se ha realizado la catalogación de todos aquellos discos que han sido sido digitalizados.

 

Por otro lado, fuera de los ítems físicos, hemos catalogado los archivos digitales en Clipfiles, el repositorio multimedia (tanto la imagen de los objetos, como los resultados sonoros en MIDI, mp3 o wav). En resumen, los resultados globales son:

 

  • más de 1.600 ítems digitales de audio de los discos
  • más de 6.400 ítems digitales de imagen y audio de los rollos de pianola
  • más de 500 ítems digitales de imagen y audio de discos perforados
  • 100 ítems de imagen y audio de los discos postal

Una vez tenemos esto, llega la parte más importante, que es darlo a conocer a todo el mundo. El repositorio en el que se alojan los archivos digitales no nos permite un enlace en streaming en el catálogo y, después de superar algunas dudas y problemas técnicos (gracias Hugo Agut y equipo de Orex, nuestros proveedores del sistema Koha), pudimos hacerlo posible desde el catálogo.

 

Poder escuchar todas estas grabaciones, y no sólo imaginarlas a través del título, nos permite realizar investigaciones de muchos tipos: de épocas y modas, de músicas y maneras concretas, de tecnologías, de industrias musicales. Nuestro deber como museo es, justamente, permitir el acceso.

 

Hemos realizado un gran esfuerzo, pero todavía queda mucho por hacer y, por fin, después de tantos años, el Fondo Sonoro es justamente lo que indica su nombre.