La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) identifica cada año los espacios públicos en los que puede haber mosquitos que representen un problema, y vigila especialmente elementos de riesgo por la acumulación de agua estancada. El objetivo principal es identificar los puntos de cría, sobre todo del mosquito tigre, por la posible transmisión de enfermedades importadas.
En Nou Barris se han detectado diez zonas de las 81 del conjunto de la ciudad.
La manera más eficiente de controlar la proliferación de mosquitos es evitar que se reproduzcan, y esto se consigue eliminando sus lugares de cría. En los espacios públicos, los puntos de cría más productivos son los sumideros (sifónicos o arenosos) y las fuentes ornamentales naturalizadas.
En 2020, la ASPB llevó a cabo más de 45.000 revisiones de elementos de riesgo urbanos, detectó actividad en 820 y efectuó más de 4.200 tratamientos con larvicidas biológicos que no tienen ningún efecto sobre el medio ambiente ni sobre la salud de las personas.
El abordaje de la ASPB también incorpora la distribución territorial, y este año se amplían las zonas de vigilancia en las áreas de rentas bajas de la ciudad, teniendo en cuenta las desigualdades sociales con respecto a la salud.
Si se detecta algún caso en la vía pública, se puede notificar a través de los canales de comunicación ciudadana.
La implicación de la ciudadanía para las tareas de prevención también es clave, ya que la mayoría de los focos de cría de mosquitos se encuentran en las propiedades privadas.