Los niños y adolescentes tienen derecho de participar plenamente en los núcleos de convivencia más inmediatos […]. Los poderes públicos los tienen que ofrecer las oportunidades necesarias porque se incorporen plenamente a la ciudadanía activa”. Así lo establece el Artículo 34 de la ley de los Derechos y Oportunidades en la Infancia y Adolescencia, que reitera que los niños y jóvenes son ciudadanos de derecho y que, por lo tanto, sus opiniones tienen que ser escuchadas y tenidas en cuenta. Aun así, en la última encuesta de Bienestar Subjetivo, elaborada por el Ayuntamiento de Barcelona, el 38% de los niños aseguraban no sentirse bastante escuchados.
Así lo considera el Chatón, una joven de 13 años del distrito de San Andreu, que asegura que “no nos hacen caso nunca. Nadie tiene en cuenta el que necesitamos los jóvenes, pero tenemos derechos, igual que las persones adultas”. El Chatón estudia en la escuela Príncipe de Viana y es una de las miembros de la Asamblea de la Ciudadanía Adolescente de su distrito, que tiene como tarea representar la juventud y trasladar inquietudes y demandas del colectivo al consistorio de la ciudad. Esta asamblea, que tiene presencia a los diez distritos de la ciudad, se enmarca en el Proceso Participativo de la Ciudadanía Adolescente de Barcelona, que el curso 2020 empezó en prueba piloto, tomando el relevo de la antigua Audiencia Pública de Niños y Niñas, presente en la ciudad desde el 1994.
Así, desde el curso pasado, se ha implementado una nueva metodología de participación en la ciudad: los diversos centros escolares analizaron sus distritos y presentaron propones de mejora e incidencia, que fueron trabajadas a través de las Asambleas de la Ciudadanía Adolescente. Después de debates y reuniones, el pasado mas de mayo presentaron sus propuestas al Consejo Plenario de cada distrito y algunas de ellas también fueron elevadas a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en el Salón de Ciento. Ahora, seis meses después de haber presentado sus propuestas, los jóvenes vuelven a las sedes de sus distritos para escuchar el retorno y los compromisos políticos del consistorio.
Por eso, el Chatón, junto con en Reda, la Ariana y en Sergi -todos compañeros de la Asamblea de San Andreu-, asisten a la cita a la sede de su distrito para reunirse con Lucia Martín, regidora del distrito de San Andreu y responsable de la concejalía de Vivienda, que los tendrá que dar respuesta a sus dos demandas. Los jóvenes de este distrito propusieron, por un lado, más acciones para concienciar sobre la importancia de la limpieza y reciclaje al barrio -en el marco de la polémica sobre la recogida de residuos Puerta a Puerta-, promoviendo charlas y formaciones. Y por otro lado también piden espacios porque los jóvenes puedan hacer grafitis, potenciando el arte urbano como recurso de expresión y terapéutico, y zonas de juego pensadas específicamente por adolescentes de más de 12 años. Ambas propuestas se pueden leer en el web Decidimos, plataforma a través de la cual se ha vehiculado el Proceso Participativo.
Participación activa
El Chatón, la Ariana, Reda y en Sergi son los cuatro jóvenes escogidos para representar el distrito y, después de exponer sus demandas, tuvieron que escuchar la valoración del consistorio y sus propuestas sobre cómo llevarlas a cabo. “Que los jóvenes participen es un regalo y no puede ser que sus quejas se queden en nada, pero también tienen que aprender que los procesos participativos se basan al conjugar intereses”, apunta la regidora Lucia Martín. Así, la reunión entre jóvenes y consistorio fue un intercambio de preguntas, dudas e inquietudes, expuestas con la ayuda de un dinamizador que ha estado trabajando con la juventud para facilitar los procesos de debate y decisión.
Así, después de la reunión y a falta que todo ello sea aprobado por la Asamblea de San Andreu, se estableció que los jóvenes participarían de las Tablas de Barrio, para exponer aquellas calles o zonas donde haga falta incrementar la limpieza y tendrían un papel destacado en la hora de hacer seguimiento de las respuestas del consistorio a las demandas vecinales. De este modo, “se fomentará la participación joven en espacios en que solo acostumbran a ir personas grandes”, asegura la regidora. Por otro lado, se facilitó un encuentro entre los jóvenes y la Nave Bòstik para discutir las posibilidades de hacer una escuela de grafitis por los adolescentes del barrio. “Participar de la ciudad también quiere decir conocer las equipaciones y las entidades que ya trabajan por su ciudadanía y sumar fuerzas”, apuntó Martín.
Los jóvenes, pues, salieron con deberes, pero “es que de esto se trata. Nuestro deber como Ayuntamiento es escuchar y facilitar soluciones, pero la participación también tiene que ser activa y pide compromiso”, considera la regidora. Los jóvenes, por su parte, se muestran satisfechos: “nos han escuchado y nos han respondido las preguntas. Ahora toca seguir trabajando”, asegura en Sergi. Los siguientes pasos, pues, supondrán que los jóvenes salgan de los espacios de debate adolescente de sus Asambleas y empiecen a participar en espacios eminentemente cogidos por personas adultas, donde la voz de los jóvenes no acostumbra a sentirse. “Es un reto para ellos, pero también es una oportunidad por la ciudad, que no tiene en cuenta la voz de los jóvenes y tiende a estigmatizarlos”, explica la regidora.
Así, este proyecto no es una carta a los reyes, sino que es “un proceso de participación política con todas las letras. Ser ciudadano de pleno derecho supone conocer los mecanismos de participación y entenderlos”, asegura Jose Cano, técnico del programa de Ciudadanía y Educación del Ayuntamiento de Barcelona. Quedan meses de trabajo, pero la población adolescente de Barcelona ya tiene un canal de comunicación directa con sus administraciones para pedir que se cumpla un derecho que, a pesar de estar regulado por ley, los estaba siendo negado.