Liderado por el Mercat de les Flors, el Conservatorio Superior de Danza del Instituto del Teatro y el Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB), Todo Dansa es un proyecto de larga trayectoria, nacido en el 2003 de la mano del Instituto Municipal de Educación (IMEB). Desde el 2019 es el ICUB quien impulsa el proyecto en el ámbito municipal, y quien dobla la extensión de institutos participantes, que pasa de 6 a 12 centros educativos por curso.
“Este programa impulsa la danza de creación contemporánea en los centros públicos de secundaria y bachillerato de Barcelona y busca promover un acceso equitativo a las artes escénicas. Como en otros programas que unen cultura y educación, Todo Dansa busca fortalecer el derecho a la participación cultural de los jóvenes, promover los intereses artísticos y culturales en los centros educativos, dar herramientas al profesorado de la dimensión pedagógica de la danza, trabajar con el alumnado adolescente la conciencia del propio cuerpo y del propio espacio como herramienta relacional con uno mismo y con los otros, e incentivar el trabajo en equipo, la cohesión social, la responsabilidad e importancia de las personas integrantes del grupo a la hora de la consecución y valoración de los resultados conjuntos,” explica Montserrat Potrony, directora del Área de Cultura y Educación en los Barrios del ICUB.
Este curso ha participado el alumnado de tercero de la ESO de nueve institutos de Barcelona, tres de ellos del Distrito de Sant Andreu: el Doctor Puigvert, el Vapor del hilo y el Instituto- escuela Acequia Condal.
¿Cómo funciona, todo?
Todo Dansa se pone en marcha en septiembre, con el inicio del curso escolar: es entonces cuando el ICUB, conjuntamente con el Consorcio de Educación de Barcelona (CEB), decide qué institutos inscritos participarán en el proyecto. También se convoca un concurso público con el fin de determinar quién asumirá la dirección coreográfica. El concurso, que es anual, se resuelve en octubre (en un inicio, los y las coreógrafas formaban parte del profesorado del Instituto del Teatro, pero a partir del 2010 se acordó poner en marcha este sistema de concurrencia pública). Este año, la propuesta de Mònica Muntaner y Silvia Sant Funk, las coreógrafas que ganaron el concurso y que se han hecho cargo de la dirección artística, ha tenido como ejes el espacio como concepto y las distancias espaciales (lejanas, medias e íntimas). Judit Bombardó, responsable del área de Programes Públics-Mediació del Mercat de les Flors y Blanca Herrero, subdirectora del Conservatorio Superior de Danza del Instituto del Teatro, explican que una de las cosas que más les gustó del proyecto fue la mirada pedagógica de transmisión de este concepto.
“La dirección coreográfica tiene seis personas con funciones de asistentes a la dirección y formadores: tres son profesorado del Instituto del Teatro y las otras tres son personas que acaban de licenciarse en danza contemporánea y/o pedagogía de la danza del Conservatorio Superior de Danza del Instituto del Teatro. Cada una de estas personas acompaña a dos institutos. Hasta este año, sólo teníamos una persona haciendo a la dirección escénica, pero este año la convocatoria de concurso era para un equipo de dos personas”, explica Blanca Ferrer. Para Judit Bombardó, este pequeño cambio ha estado muy positivo: “En este tipo de proyectos, ser dos personas ayuda el proyecto a andar de otra manera”, dice. El hecho de pedir una dirección conjunta, ha incentivado claramente la participación de las mujeres coreógrafas en el concurso. Este año se han presentado 10 propuestas, de las cuales 9 han sido íntegramente formadas por mujeres. Hasta ahora, la participación masculina había sido mucho más elevada.
En enero, Todo Danza llega de manera presencial en los institutos; y profesorado, coreógrafos y alumnado empiezan a trabajar juntos. Con el profesorado, los profesionales de la danza llevan a cabo 10 sesiones de formación de dos horas cada una. “Nosotros tenemos 10 sesiones de formación en el Instituto del Teatro. Allí nos encontramos con las coreógrafas y los formadores y hacemos las actividades y ejercicios que, después, transmitiremos al alumnado. De esta manera, experimentamos en propia piel las coreografías, las aprendemos y también vemos qué problemas y dudas pueden surgir. Además, compartimos experiencias y desazones con los otros docentes y eso nos ayuda, por ejemplo, a encontrar nuevas estrategias para desarrollar los ejercicios”, explica Marta Gascón, a la profesora que ha trabajado Todo Danza en el Instituto Doctor Puigvert. “Las coreógrafas visitan un día el centro y dirigen los ensayos al Mercat de les Flors. Después, hay los formadores —la mayoría bailarines profesionales—, que hacen sesiones a los institutos. Eso es un privilegio que nosotros intentamos remarcar y darle valor. Las coreógrafas también nos comparten las músicas que utilizan, material para trabajar y todas las sesiones por escrito, de manera que nos ayudan a tener nuevos recursos para dar las clases, sobre todo cuando no hay los formadores en el aula. Además, grabamos vídeos y los vamos colgando para que ellas tengan material para seguir creando las coreografías. Es un engranaje muy complejo, pero cuando todo el mundo trabaja en una misma dirección, como es este caso, funciona”, dice contundente a Marta.
En medio del proceso se hace un encuentro con todos los institutos que forman parte del proyecto para familiarizarse con el lugar donde se llevará a cabo la función. Los grupos también van al Mercat de les Flors de manera individual y finalmente, se hace un ensayo general. Estos encuentros intercentros, explica Judit, “permiten que el alumnado se encuentre con institutos de diferentes barrios en los cuales hay diferentes realidades”. Una experiencia muy positiva para el alumnado, ya que, además, ven algún ensayo de jóvenes estudiantes de danza del instituto del teatro (IT Danza), y comparten de primera mano con personas de edades similares, la experiencia de estos jóvenes estudiantes de danza.
Una experiencia muy positiva para el alumnado Ésta ha sido la primera vez que Marta Gascón participaba en el proyecto —aunque el Doctor Puigvert ya había participado otros años— y asegura que le ha parecido una propuesta “muy interesante y enriquecedora”, tanto para el alumnado como para el profesorado. Hace una valoración muy positiva. “Es un gran proyecto en que participan muchas instituciones y muchos institutos lo cual hace imprescindible que haya muy buena organización y que todo esté pensado al detalle. Gracias a eso el Todo Danza se puede hacer realidad. Además, las coreógrafas y directoras están muy abiertas a las propuestas de los alumnos y esta flexibilidad hace que realmente se cree un espectáculo donde ellos son el centro, los protagonistas y los que tienen alguna cosa a decir. También, las coreógrafas han escogido un tema que permite hablar y reflexionar con ellos sobre la comunidad y, en nuestro caso, de que formamos parte de un instituto con mucha diversidad, se hace imprescindible que los chicos y chicas sientan que se mujer valor a sus orígenes, a los de sus familias, a su idioma o a su idea de mundo”, explica.
Asegura que los beneficios que aporta Todo Dansa en las aulas son muchísimos. “De entrada es un elemento de motivación para los alumnos. Tienen la oportunidad de hacer una actividad diferente, hacen salidas, conocen alumnos de otros institutos y, además, tienen un gran premio: bailar en el Mercat de les Flors. Desde mi punto de vista, es una gran oportunidad que muchos de ellos no volverán a tener y vale la pena aprovecharla”. Otra de las cosas enriquecedoras que destaca Marta es la posibilidad de conocer el Mercat de les Flors, uno de los teatros más importantes de la ciudad, y la posibilidad de que el espectáculo final lo puedan ver las familias y los compañeros y compañeras.
Por otra parte, Todo Dansa también es un proyecto que invita a trabajar valores como el compromiso, el rigor y la responsabilidad, algo muy importante tanto para el profesorado como para el alumnado participante. “Ellos son conscientes de que hay mucha gente que trabaja para que se pueda hacer Todo Dansa y saben que es un trabajo de equipo y que hace falta la implicación de todo el mundo. Además, tienen la oportunidad de trabajar la expresión corporal y la danza contemporánea con profesionales (…) Hemos visto cómo el alumnado ha hecho un cambio muy positivo de actitud. Al principio de curso casi era imposible hacerles levantar de la silla y, no ha sido fácil, pero ahora hacen todos los ejercicios, proponen ideas y aprenden. También ha mejorado la cohesión de grupo, porque tienen que trabajar conjuntamente para crear el espectáculo. Es gratificante y espero que sea una experiencia que se lleven para siempre”, concluye Marta Gascón.
Blanca Herrero, del Instituto del Teatro, explica que la juventud no acostumbra a tener demasiado cerca la danza contemporánea, y que acostumbra a conocer más otros estilos de danza como las danzas urbanas. “Al Todo Danza intentamos encajar los diferentes intereses del alumnado y meterlo dentro de los lenguajes de la danza contemporánea. El alumnado abre la mirada y conoce un mundo diferente; creando y fortaleciendo los vínculos entre los compañeros y compañeras. Vivir la experiencia los permite expresarse de una manera diferente y se descubren a través de una nuevo lenguaje; también pueden conocer otras facetas de los compañeros y eso promueve nuevas relaciones en las aulas. De hecho, éste era uno de los objetivos primigenios del proyecto: promover el encuentro con el otro”. El resultado de este proceso de creación colectiva es una obra de la cual este año se han hecho cuatro funciones, distribuidas en dos días: el 10 de mayo y el 17, a las doce del mediodía y a las seis de la tarde. Fueron presentaciones abiertas a todo el mundo y a las cuales también se invitó a personas participantes de otros años.
A lo largo de estas catorce ediciones, el Todo Danza ha generado el Tots Dansen y un Mapadeball de baile que ya se ha instalado en nueve ciudades.