El pasado 30 de enero, la concejal de Feminismos, Igualdad y Memoria Democrática, Raquel Gil, descubrió un atril en memoria de la Unión de Juventudes Antifascistas. Raquel Gil ha destacado la importancia de reivindicar la memoria de la lucha antifranquista en todos los barrios y el papel clave de la implicación vecinal en esta tarea. También participaron el Centro de Estudios-Archivo Vilabesòs, la Asociación de Vecinos y Vecinas del Bon Pastor y varios familiares de los homenajeados.
La concejal de Feminismos, Igualdad y Memoria Democrática, Raquel Gil, también ha visitado el nuevo equipamiento “Las Cases Baratas del Bon Pastor del Distrito de Sant Andreu-MUHBA Bon Pastor”, acompañada del director del MUHBA, Joan Roca. Esta nueva instalación acoge el museo de la vivienda de Barcelona, que busca reflejar la memoria de la historia de la vivienda en la ciudad durante el siglo XX mediante la museización de una manzana de las casas baratas de este barrio obrero, uno de los cuatro polígonos de viviendas construidos en la ciudad en 1929.
La Unión de Jóvenes Antifascistas era una organización clandestina de resistencia formada por jóvenes de entre 15 y 23 años, principalmente de Santa Coloma de Gramenet a partir del 27 de enero de 1939. El líder de la organización era Manuel Campeny Pueyo, que compartía militancia con su hermano, Joaquim Campeny Pueyo. Ambos vivían en la barriada Sanchís que, junto con las Carolinas y el Segundo Grupo de Casas Baratas “Milans del Bosch”, pertenecían administrativamente a Santa Coloma del Gramenet. Antonio Asensio Forca, militante de la Unión de Jóvenes Antifascistas, vivía en la barriada Estadella que formaba parte de Barcelona. En 1945, todos estos barrios quedaron adscritos a Barcelona conformando el barrio del Bon Pastor, donde ahora se ha colocado el atril para recordar la organización. También formaron parte de la Unión de Juventudes Antifascistas Pedro Gómez Segado y Juan Ballesteros Román, vecinos del Baró de Viver.
A partir del 30 de mayo de 1939, y tras una denuncia a la Guardia Civil, se detuvo y sometió a un consejo de guerra a los 21 miembros de la Unión. Cinco de ellos fueron acusados de un delito de rebelión militar, incluyendo a Manuel Campeny Pueyo, quien fue condenado a pena de muerte y fusilado en el Camp de la Bota la madrugada del 29 de julio de 1940.