Después de la conversación, visitamos Las Casas Baratas del Bon Pastor del Distrito de Sant Andreu-MUHBA Bon Pastor, el museo de la vivienda de Barcelona, uno de los tantos proyectos en los que tuvo una participación activa.
¿Qué podremos encontrar en ‘La periferia que quiso ser ciudad’?
Es un libro de memorias en el que intento resumir mis 78 años de vida. Empiezo por cuando era pequeño y con el tiempo me voy dando cuenta de que éste era un espacio de miseria. Empecé a trabajar a los diez años con mi padre, mientras estudiaba, ya los trece dejé la escuela. Quería un oficio artesano, y opté por la pintura. Iba a clase por la noche, hasta tarde.
Una vez conseguido el título de maestro pintor decorador, logré premios importantes a escala estatal, y quedé cuarto en un concurso europeo. Luego conocí a mi mujer y empecé un nuevo proyecto vital.
Centrado en el activismo social.
Exacto, estamos hablando de la primera mitad de los años 70, cuando todavía estaba la dictadura franquista. Fui el primer presidente de la Asociación de Jefes de Familia, lo que ahora es la Asociación de Vecinos y Vecinas del Bon Pastor, hace justo medio siglo. Nuestro primer objetivo fue conseguir un centro sanitario, un ambulatorio, para cubrir las necesidades de salud del vecindario. Pusimos la primera piedra en 1974.
Queríamos presionar a quienes realmente tenían poder, que no era el Ayuntamiento ni la Generalitat, que de hecho entonces no existía, sino el Ministerio de Sanidad. Convocamos una manifestación con más de 2.000 vecinos y vecinas. El fin de la dictadura fue una época violenta, con ejecuciones todavía, pero pensamos que debíamos arriesgarnos. Por ejemplo, cortamos la circulación en el cruce de la c. Sant Adrià y el ps. Enric Sanchis para que pusieran un semáforo. Entonces había muchos accidentes allí.
Posteriormente también fuiste consejero del distrito durante los años 80 y 90. ¿Cómo recuerdas esta etapa?
Con la sensación de haber ayudado en la descentralización política. Cuando empecé en el distrito había muy pocas competencias, y cuando me fui ya era como un ayuntamiento pequeño. Pude participar en muchos proyectos, en temas de urbanismo e infraestructuras, de coordinación para gestionar los problemas del Eje Besòs, incluso de seguridad y convivencia. Estoy satisfecho de haberme implicado en el 90% de lo que se ha hecho en Bon Pastor en las últimas décadas.
Uno de los proyectos sin duda más importantes fue el museo, el MUHBA-Bon Pastor.
Sí, por supuesto. El primer paso fue evitar una remodelación urbanística que quería destruir las Casas Baratas para realizar más de 2.000 viviendas sin ningún tipo de servicio. Pero después empezamos a hacer rutas para contar la historia del espacio, y siempre se llenaba. Entonces pensamos que era necesario transformarlo en un espacio cultural permanente, que contara la historia del siglo XX y del XXI del Bon Pastor, pero también de la vivienda en Barcelona. Es un museo de ciudad, no de barrio. Incluso han venido a visitarlo escuelas y movimientos educativos de otros países.
Mañana viernes se inaugura en el Bon Pastor la Plaza de la Lucha por las Libertades, que justamente conmemora esta labor que nos has explicado.
Me parece un gran acierto por parte del Ayuntamiento. Y puestos a hablar de homenajes, uno de nuestros objetivos es que haya más espacios públicos con nombres de mujeres que lucharon a favor del barrio. De momento sólo tenemos el Jardín de Isabel Domínguez Paniagua, y queremos que haya más.